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Venezuela :: 10/11/2017

Ministro Juan Arias: "Bloqueo financiero afecta producción de las industrias básicas"

Ernesto Cazal
Entrevista con el Ministro de Industrias Básicas, Estratégicas y Socialistas

En un país en el que la población suele asociar economía con extractivismo petrolero, Juan Arias explica con claridad en qué consiste eso de la producción nacional, sus características específicas en Venezuela y los desafíos de ayer, hoy y mañana en la materia.

En Venezuela se le presta mayor atención a la industria del petróleo, ya que ésta es un motivo de interés tanto para el país como para las transnacionales energéticas. Arias toma en cuenta que la guerra por el petróleo, dirigida por la élite estadounidense, "bloquea el desarrollo de Venezuela como nación".

El gobierno estadounidense amenaza constantemente al país en el marco de esta beligerancia por los recursos energéticos.

Pero es que no hay amenazas, más bien hay acciones concretas contra Venezuela. EEUU tiene un bloqueo comercial contra nosotros, y también de tipo tecnológico, desde hace casi 20 años. La campaña mediática de irnos poniendo como un gobierno autoritario, violador de derechos humanos y de toda norma internacional, un gobierno forajido, ha sido una práctica constante de EEUU, orientado a malponer a Venezuela como un desgobierno desde Chávez hasta ahorita.

¿Se relaciona con aquello de la "crisis humanitaria" que ellos dicen que existe en Venezuela?

Pues con esa fórmula han tumbado varios gobiernos. Hemos resistido y aún no han encontrado la forma de hacer viable el plan golpista. No les está resultado, pero eso no significa que van a desistir. Van a insistir hasta que sientan que lo logran. Y nosotros vamos a insistir en no dejarnos.

Desde este ministerio, ¿qué hacen al respecto?

Primero, tenemos que transmitir la verdad: cuando las cosas las hacemos las mayorías, y en favor de las mayorías, es lo más beneficioso para la sociedad. Eso está en oposición al enfoque individualista del capitalismo. Ahora, ¿estamos teniendo éxito en este propósito, de mostrar que lo colectivo es más poderoso que lo individual? Hemos tenido éxito en algunos aspectos, pero en otros, en materia estrictamente económica, todavía no. ¿Por qué? Porque ha habido muchísimo saboteo. Y también nosotros hemos tenido algunos desatinos en políticas económicas.

¿Con relación a la política industrial?

Nosotros necesitamos que nuestra economía sea robusta. Desde este ministerio trabajamos con más ahínco en las industrias pesadas. Sobre todo el hierro y el aluminio. Tenemos una perspectiva de encadenamiento de la producción.

¿En qué consiste?

Hablemos de la cadena del hierro. Hay industrias intermedias del hierro. Son una docena de empresas vinculadas a estas. Ferrominera está en la punta del encadenamiento ya que maneja las minas de ese mineral. Le sigue Sidor, y luego el complejo siderúrgico nacional compuesto por siete plantas, y luego las briqueteras. Una briqueta es un trozo mineral de hierro procesado, donde le quitan el oxígeno y otras impurezas: es hierro puro. Así somos de poderosos en el mundo que producimos más de la mitad de las briquetas del mundo. Estamos cercanos al 60% en la producción de las briquetas del planeta. Es un insumo fundamental para la fabricación de acero.

Explícanos un poco sobre ese proceso.

Bueno, se usa generalmente hierro puro, la briqueta, y chatarras. Cuando la gente va a fabricar acero hace una mezcla. Es como una sopa. Tú metes estas piezas de acero, chatarra, briquetas, y vas preparando una sopa. Entonces, ¿qué tan puro lo quieres? Le echas más briquetas en relación. La briqueta, como es hierro puro, es más costoso que un tubo; un pedazo de hierro, eso es chatarra, eso es barato. Así que tú vas preparando tu sopa. Hay una gran variedad de acero. Hay unos aceros muy fuertes. Unos más blandos. Depende del uso que vaya a tener el acero, debe tener unos componentes físicos que se los da la composición química.

¿Se producen varios tipos de acero en Venezuela?

Sí, aunque no estamos produciendo, por ahora, acero naval ni acero inoxidable. Queremos producirlos, y para ello estamos construyendo el complejo siderúrgico José Abreu de Lima, que es una planta costosa; tenemos cerca de 60% de ejecución.

¿Con capital internacional incluido?

Por ahora capital nacional nada más, pero es probable que hagamos alguna asociación con alguna empresa internacional, rusa o china. Aunque hemos invertido recursos del fondo chino.

¿Cómo funciona este encadenamiento productivo del que hablas?

Las empresas que posee el Estado son básicas porque hay una enorme cantidad de empresas que aguas abajo consumen o viven de los frutos que se producen aquí. Por ejemplo. En hierro, nosotros producimos el alambrón en la Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro (Sidor), que son como unos anillos. Con ese alambrón se producen cantidades de productos. Clavos, tornillos, grapas. Se perfilan y con ello se producen otros tipos de alambre, como el de púa. Lo adelgazan. Lo ponen más fino. También el alambre de tripa de pollo, que es el mismo alambrón, procesado. Esta base la da Sidor, y otras empresas compran el alambrón y sacan variedad de productos.

¿Qué es de la vida de esas empresas cuando Sidor está parada?

Mueren. Dependen de Sidor. En esto consiste el encadenamiento. Por eso debemos reactivar el aparato productivo venezolano, para fortalecerlo, pues necesitamos mantener vivas las empresas básicas. Dan la base al resto de la economía.

Este es un ministerio estratégico, contrario a lo que se piensa.

Claro. En la industria del aluminio nosotros tenemos, llamémoslo así, el monopolio del aluminio, pues las minas son del Estado. Son minas de bauxita, que se convierte en aluminio, y en una fase intermedia se convierte en alúmina. Venalum y Alcasa se encargan de esa industria. Ese aluminio después es transformado en numerosas cosas. Está en todo. Los ductos del aire acondicionado. Las puertas. Los marcos de las ventanas.
Todo eso es venezolano.

Valor agregado, reemprendimiento industrial

¿Dónde entra el Plan de la Patria o los motores productivos propuestos por el Presidente?

Bueno, estamos fomentando, aguas abajo en el desarrollo industrial, las exportaciones con mayor valor agregado. Venezuela desde la Colonia hasta acá se ha caracterizado por ser un país exportador de productos primarios. Minería, petróleo crudo. No exportamos nada que impliquen procesamientos. Si tú revisas la relación de intercambio entre el valor de eso que vendemos como materia prima y el valor de los productos procesados, es una diferencia de 1/10, 1/20, 1/100. Por ejemplo, ¿cuánto vale un barril de gasolina y cuánto uno de petróleo? Uno de crudo debe estar por los 50 dólares. Pero si lo llenas de gasolina, debería costar unos mil dólares aproximadamente. Es decir, 20 veces más.

¿Y con respecto al aluminio, por ejemplo?

Lo que más hemos exportado es aluminio primario. Concretamente, cilindros y lingotes. Eso es lo que más vende Venalum, o la misma Alcasa. Tenemos que exportar rollos de foil, el que se usa para envolver las arepas. Eso técnicamente se llama perfilería. Una tonelada de aluminio primario te cuesta 2 mil 100 dólares. Y una tonelada de ese aluminio perfilado, por ejemplo planchas de aluminio, ocho veces más. Entre 16 mil y 18 mil dólares. Porque tuviste que pasarlos por unos rodillos que iban aplastando el aluminio para darle forma. El aluminio foil ultra fino que se usa en la industria farmacéutica para guardar pastillas, se llama blíster. Fácil de romper. Vale diez veces más que un lingote. Está alrededor de los 20 mil dólares. Estamos buscando exportar esto. Estamos haciendo contactos a nivel internacional, hemos participado en algunas ferias, y lo más importante: hemos estado recuperando las capacidades instaladas.

¿Cómo va ese trabajo exportador?

Este esfuerzo se está haciendo en los últimos meses, y estamos varios entes públicos trabajando de manera coordinada con Bancoex y con el Ministerio de Exportación, una política estatal acertada en función de generar condiciones que faciliten las exportaciones.

Pero para ello debe haber una fuerte inversión.

Estamos trabajando en este sentido tanto con el aluminio como con el hierro, ya que son industrias viejas, con más de 50 años. Y si bien se hicieron algunas inversiones en el pasado, no se han hecho las suficientes.

Háblenos de Sidor en este sentido, por favor.

Estuvo en manos de una empresa argentina (Techint), gracias a la oleada de privatizaciones en la década de 1990, que la súper explotó. Cuando el Estado recuperó Sidor, lo que nos entregaron fue chatarra. La empresa ya no estaba en capacidad de producir lo que llegó a hacerse con los argentinos, porque algunos equipos sufrieron desgates, y dejaron chatarras. Incluso, algunas líneas productivas fueron desmanteladas.

Otra mirada de la producción

"Hay gente que habla con cierta nostalgia de la 'época argentina' de Sidor, pero es más producto de la ignorancia que de otra cosa. Que si Sidor produjo cuando era privada 4 millones de toneladas y ahora no somos capaces. Sí, ciertamente no somos capaces, eso es verdad con las chatarras que tenemos. Debemos invertir para recuperar las capacidades instaladas en Sidor, e incluso ampliarlas. Y lo estamos haciendo, sólo que hay inversiones que no madurarán en el corto plazo. Pero es bueno que la gente sepa que la forma como se trabajaba Sidor privada era inhumana", dice Arias.

¿Tiene algún ejemplo de esto?

Esta anécdota me la contó un amigo, un dirigente sindical, que me resultó muy conmovedora. Un muchacho perdió la vida luego de trabajar 18 horas continuas en Sidor. Sufrió un accidente laboral, se cayó de un sitio alto, y falleció. Era hijo único. Resulta ser que después del entierro, la mamá del muchacho se quitó la vida. Historia terrible. Hay muchas anécdotas de este tipo en Sidor, producto de la sobreexplotación. Lamentablemente hoy no contamos con una política comunicacional en Sidor que nos mantenga el recuerdo fresco de las cosas malas que había allí cuando era privada. Se producía 4 millones de toneladas en un año, pero a cuál costo. Del "costo" humano no se habla. Eso lo vamos a corregir, porque un pueblo sin memoria es uno que marcha hacia un destino incierto.

Hay gente que se frota las manos en torno a las privatizaciones.

Las privatizaciones no volverán. Pero para que no vuelvan es necesario que sepamos bien lo que representaron en el pasado. Y también tenemos que dar resultados en el presente. Tenemos que hacer que las empresas en manos de lo público, en manos de los trabajadores, tienen que ser eficientes. No en términos de que vuelvan a producir 4 millones de toneladas. ¿Para qué el productivismo? ¿Las cosas están bien si se arrojan cifras y numeritos grandes? Por ahí no es la cosa. Tiene que haber un equilibrio entre las necesidades existentes y la capacidad que debemos tener de satisfacer las necesidades. Las necesidades de la industria venezolana de obtener determinados materiales ferrosos tenemos que cubrirlas, también generar exportaciones para tener las divisas necesarias para importar lo que haya que importar. Pero no se trata de una loca carrera por producir y producir y producir.

El mito de la siembra del petróleo, ayer y hoy

¿Qué fue lo que pasó con la llamada "siembra petrolera"?

Alberto Adriani dio con la idea, pero fue Arturo Uslar Pietri quien la hizo famosa. "Hay que sembrar el petróleo". A mi modo de ver, estamos en el momento perfecto para hacer un quiebre de modelo.

¿Por qué?

Mientras existan altos ingresos de dólares por concepto de venta petrolera, generan una fuerte presión para usar esos dólares para la importación, resolviendo de manera fácil nuestras necesidades. Ahora, si son escasos los dólares, porque los precios del petróleo están deprimidos, eso te genera condiciones óptimas para el esfuerzo productivo, para sustituir importaciones. ¿Qué es "sembrar el petróleo"? Que los recursos del petróleo vayan haciendo un tejido industrial. Como había dólares de repente se hacían inversiones en industrias que seguían manteniendo una dependencia en los dólares.

Pero esa dependencia aún parece consolidada en estos momentos.

Muchas empresas se montaron bajo una lógica de importación.
Necesitamos montar plantas fuera de esa premisa, y que al contrario, exporten. La materia prima la tenemos aquí en Venezuela, pero la "siembra petrolera" no fue tal, porque en muchos casos se invirtieron en negocios que mantenían la dependencia en los dólares, léase petrodólares. Y el Estado era el único que traía dólares a través de la industria petrolera.

¿Cuál es su diagnóstico en torno a este problema?

La "siembra del petróleo" fracasó en buena medida con los booms petroleros. Cada vez que los precios del petróleo se disparan, la locura importadora sube. Sale más barato traerme un carro importado, hecho afuera, enterito, que comprarlo en Venezuela ensamblado aquí. En varios momentos hemos vivido esa locura. Incluso en revolución también las hemos tenido. Hemos cometido algunos errores de política comercial, de política económica, donde no hemos visualizado debilidades y no las hemos corregido a tiempo. Ahora creo que estamos en un buen momento para hacer estos cambios, porque el dólar barato no contribuye a que la iniciativa innovadora, ese esfuerzo de esos tipos que están echándole pichón, pariendo soluciones propias, florezca. ¿Qué sentido tiene que trabajemos aquí para fabricar una pieza equis si la podemos traer importada de China?

Nuestra vulnerabilidad.

Y los EEUU saben que nosotros somos vulnerables a eso.

Del bloqueo al otro modelo

Sobre tecnología y producción, ¿cómo se desarrolla esto en Venezuela?

Con esta crisis que se ha generado con el dólar, la gente está pariendo soluciones nacionales, y estamos ganando en soberanía productiva. Ese esfuerzo propio debe implicar un desarrollo tecnológico. Por ejemplo. Owens Illinois nos negó la posibilidad de comprarles partes y piezas luego de que nacionalizamos hace siete años la industria del vidrio, lo que era Venvidrio. Los envases de compotas venían de allí. Las botellas de refresco, las de cerveza. Cantidad de envases de uso farmacológico. Es una industria estratégica. La Owens nos hizo un bloqueo comercial y tecnológico, no nos vendió repuestos. Tuvimos que hacer ingeniería inversa. Ahora, todos los consumibles que usa Owens Illinois son "made in Venezuela", ¿qué tal? Ingenieros y trabajadores nuestros le echaron pichón a fabricar cada pieza que se iba dañando con el desgaste.

¿En qué consiste ese desgaste?

Son hornos. En el infierno hace más frío que en Venvidrio. Entonces las piezas se van deformando, se desgastan. Ahora Venvidrio usa mil y pico de piezas que son nuestras. Eso fue pasando en siete años, al punto de que los tipos dicen que están en capacidad de montar una planta de vidrio, venezolana, donde sea. Tenemos innovadores creativos, pensando soluciones.

Sabotaje nacional e internacional

¿Cómo repercute la guerra política-económica en la industria nacional?

Hay gente dentro de Sidor que asegura que los sabotajes han sido promovidos por gente interesada en la reprivatización. Eso está en investigación. También es cierto que hemos sido perjudicados por agentes de estas empresas chatarreras y malandras, que viven del sabotaje. Hay empresas que funden cobre, aluminio, que le pagan a recogelatas e indigentes y otras personas dentro de la industria para que hagan fechorías. Hemos apresado gente en acción. Hicimos allanamientos a algunas de estas empresas. Aquí hay operadores con un objetivo político, o por asuntos económicos, rateriles, hamponiles. Pero donde ha sido más claro el sabotaje político, económico y comercial contra nuestras empresas es en el exterior.

Danos un ejemplo.

Que nos nieguen el acceso a comprar algunos insumos porque quien las está comprando es Sidor o Venalum. Para otras empresas sí, para nosotros no. Allí hay una clara intencionalidad política, un veto. Nosotros hemos comprado algunos insumos en el exterior a través de intermediarios, sobre todo ahorita con las sanciones, que están teniendo impacto económico. Hay que reconocer que nos están afectando. Pero no nos han detenido. Simplemente vamos a estar un poco por debajo de las metas que nos hemos planteado, en el corto plazo. No lo haremos por el saboteo internacional.

¿Alguna anécdota de sabotaje industrial en los últimos meses?

Fíjate, Sidor estuvo parada durante los últimos 10 días de la campaña electoral para las elecciones regionales. O sea, los primeros días de octubre pararon los hornos justo cuando íbamos a arrancar un proceso de colada. ¿Quiénes lo hicieron? Bueno, tenemos que determinar muy bien las responsabilidades. Porque eso le costó a Sidor, contando las 3 mil 500 toneladas de acero producidas por día, por lo menos unos 100 millones de dólares aproximadamente, y asimismo unos cuantos millones de bolívares, porque una parte se vende afuera, otra va al mercado nacional.

¿No han agarrado a nadie?

Varios de los sindicalistas que hicieron eso, los tenemos plenamente identificados y fueron personas vinculadas al candidato de la oposición allá en Guayana (Andrés Velásquez). ¿Había intencionalidad política? Obviamente, sí. Pero eso no evitó ni que Justo Noguera Pietri ganara, ni que Sidor dejara de producir. Logramos reactivar los hornos dos días antes de las elecciones. Ese viernes 13 de octubre se inició la reactivación. Yo le agradezco a los trabajadores. Hay una clase obrera que lo que quiere es producir, que apuesta a Venezuela y que tiene una fuerte mística y sentido de pertenencia. Lamentablemente tenemos algunos dirigentes sindicales que, o juegan para la oposición, o son “nuestros” digamos, se dicen chavistas pero no están suficientemente comprometidos con la producción. No se manejan por la lucha política sino por las reivindicaciones. Entonces compiten por quién le dio más beneficios a los trabajadores, "fui yo el que logré un bono de tanto, entonces eso me hace héroe".

El sindicalismo adeco que no hemos superado...

Sí. Pero hay un esfuerzo sostenido de los trabajadores, y un compromiso con la producción. Ese compromiso pasa por que en este momento duro tenemos escasez de dólares; para producir le están echando un camión, sustituyendo partes y piezas. Hemos estado documentando eso, en muchísimas de nuestras empresas hemos resuelto cosas que antes se resolvían a dolarazos. Ahora se resuelve con bolivarazos y con sudor, trabajando bastante, con base al talento propio.

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