Las lecciones del Manifiesto
El Manifiesto del Partido Comunista posee algunas características destacables, que a menudo han sido ignoradas. Todas nos remiten a una cuestión preliminar: ¿cómo es posible que estas pocas páginas destinadas a formular, en circunstancias determinadas, el programa de una organización política, secta más que partido, hayan podido conocer una audiencia tan considerable durante 150 años? Porque el Manifiesto, traducido a todas las lenguas e impresos millones de ejemplares, sólo puede ser comparado, como ha sido dicho y repetido hasta la saciedad, a partir de Duncker, con los Evangelios.
La paradoja destaca aún más claramente si consideramos que la característica más destacada del Manifiesto, al cabo de 150 años, es la de su actualidad. Es objeto de una declaración de actualidad permanente, en todas las épocas y por parte de sus lectores más sagaces.