ePub
pdf
Nueva Orleans, Bush y el tercer frente
Toda guerra tiene su estrategia, y en esta que los halcones en el poder libran para apoderarse del petróleo del Medio Oriente, el "estratega" George Bush movió una ficha fatídica cuando en 2003 por su iniciativa hizo transferir el 80 por ciento del presupuesto y el equipo de mantenimeinto y reforzamiento de los diques de Nueva Orleans hacia Irak. El resultado fue que abrió un tercer frente que se sumó al que libra en Irak y Afganistán y que afectará aún más la debilitada economía de los Estados Unidos.
El ejército norteamericano desde hace 20 años está guiado por la doctrina del general Colin Powell que indica que EE.UU. tiene fuerza suficiente para entablar dos guerras simultáneas, pero de ninguna manera una tercera, sin embargo, un enemigo poderosismo, irónicamente advertido desde hace dos años por diferentes científicos y medios de comunicación, le salió al frente causándole daños que solo podría haber generado una bomba atómica.
El huracán Katrina y la consecuente inundación de Nueva Orleans habría causado unos 10 mil muertos, hay más de 25 mil personas que son buscadas desesperadamente por sus familiares y amigos a través de un portal electrónico del periódico local The Times - Pucayune y se estiman los daños en unos 125 mil millones de dólares. De acuerdo a los especialistas, se requererían unos 300 mil millones de dólares para reconstruir la ciudad. Ironicamnte, casi la misma cifra que se calculó para la reconstrucción de Irak tras la invasion, destrucción y saqueo. Para Afganistán, luego del bombardeo, calcularon unos 200 mil millones de dólares para la reconstrucción. Sin embargo, todo quedó en promesas y la ayuda financiera de esta magnitud no ha llegado hasta hoy, tanto a Afganistán como a Irak donde la sangre de los inocentes se sigue derramando..
El tercer frente corre la misma suerte. Estados Unidos tiene en estos momentos un déficit presupuestario de 331 mil millones de dólares. Aunque Bush prometió 10.6 mil millones y el Congreso autorizó 50 mil millones de dolares, nada todavía ha llegado. La tarjeta de crédito de dos mil dólares, que se prometió a los damnificados por Katrina ha sido anulada y ahora dicen que deben acercarse al banco para abrir una cuenta por esa cantidad presentando documentos de identificación. Las autoridades saben perfectamente que la mayoría de los damnificados se quedó sin ningún documento e inclusive los registros municipales de propiedad, de la clase media y pobre se perdieron por la fuerza del huracán Katrina.
A pesar de los informes optimistas de la mayoría de los medios de comunicación que están minimizando los daños y escondiendo el número real de muertos, Nueva Orleans sigue viviendo una situación de anarquía. El reportero del periódico británico The Sunday Times narra cómo los policías y los militares procedentes de distintos estados norteamericanos actuan por separado y a su manera sin existir ninguna coordinación entre ellos. "La revisión casa por casa se limita a tocar la puerta, subir al techo, sacar el aparato de aire acondicionado para comprobar si hay hedor de muerte o no para luego alejarse. Y nada más. Dice que no entran ni revisan si hay heridos o agonizantes.
Ya se sabe que los datos verdaderos de la catástrofe no se sabrán en los próximos 20 años porque hay una consigna implícita oficial de ocultamiento así como sucede en Irak y Afganistán. Por algo el alcalde afroamericano de Nueva Orleans, Ray Nagin, quien criticó severamente al gobierno federal por su indiferencia y la falta de profesionalismo declaró en una entrervista con la CNN que teme que la CIA lo asesine y que "si me pasa algo y la próxima semana no me ven, Ustedes ya sabrán lo que me sucedió", dijo al mundo.
El único que saldría más rico de la tragedia del tercer frente, sería el vicepresidente Dick Cheney porque al igual como en Irak y Afganistán la sucursal de su trasnacional Halliburton , Kellogg Brown &Root (KBR) logró ya el primer contrato de 500 millones de dólares para reparar los puertos afectados, y que fue firmado por el destituido director de la Oficina General del Manejo de las Situaciones de Emergencia (FEMA), Michael Brown, un reconocido lobista de la KBR.
Mientras tanto en Irak, aparte de que la resistencia es más cruenta, la muerte diaria de mercenarios y soldados, la imposibilidad de comercializar el petróleo, se ha sumado- según reportes de periódicos árabes- la noticia que dentro de las brigadas provenientes de Lousiana, específicamente la 256 y la 141 de artillería, se habría producido levantamientos al recibir la noticia de la muerte de familiares y la respuesta indolente del gobierno para atender a los sobrevivientes del Katrina Este hecho habría sido la causa por la que Bush anunció el retorno de 3,775 de esos soldados.
El frente iraquí es realmente una trampa mortal, insolucionable. Lo que sucede allá recuerda la conversación del primer ministro de la India Rajiv Ghandhi en 1990 con el presidente de Irán, enemigo jurado de Irak, Ali Akbar Hasemi Rafsanjani. Cuando Ghandhi le preguntó quién podría reemplazar a Sadam Husein, Rafsanjani le dijo: "solamente Sadam Husein, éste tiene la capacidad, fuerza y rudeza para mantener unidos a shiitas, sunies y kurdos". Cosa que Estados Unidos, no ha logrado ni a bombazos.
El frente afgano es igual o peor. Los talibanes se han reagrupado y este año han logrado una de las mejores cocechas de opio de la historia del país (4,519 toneladas) que significa el 87 de todo el opio en el mundo. Con ese dinero están pasando al "liberado" Kurdistan iraquí donde compran los misiles tierra -aire rusos y chinos SAM, a 2500 dólares cada uno, y que Sadam tenía por montones. Con estos misiles que disparan apoyados en el hombro están haciendo lo mismo que les hicieron a los soviéticos: derribarles helicópteros. Cuántos habrán destruido, que hoy, según al-Jazeera, para poder trasladar a los especialistas militares de una base a unos 40 kilómetros de Kabul hay que esperar de dos a tres semanas, porque cada helicóptero de transporte necesita otros dos de escolta.
Al igual que Irak, el desgobierno, los atentados y secuestros son cosa de cada día. Hace menos de una semana hubo un atentado contra el ministro de defensa de Afganistán y su comitiva. El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, no tiene ni un guardaespalda afgano, todos son mercenarios gurkas o militares norteamericanos de las fuerzas esperciales. A la vez el país está en bancarota y ni para las elecciones parlamenrarias, que tendrán lugar el próximo 18 de setiembre, no hay dinero disponible ya que la ayuda financiera norteamericana no llegó hasta ahora.
Los tres frentes tienen una muy triste similitud: la prohibición de fotografiar muertos, bajo el pretexto "ético". Por eso nadie podrá saber exactamente quienes, dónde ni cuántos murieron ahogados, ni qué hacían tantos cuerpos dentro del cuarto "refrigerado" del "refugio" sin energía eléctrica llamado Superdome de Nueva Orleans. Tampoco sabremos el destino de los inmigrantes ilegales, la mayoría de los cuales no hablan inglés - hoy más que nunca las víctimas ocultas de Katrina porque no pueden salir de sus casas, refugios o escondites, ya que según cuenta The Sunday Times, los soldados y la policía "armados hasta los dientes" con vestimenta de combate, detiene y controla documentos cada doscientos metros de la ciudad que estará sumergida en las aguas por unos dos meses más porque la mayoría de la pompas no funciona.
Nadie sabrá quiénes murieron de hambre y sed, ni quienes durante los constantes y misteriosos balazos de las primeras noches tras la tragedia. Tampoco por qué se produjeron las explosiones que quemaron edificios en el centro de la ciudad. Al igual que Afganistán e Irak todo quedará oculto para la historia.
