Memorias del fuego
![](https://www.laizquierdadiario.com/IMG/logo/e65901a6-9310-4f67-b48c-c40542057c21_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.webp?1739193849)
![](https://www.lahaine.org/skins/asevo/img/espaciador625.gif)
Pocas cosas cambian en la Patagonia. Los pobres y los ricos siguen siendo los mismos. Los dueños de la comarca siguen siendo extranjeros y por las venas de la mayoría de los pobres corre sangre mapuche. En el relato oficial, el triángulo maldito que a mediados de los 70 incluía a jóvenes, drogas y "terrorismo", ahora incluye a los mapuches.
Analicemos algunos textos:
"Lo que vengo denunciando desde hace más de dos años sigue siendo moneda corriente en la zona cordillerana de la Patagonia. Actos terroristas, vandalismo, e intimidación por la fuerza de grupos pseudo-mapuches"
"Por los antecedentes reunidos y la comprobación de hechos y actividades realizadas, se aprecia la existencia de una o varias organizaciones, conectadas o no entre sí, con fines y objetivos aun no bien conocidos, y vinculados a distintos lugares del país. Su afincamiento en una zona estratégica de esta provincia [Chubut] podría obedecer a la necesidad de realizar las siguientes actividades, entre otras: entrenamiento, adoctrinamiento, etc.; ocultamiento transitorio. Las reuniones periódicas que se realizan, a las cuales concurrirían elementos izquierdistas de conocida militancia en la zona, permite también apreciar que podría tratarse de reales campamentos pertenecientes a organizaciones de origen marxista o similares".
"No está comprobado judicialmente, pero podemos decir que el incendio de Epuyén fue producto de un proceso de recuperación de terrenos por parte del Estado argentino. Hay algunas comunidades que son más violentas y que reclaman cosas que no corresponden. Una de esas comunidades pseudomapuches es señalada como responsable de haber prendido fuego en parques nacionales en enero de 2024. Pero esta es solo una de las tantas comunidades mapuches, que tiene que ver con la RAM, que es el movimiento de Resistencia Ancestral Mapuche, y que tienen ramas más violentas".
Aun con el buen resultado arrojado por los procedimientos efectuados, no puede considerarse "Asunto crítico", estimándose que la existencia de drogas en la provincia se limita al moderado consumo que efectuarían personas extrañas al medio, que son portadores de sus propias dosis a consumir. [...] Sin embargo, el problema de las drogas debe ser motivo de continua preocupación y estar lo suficientemente prevenidos para, llegado el caso de su proliferación, adoptar las medidas tendientes a lograr su erradicación total.
Cuesta distinguir entre estos párrafos lo que dijo en 2022 el legislador colaboracionista, Miguel Angel Picheto, nacido en Banfield (Buenos Aires); el flamante Director de Parques Nacionales Cristian Larsen, con antecedentes de abogado tributaristas y de despedir trabajadores en medios públicos, y los informes de la Inteligencia militar previa al golpe de 1976. El discurso de la derecha es siempre el mismo.
Puede advertirse que la concepción con que gobernó el país un farsante y aprendiz de brujo como José Lopez Rega, no es muy diferente a la del actual mandatario y su hermana tarotista. Quien quiere hacer distinciones, podría alegar que "Josecito" tenía a la triple A, organización parapolicial responsable de tres mil asesinatos. Pero en la Patagonia ya empezaron a despuntar los parapoliciales a caballo, y ya hay algún asesinato en la cuenta: el del joven mapuche Elias Garay, cuyos sicarios fueron condenados, pero nunca aparecieron los autores intelectuales. Y no mucho más atrás, Rafael Nahuel y Santiago Maldonado.
Para quien quiera enterarse, no hay más que ir a los archivos y repasar los discursos de los años 70 y de la dictadura militar cuando la cordillera patagónica se declaró zona subversiva y se habilitó una temporada de caza cuyas víctimas eran todos aquellos que parecieran ser jóvenes, rebeldes, barbudos, zurdos, peronistas revolucionarios o pobres insumisos. Hay que releer discursos de aquellos años de los políticos de derecha, los bandos militares, las declaraciones de organizaciones empresarias y compararlos con los del presente. Dicen lo mismo. Instalan la paranoia que promueve sospechar de cualquier vecino que se acercó a solidarizarse, que convierte en potenciales terroristas a quienes se movilizan para enfrentar el fuego.
También, resulta conveniente releer las proclamas revolucionarias de los años 60 y 70, cuando la palabras revolución, cambio, democracia popular, soberanía, eran exclusivo patrimonio de quienes apostaban a transformar el mundo y ponían el cuerpo para hacerlo.
Hoy, con dolor se puede comprobar que la derecha ha mostrado más coherencia entre lo que proponía y su presente, y que puede revivir combates con una disparidad de fuerzas manifiesta entre grandes empresas monopólicas que cuentan con apoyo estatal y político nacional y las reducidas fuerzas populares locales.
Quienes nunca fuimos de derecha tendríamos que preguntarnos qué nos pasó. En qué cruce de caminos nos perdimos. Y desde allí retomar, si tenemos tiempo, un sendero que tendría que empezar dejando de escuchar a los encantadores de serpientes, que promovieron la idea que el peor error era insistir en un camino socialista. Y dejar de escuchar, sobre todo, a quienes culpan al pueblo de sus propios fracasos.
El mundo Disney y los bomberos pirónamos
La actual Ministra de Seguridad, reconocida saltimbanqui política y actual responsable nacional del Control de Fuego, después de terminar sus vacaciones en Disney con sus nietos, pretendió dar un corte a la catástrofe de miles de hectáreas incendiadas denunciando penalmente al joven dirigente mapuche Facundo Jones Huala por "intimidación pública, incitación a la violencia colectiva, apología del crimen y asociación criminal". Agregó además que "inscribirá a la RAM (Resistencia Ancestral Mapuche) en el Registro de Organizaciones terroristas".
No parece tener en cuenta que según los propios expertos del gobierno, el incendio del Nahuel Huapi se habría iniciado por una tormenta eléctrica. Y que más allá de los que se produjeron por acción humana, que no siempre es intencional, existe un fenómeno que se llama "calentamiento global", que está en el banquillo de los acusados de la mayoría de los incendios en el mundo. Mencionar ese tema puede resultar molesto, porque precisamente nuestro "visionario" presidente ha decretado que esos cambios climáticos son una patraña, y va a retirar al país de los organismos internacionales que se ocupan de ese asunto.
Hay más para decir sobre el tema de los incendios como es el reemplazo del bosque nativo por plantaciones de eucaliptos, el papel que juegan los intereses inmobiliarios en los incendios intencionales, y el valioso trabajo de las comunidades mapuches como "guardianes de la selva". Pero lo dejamos ahí, merecerían otros artículos.
Haciendo gala de su incompetencia, espúreos intereses económicos, manipulación de la información y falta de vergüenza, la respuesta a los incendios forestales de esta versión 2.0 del gobierno lopezreguista, ha sido desatar una cacería cuya mejor ilustración son los mensajes desesperados que circulan en las redes de brigadistas y colaboradores espontáneos que se suman para auxiliar a sus vecinos y apagar los incendios. Esos mensajes aconsejan no subir videos donde aparezcan haciendo su tarea, combatiendo a las llamas. La explicación es muy sencilla: "el gobierno editará esos videos y los utilizaran judicialmente para culparlos de los incendios". Más sencillo: si te metés de bombero, no te saques una foto, porque podés ir preso por pirómano.
Tarda años, pero el bosque es terco y si lo dejan, puja por regresar. Seguramente regresarán también algunos de los pobladores que perdieron todo con el fuego. La lucha es meritoria, siempre estará, pero no alcanza. El gran desafío es quitarles definitivamente el poder a los que destruyen todo. Y como pensábamos en los 70, esa batalla no se gana por generación espontánea o por pura bronca que sale a expresarse en las calles, cuando la humillación ya es intolerable.
Habrá que buscar caminos para que recuperemos este país. No repetir caminos. Repetir las búsquedas.
tramas.ar