Noonomía
El libro Noonomía (Plaza y Valdés, 2020), del académico ruso Sergey Bodrunov, originalmente fue un material preparado para la discusión del seminario científico 'Marx en la era de la alta tecnología: globalización, capital y clase', llevado a cabo del 26 al 27 de octubre de 2018 en Cambridge, Inglaterra, aunque las ediciones en inglés y castellano fueron actualizadas y revisadas por el autor, e incluyen materiales de otros coloquios celebrados en el Instituto S. Y. Witte para el Nuevo Desarrollo Industrial, que él dirige. Esta investigación recibió el premio de Logro Distinguido en Economía Política para el siglo XXI.
Noonomía es un término propuesto por Bodrunov que proviene del griego, noo, conocimiento o razón, y nomos, que implica ley, orden, principio de organización y vida, esto es, regirse por el conocimiento o la razón sería el significado etimológico del concepto. Bodrunov aclara que: “noonomía es una manera de satisfacer las necesidades en una sociedad donde exista la ‘luz de la razón’ y la producción no tenga relación ni existan relaciones de propiedad, donde no haya economía. Esto es, un camino no-económico de satisfacer las necesidades”. Noonomía –de acuerdo con el autor– es el modelo futuro de la estructura de la sociedad, donde la relación dejará de ser económica para dar curso al pleno desarrollo de los seres humanos viviendo en sociedad.
Entonces, la noonomía, no la economía, se convertirá en el medio inteligente e intensivo de conocimiento para la satisfacción de las necesidades, tanto de los individuos como de la noosociedad en general. Se reconoce que el conocimiento y la tecnología pueden usarse en detrimento del ser humano y la humanidad; pueden ser utilizados para la autodestrucción. “Sin embargo –también–, conocimiento y tecnología pueden ayudar a las personas a superar las limitaciones objetivas que enfrentan, resolver problemas irresolubles y proporcionar oportunidades para franquear las barreras que antes parecían insuperables”.
El libro consta de tres partes, con su respectivo capitulado, que van tratando temas como la sociedad industrial y la postindustrial, la nueva normalidad en la economía global, los prerrequisitos de la transición a una nueva estadio de la producción industrial, el conocimiento intensivo aplicado a la producción industrial y de cómo el futuro está presente en la actualidad, para hacer las trasformaciones necesarias en la estructura de la demanda, y el papel de la cultura en todos estos procesos. En la sección dos se introducen términos que van en la misma lógica de la noonomía, como noósfera (esfera de la mente) y nooproducción (o producción no intensiva), que representan la concreción de las nuevas tecnologías y el reto para la humanidad y la sociedad. También se analizan recomendaciones para arribar al modelo propuesto.
La obra es de alcances estratégicos, en tanto que señala un posible futuro al que podría llegar la humanidad, dadas ciertas transformaciones, algunas de las cuales están en curso, mientras otras se producirán en la dirección establecida por un desarrollo social que está contenido en la noción de noonomía, en el que los avances científicos y tecnológicos, la microelectrónica, la información, la biotecnología, la ingeniería genética, la robótica, la fibra óptica y la autonomización podrían llevar a un abandono masivo del trabajo manual.
Para llegar a este objetivo se requieren cambios institucionales que conduzcan a un estado industrial nuevo y la emergencia de una nueva normalidad. Bodrunov sostiene que “el desarrollo de las tecnologías nos acerca ‘al reino de la libertad’ de Marx, que se traduce en liberarse de los deseos y tener menor dependencia de la necesidad de asignar tiempo, recursos y esfuerzo a la producción de bienes materiales”. Considera que cada vez es más obvio que Marx tenía mucha razón en sus predicciones. Fue el primero en predecir el papel que desempeñarían la ciencia y el conocimiento en la producción moderna. A mediados del siglo XIX percibió la transformación del proceso de producción del simple esfuerzo laboral a un proceso científico, que subyuga las fuerzas de la naturaleza y las obliga a trabajar al servicio de las necesidades humanas.
Además de refrendar el alto valor reflexivo de noonomía, con su perspectiva de utopía concreta, posible y deseable, planteo un interrogante ineludible desde la realidad de un país como México, donde las actuales formas de acumulación capitalista, militarizada-delincuencial, provocan despojo de territorios, guerra de amplio espectro contra los pueblos, violencias sociales de diversa naturaleza, entre ellas, extorsión, feminicidio y juvenicidio, y dentro de los cuales no se vislumbra tal avance de las tecnologías, ni un mundo que pueda ser regido por la noonomía. En otros términos: ¿es aplicable el modelo propuesto para países estructuralmente sujetos a la dominación colonial, neocolonial e imperialista?
La Jornada