Las cúpulas política y económica de EEUU avanzan hacia la era pos-Trump
El mandatario estadounidense Donald Trump rehúsa aceptar su derrota pero cada día eso tiene menos peso en la cúpula política y económica del país que avanza rápidamente hacia la era pos–Trump –donde ya ni en su propia casa lo quieren– marcada por prosperidad para los más ricos y desastre para todos los demás.
Después de que el líder de la mayoría del Senado, el republicano Mitch McConnell, reconoció al demócrata Joe Biden como presidente electo el martes –abriendo así la puerta para que otros legisladores republicanos hicieran lo mismo–Trump aguantó hasta la una de la mañana de este miércoles para tuitear su respuesta, una vez más rehusando ceder ante la realidad: Mitch, 75 000 000 de votos, un récord para un presidente activo (por mucho). Demasiado temprano para rendirnos. El Partido Republicano finalmente tiene que aprender a luchar. La gente está enojada.
Trump no mencionó que Biden había ganado más de 81 000 000 de votos, y que su contrincante también ganó por amplio margen en el Colegio Electoral. Algunos interpretaron que la respuesta del magnate a su, hasta hace poco fiel aliado McConnell, representa una grieta creciente dentro del Partido Republicano, con la cúpula legislativa advirtiendo ya que ha llegado el momento de superar y dejar atrás la pugna electoral presidencial.
A la vez, vecinos de Trump en Palm Beach, Florida, enviaron un mensaje que prefieren no ser vecinos de quien será pronto el ex presidente. Entregaron una carta formal a las autoridades del pueblo y del Servicio Secreto argumentando que Trump perdió su derecho a vivir en su lujoso club privado Mar-a-Lago por un acuerdo que él mismo firmó en los años 90 al cambiar esa propiedad de residencia a club privado. Según eso, no puede ser su residencia y hogar.
Hablando de ricos, para las empresas más grandes del país este año ha sido, pues, nada malo. Desde marzo hasta la fecha, mientras cerca de 8 millones más se sumaron a las filas de los pobres, 45 de las 50 empresas más grandes del país registraron ganancias sustanciales, reporta el Washington Post.
Más aún, 27 de estas 50 empresas cesaron a más de 100 000 de sus trabajadores en ese periodo. El incremento en la pobreza registrado en 2020 es el salto más alto en sólo un año en casi seis décadas.
En el continuo análisis ofrecido por el proyecto Inequality.org del Institute for Policy Studies y Americans for Tax Fairness, se ha documentado que los 651 multimillonarios más ricos han incrementado sus fortunas colectivas por más de un billón de dólares desde marzo –o sea, el inicio de la crisis de la pandemia de la COVID-19– hasta la fecha.
Ese incremento supera el total de la asistencia federal que se está negociando para responder a la crisis detonada por la pandemia.
Con 20 000 000 de trabajadores recibiendo asistencia por desempleo en el sector formal, millones más están en peligro de ser expulsados de sus hogares al concluir una moratoria para evitar lanzar a la gente que no pude pagar sus rentas.
Ese traslado de riqueza a la clase multimillonaria es perturbador en momentos en que millones enfrentan el desalojo, la destitución y pérdidas, afirmó Chuck Collins, del Institute for Policy Studies.
Mientras, continúa la tendencia más que documentada de la devastación en la salud de los sectores más vulnerables durante la peor crisis de salud pública en un siglo. Entre las cifras de los más de 17 000 000 de contagiados se encuentran aquellos que literalmente no se pueden escapar del paso de la pandemia, con por lo menos 250 000 reos infectados en prisiones, parcelas y centros de detención de inmigrantes en éste, el país más encarcelado del mundo, según el Marshall Project.
Se han reportado más de 100 acciones de protesta por estas condiciones en 39 estados, que incluyen huelgas de hambre en prisiones, cárceles y centros de detención de inmigrantes, según un informe de Perilous Chronicle. Esta semana se están realizando más acciones de protesta y solidaridad en varias partes del país.
A la vez, otro integrante del círculo del presidente está en cuarentena por posible contagio de COVID-19. El secretario de Estado, Mike Pompeo, informó que se mantendrá aislado y bajo observación médica después de ser informado de que estuvo presente con otro individuo que resultó positivo. Más de 40 personas de la Casa Blanca, la campaña y asesores cercanos a Trump –incluido el propio presidente– han sido contagiados desde finales de septiembre, muchos en actos oficiales en la Casa Blanca, donde frecuentemente no se emplean medidas básicas de prevención de contagios.
El uso de cubrebocas se ha vuelto tema político, con Trump y sus fieles rechazando el consenso científico y declarando que todo reglamento obligando su uso es un atentado contra la libertad en el país líder en contagios y muertes por Covid. La alcaldesa de Dodge City en Kansas, Joyce Warshaw, ex directora de una escuela de primaria, de 69 años de edad, renunció el martes después de que fue repetidamente amenazada de muerte al aprobarse un mandato en esa entidad obligando el uso de cubrebocas en lugares públicos.
No es la única. Alcaldes, legisladores, funcionarios y directores de departamentos de salud locales en varias partes del país han sido amenazados en torno a reglamentos sobre el uso de cubrebocas y otras medidas de mitigación.
Todo esto mientras el Congreso aún no ha logrado aprobar el próximo paquete de rescate económico –incluyendo fondos de desempleo, estímulo y apoyo de gobiernos municipales y estatales– durante las últimas semanas en un país que está padeciendo crisis de salud, económica y política sin precedentes provocadas en gran medida por el presidente y el liderazgo legislativo de ambos partidos.
Cubadebate