Marcha nacional antifascista y antirracista: a moverse
[En la foto, Susy Shock, Marlene Wayar y Carola, de la organización Nietes.]
La movilización de este sábado promete ser multitudinaria. Decenas de movimientos sociales serán parte. La central obrera CGT anunció su adhesión a la convocatoria del colectivo LGTBIQ+ y volverá a salir a las calles contra el Gobierno. Las dos centrales CTA también participan.
La movilización, que partió del repudio a los dichos del Presidente ultraderechista contra las personas gays y las diversidades ("Son pedófilos", dijo desde el Foro de Davos, sin sonrojars, o también "Estamos en contra de los privilegios de las políticas de género") promete, así, convertirse en una de las más importantes desde la llegada del régimen libertario.
Para seguir bordando los detalles hubo una nueva asamblea el 29 de enero a las 19 en el mismo lugar que la anterior: el anfiteatro de Parque Lezama. Quien haya prestado atención a las gotas que conforman esta marea que desbordó hoy esa ágora sabrá que allí se celebró el festival de apoyo al pueblo jujeño en esa represión que anticipó lo que ahora sufrimos a escala nacional. Hoy y en pocas horas, con las mismas herramientas de autogestión, se congregó una multitud que escuchó atenta durante más de tres horas exposiciones breves, agudas, precisas, de voces que representaban experiencias diversas, todas políticas y casi ninguna partidaria, al menos en el sentido tradicional. Es enero, la tarde arde, no hay aroma a miedo sino a rabia y lo que aquí late es pura necesidad, es urgencia y es convicción: hay que hacer algo, ya.
Quienes podrían confundirse con referentes de la organización no hablaron: escucharon. Así debe hacerse política en estos tiempos.
En el desfile de intervenciones solo hubo dos expresiones de la política representativa, por así decirlo: la diputada Mónica Macha y la legisladora porteña Celeste Fierro. Ninguna fue ni ovacionada ni abucheada, lo cual es mucho decir. Los aplausos los cosecharon quienes fueron al hueso. Cuatro ejemplos:
La Kalo, drug queen: “Reconozcamos algo: no es que un día nos despertamos y nos estaban gobernando los fascistas. Esto fue un proceso y ese proceso tiene responsables. No nos olvidemos ahora quiénes se pintaron la carita con glitter para la foto. Esto no nos sorprendió, pero sí nos descolocó.
Necesitamos entonces volver a nuestro eje. Como vieja bruja que soy les digo: elijan las batallas que hay que dar. No se dejen llevar por la agenda de los fachos. Esto no es solo contra nosotres. Esto es una lucha de clases. Esto es contra los jubilados, contra la universidad y la salud pública, contra la cultura, contra los DDHH. Y con todas esas personas tenemos que estar en la calle hoy. Si queremos que nos acompañen, tenemos que acompañar. ” (La multitud grita. “Madres de las Plaza, el pueblo las abraza”).
La multitud reunida de un día para el otro en el anfiteatro de Parque Lezama: «Por favor: basta de redes. Vuelvan a las calles. Porque en las calles están durmiendo hoy las compañeras que no tienen ni para comer» .
Lara Bernasconi, activista trans: “Como toda trava, como todo puto, como toda torta, como todo no binarie soy sobreviviente del fascismo. Pero nunca, ni a palos, me pudieron borrar la sonrisa que me provoca la alegría de saber quién soy. No tengamos miedo Nunca Más”.
Georgina Orellano, trabajadora sexual: “Nos pidieron que no hagamos catarsis, pero un poquito voy a hacer. Dejemos de llorarle a los pakis influencers que nos apoyen. Por favor: basta de redes. Vuelvan a las calles. Porque en las calles están durmiendo hoy las compañeras que no tienen ni para comer. Y a ellas les tenemos que ir a pedir perdón por haberlas abandonado. Porque con el cupo trans nos dieron trabajos miserables y precarios. Porque no le debemos nada a ningún ministerio y mucho menos al feminismo blanco. Y porque ahora no queremos salir a la calle a exigir migajas: queremos todo lo que nos deben. Y esto no se lo gritamos solo a Milei, sino a quienes vengan después. Lo que sí sabemos es que lo que estamos sufriendo ahora no lo estamos sufriendo solo nosotras ni es solo contra nosotras: esto es contra la democracia y eso es lo que hay que salir a defender. Nuestra dirigencia está durmiendo, pero nosotras estamos acá bien despiertas y organizando qué hacer.”
Otra voz: “No es lo mismo ser trolo, torta o trava en CABA que en el conurbano. No es lo mismo ser blanco, rubio y de ojos celestes que marrón. Todes sabemos por qué y por eso este movimiento si pretende luchar contra la injusticia, la violencia y la desigualdad, si pretende defender la diversidad, la democracia y la alegría, además de antifascista tiene que ser antirracista”.
Hay más, por supuesto, pero el anfiteatro ya desborda y el pequeño amplificador de voces no alcanza a transmitir la potencia de cada palabra.
Lo que se siente entonces es ceremonia de estar ahí, tantas personas, tantas voces, tantas ganas.
Lo que se amplifica entonces es el latido social que agita el reloj de los tiempos.
A mi lado están Susy Shock, Marlene Wayar y Carola, la joven integrante de Nietes, atentas, sonrientes, expectantes. “Lo importante ahora es preguntarse tanta gente para qué”, advierte Wayar. Completa Shock: “Cuidar el espíritu de la convocatoria que es claro, directo y universal. Hoy el mundo debería estar organizando esta gran marcha antifascista y antirracista”.
También está Manu Fanego, que a manera de saludo dice, simplemente: “Les he visto”. Recuerda así las palabras finales de la obra que interpretó en nuestra MU Trinchera Boutique, días antes de las elecciones que consagraron esta barbarie. Su título era Preciado, se basaba en textos de ese filósofo trans y premonitoriamente concluía así:
“Les he visto salir por centenas del subte, llegar por todas las calles, desde el norte y desde el sur, caminar en grupo, llegar en bici o a pie, y reunirse en el parque como una bandada de pájaros que vuelan y se posan al unísono. Les he visto. La historia de la violencia se detiene en sus miradas. Una revolución comienza así, con una sacudida del tiempo que hace que la repetición obsesiva de la opresión se pare para que pueda empezar un nuevo ahora. Todo tiene que cambiar. La Historia no ha hecho más que comenzar. Les he visto: por eso ya no tengo miedo de lo que pueda ocurrir”.
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