Nuevo asesinato de manifestante en las protestas de Perú
EL asesinato número 60 y tantos de un civil en las protestas antigubernamentales fue confirmada este viernes, tras represión en la región centroandina peruana de Huancavelica, en Apurímac, en los que hubo además tres heridos graves de bala y 38 detenidos.
Según fuentes consultadas telefónicamente, el occiso Denilson Huaraca llegó cadáver a un hospital y las causas de su muerte, aunque obvias, son "materia de investigación". La policía impidió el traslado del féretro.
La represión se registró anoche en la localidad de Cotaruse de la provincia de Angaraes, Huancavelica, limítrofe de la región de Apurímac, cuya capital es Abancay, adonde fueron trasladados Huaraca y los tres heridos.
El ataque se inició cuando un grupo de policías llegaron a un punto de bloqueo de la carretera Interoceánica a despejarlo, pero los campesinos de comunidades cercanas que lo custodiaban resistieron la violencia policial.
Los campesinos quemaron un autobús del servicio interprovincial de lujo y una caseta de control vial.
En Abancay, el hospital Guillermo Díaz de la Vega, confirmó que recibió a dos baleados: Damián Sivipaucar, herido en el muslo izquierdo, y Pablo Lazo, herido en el tórax y en el brazo izquierda.
El herido Víctor Rojas recibió un proyectil que le causó “traumatismo medular dorsal, trauma toráxico abierto” y por su gravedad, se dispuso que sea trasladado a un hospital de mayor complejidad.
De otro lado, la delegación local de la Defensoría del Pueblo verificó que la Policía detuvo al menos a 38 manifestantes cuya desaparición es objeto de seguimiento por ese organismo.
También, en la ciudad surandina de Juliaca, de la región de Puno, se reportaron 23 heridos durante el bloqueo de varias horas, de manifestantes al aeropuerto Inca Manco Inca. Del total, nueve fueron hospitalizados y tres de estos tienen heridas de bala policial.
Los manifestantes intentaron ingresar al aeropuerto Inca Manco Cápac durante varias horas y abrieron para el efecto huecos en el muro perimétrico de la terminal aérea y echaron abajo parte de una cerca de protección, cuando fueron reprimidos.
Los incidentes se registraron después del homenaje masivo y pacífico a una veintena de pobladores de Juliaca, al cumplirse un mes de su asesinato en el intento de ocupar la misma terminal.
El tributo se realizó en la avenida “Mártires de la Democracia”, cuyo nombre anterior, avenida Independencia, fue cambiado por el municipio de Juliaca como homenaje a los caídos el 9 de enero.
Las protestas realizadas en las regiones de Puno y Huancavelica desafiaron el Estado de Emergencia decretado por el gobierno el domingo último, por un lapso de 60 días (prorrogable) y en el caso de Puno con las Fuerzas Armadas a cargo del control del "orden público."
Los peruanos vuelven a tomar las calles para exigir la renuncia de la golpista Boluarte y recordar a los civiles muertos en las protestas
Miles de peruanos volvieron a tomar las calles este jueves y viernes para exigir la renuncia de la presidenta golpista Dina Boluarte y recordar a los civiles que han muerto por la represión en semanas de protestas antigubernamentales.
Manifestantes salieron en varias ciudades para exigir el fin de la crisis política que azota al país desde la detención del presidente democráticamente elegido, Pedro Castillo, el 7 de diciembre.
En Juliaca, en la sureña región de Puno, los manifestantes exigieron justicia para los 18 civiles muertos en la represión de las fuerzas de seguridad el 9 de enero, cuando una manifestación de unas 5.000 personas intentó tomar el aeropuerto.
Volvieron a dirigirse al aeropuerto el jueves, y fueron igualmente reprimidos por la policía con gases lacrimógenos y fuego real, según imágenes de medios locales.
Miles de personas, incluidos familiares y seres queridos de los manifestantes caídos, se reunieron en otras partes de Juliaca para una marcha que combinó gritos de dolor, consignas antigubernamentales y cánticos de protesta.
“La sangre derramada nunca será olvidada”, rezaba un mensaje dirigido a Boluarte mientras familiares afligidos vestidos de negro sostenían fotos de los manifestantes muertos.
“Me quitaron a mi hijo asesinándolo”, dijo Faustina Huanca, una vendedora informal de 57 años. “Dos policías me dispararon a quemarropa…”, denunció Diego Quispe, un trabajador independiente de 34 años. “Tengo más de 70 perdigones en todo el cuerpo; (los médicos) solo pudieron extraer ocho en la primera cirugía”.
En Arequipa, también en el sur, miles de personas marcharon hasta la Plaza de Armas. También hubo protestas en Ayacucho, Pucallpa y Puno.
Más al norte, en la capital Lima, decenas de miles se habían reunido para protestar hasta última hora de la tarde.
Sesenta y dos carreteras nacionales permanecían bloqueadas el jueves, según las autoridades.