No nos van a sacar de la huella

(Editorial de Quebracho prensa nacional nº 58
Abril 2007)

Este 2007, año electoral, debía caracterizarse por u a profundización del vaciamiento del debate político. Había que discutir sobre la mejor sonrisa de los candidatos, sobre quién se junta con quién saltando todas las lógicas políticas e ideológicas, pero todos tenían previsto que ya no se discuta el saqueo del petróleo, la devastación de los recursos naturales, la deuda externa, la redistribución de la riqueza, la educación, y etcéteras interminables.

El único problema que tuvieron es que hay argentinos que a los gritos, con la pasión de la patria asistiéndolos, vienen denunciando el saqueo y la devastación. No tuvieron en cuenta que los pobres siguen porfiando en hacerse ver.

Nadie consideró que algunos argentinos "hacen política" sin pensar en candidaturas y negocitos.

Y ahí el MPR QUEBRACHO asoma insolente a escupirles el asado. Dijeron que éramos pocos y crecimos al punto que no pueden ignorarlos con miles encolumnados tras nuestras banderas en todo el país. Dijeron que estábamos aislados y, salvo por los mediocres que se empeñan en cumplir su procesión, cada vez más sectores políticos y sociales nos asisten y acompañan. Dijeron que éramos una izquierda juvenil berretinera y no pudieron ocultar nuestro patriotismo, nuestro cuerpo doctrinario. Dijeron que contratábamos gente (como hacen ellos) para nuestras manifestaciones y se sorprenden cuando nuestra gente enfáticamente aclara que participa de las mismas porque cree en lo que hace. Y dijeron que somos unos cobardes que mandamos al muere a los muchachos mientras los jefes se refugian en preservaciones inexplicables; ahí tienen la más falaz de sus infamias, todos nuestros hombres de dirección encabezando marchas, cortando rutas, siempre al frente de nuestra heroica militancia.

Este 2007 era un año donde necesitaban clama aunque se burlaran de los trabajadores con paritarias, aunque prometieran aumentos que nunca efectivizan. Pensaron que ufanándose de lo que llaman crecimiento económico bastaba, crecimiento que sólo se verifica en los bolsillos de los grandes monopolios y de los políticos que les facilitan los negocios.

Les estalló en las narices su infamia, docentes, estatales, petroleros, transporte, distintos sectores van empujando y fogoneando la lucha obligando a los dirigentes a encabezarlas.

Gobiernan con la gendarmería como ejército de ocupación en Las Heras y Río Gallegos, y sin embargo los trabajadores siguen manifestándose en multitudinarias marchas, toman la legislatura para evitar que legislen contra el pueblo y construyen cortes de ruta y paros generales.

En Salta lo mismo, con un pueblo que sabe de sobra de rebeldías, terminan destrozando la legislatura símbolo de los políticos que con distintos colores se burlan de todos.

Y Neuquén, la fatal y recurrentemente trágica Neuquén, que denuda la verdadera naturaleza del régimen. No van a "ahorrar sangre de gauchos" en intentar ahogar los gritos de nuestro Pueblo.

De nuevo, como Corach en su tiempo, el pintoresco Fernández y hasta el mismísimo Kirchner acusan a Quebracho de ser responsable de todas esas peleas. Una maniobra infantil a la que nadie puede darle crédito y que persigue la ilusoria intención de esconder la lucha de los argentinos.

Estamos en el comienzo del fin de esta pesadilla. Podrán esconder la realidad con la complicidad de los medios de comunicación que dedican horas al caso del yanqui loco o al juicio de García Belsunce. Podrán pilotearla construyendo una supuesta batalla electoral febril. Pero más temprano que tarde no van a poder evitar que se levante la Argentina y ponga las cosas en su lugar.

Y en este derrotero desaforado que vanamente intenta esconder la realidad bajo la alfombra, se le ocurrió al gobierno que persiguiéndonos judicialmente iba a sacarnos de la calle, nos iba a replegar en el miedo. Nada de eso.

Ochenta y ocho citaciones a declaraciones indagatorias con amenazas de procesamientos, decenas de causas judiciales en curso, y finalmente la prisión de los compañeros que fueron a repudiar el fusilamiento de Carlos Fuentealba, como el amenazante y desproporcionado "cerrojo" que hicieron sobre 300 compañeros en uno de nuestros locales, no van a lograr sacarnos de la huella. Huella profunda, marcada por la Resistencia, que cada día estamos más seguros de recorrer.

El MPR QUEBRACHO rodeado de los sectores que defienden la Causa Nacional, que luchan contra el imperialismo, seguirá desplegando su política de construcción de una alternativa real que sea capaz de oponerse efectivamente a los Kirchner, los Sobisch, los Terleman y todo esa manga de delincuentes.

No van a sacarnos de la huella. Hay una organización fuerte que sobrevivió y se repuso a distintos golpes represivos y esta vez no será diferente.

Una mala noticia para los que mandan: QUEBRACHO sigue de pie, en la huella de la liberación.