Los rostros del socialismo


Capítulo: Requisitos Estratégicos
No existe una fórmula general para el socialismo. No existen, ni es necesario ni bueno que existan, formas orgánicas absolutas (o programas) aplicables eficazmente a condiciones de tiempo y lugar distintas. El socialismo tiene tantos rostros como espacios y tiempos en los que germina con autenticidad, es decir: con raigambre, radicalidad y potencia emancipadora. Esta trilogía, a la que consideramos fundante de la autenticidad de todo proceso y proyecto que se asuma como socialista, también incluye una “fe” y una “mística” que constituyen su fuerza motriz.
El socialismo no puede dejar de asumir las fisonomías de las experiencias de las que se alimenta. Nos referimos a experiencias históricas en las que el pueblo trabajador, el pueblo oprimido, recreó porciones de mundo sin fines de dominio y explotación, desplegando territorios de liberación, con inevitables impurezas.