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Movilización por justicia para Fernando Báez Sosa: La otra agenda
Ayer se cumplió un mes de la consagración argentina en el mundial de fútbol que generó la movilización de millones de personas. El pedido de Justicia por Fernandez Baez Sosa volvió a generar manifestaciones multitudinarias.
La proeza futbolística de la selección argentina de fútbol, generó una enorme adhesión popular. En la Argentina es inocultable la decadencia de las economías populares en los últimos años. Y frente a esa evidencia el mensaje de la derecha ha sido que somo un país de fracasados. El triunfo deportivo aportó a reivindicar nuestra autoestima, la que resulta imprescindible para emprender cualquier batalla. Esa recuperación de la autoestima no es sinónimo de la exaltación del chauvinismo, como lo suponen algunas mentes coloniales.
Cuando se produjo el asesinato de Baez Sosa, los 'chats' que intercambiaron los implicados mostraron su desprecio por su víctima. El grupo de rugbiers, blancos y de clase media alta, se molestaron por la presencia de “un negrito” en un boliche de Villa Gesell [playa cercana a Mar del Plata]. Para agregar al combo de ser víctimas de la discriminación, escuchamos hablar a sus padres y no ocultan que son inmigrantes paraguayos. Los cientos de miles de personas que se movilizaron el miércoles en el país exigiendo justicia, demostraron que no sólo desconfían del poder Judicial, sino que no avalan estos crímenes de clase, ni el desprecio xenófobo.
No hay datos precisos, sobre cuántas personas se movilizaron ayer en distintas ciudades, que algunos estimaron en más de un millón, pero es inevitable la comparación con lo sucedido con la condena a la ex-vicepresidente Cristina Fernandez, que fue sentenciada en un un fallo amañado. En este último caso, no hubo manifestaciones de repudio en la calle.
A esa carencia, ha aportado la táctica del gobierno, del justicialismo y del kirchnerismo de tratar de resolver los problemas judiciales y del país sin aportar a la movilización popular. Está táctica no parece la más conveniente. Y además, va contra la propia historia del peronismo, que resolvió su primer conflicto cuando una movilización surgida desde las fábricas consiguió la libertad de Perón, el 17 de octubre de 1945.
En un día de gran movilización popular, la noticia que dio el gobierno fue la recompra de un millón de dólares de deuda, un gesto para agradar a los mercados. Por el lado de Juntos por el Cambio [derecha], sigue la disputa feroz entre Larreta, Bullrich y Macri, por ir a la cabeza en la próxima elección. Los dos primeros arrancaron en punta, pero el ex-presidente ya les demostró que él es el dueño de las carpetas de inteligencia y cuando se le ocurra puede sacar a relucir datos que pueden dañar a sus contricantes. A Bullrich le tiró con la carpeta de Millman y a Larreta con las revelaciones sobre su Ministro de Seguridad D´Alessandro.
Movilizaciones como las que se produjeron en los festejos del mundial y por el pedido de Justicia para Fernando Báez Sosa, van delineando una búsqueda popular, que parece bastante alejada de las “brillantes” tácticas de agradar a los mercados, que promueve Massa, o del juego de espías que estimula Macri. Cuando se transitan agendas tan diferentes, las sorpresas pueden demorarse, pero son inevitables.
