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Argentina :: 21/05/2024

Números, historias y relatos de la Argentina fantástica

Guillermo Cieza
En marzo la industria cayó un 17,2 por ciento, la paralización de la obra pública ya provocó 100.000 despidos. Bajó el consumo en los hipermercados (15,4%) y aumentan les sintecho

Haciendo referencia al extremo más doliente de la sociedad, un reciente informe del gobierno porteño señala que en Buenos Aires viven 4.009 personas en la calle, un 14% más de las que hace un año padecían esa situación. Estos datos desmienten los relatos de una Argentina que emerge de la crisis y se propone como ejemplo mundial.

Detrás de los números fríos hay historias dolorosas.

Un trabajador relata que hacía 27 años que trabajaba en la empresa y que por cuestiones de edad, ahora le va a ser difícil encontrar otro empleo. "Tengo experiencia, siempre cumplí. ¿Pero quién va a tomar un trabajador de más de 45 años?".

Una trabajadora cuenta que es jefa de hogar y tiene dos niños pequeños. El alquiler se les fue por las nubes y ahora tiene que volver a buscar empleo.

Una mujer que ha empezado a vivir en la calle con sus hijos comenta que sus limitados ingresos como empleada doméstica le alcanzaban para pagar una pieza pero, después de diciembre del año pasado, ya no le alcanzó para alquilar un techo.

No falta el que lamenta haber votado a Milei: "me tenían cansadas las mentiras de los políticos y pensé que este loco podría cambiar las cosas. Y cambiaron, pero para peor".

Todo no se puede

Los empresarios argentinos sienten un gusto agridulce con la gestión del presidente. Por un lado apoyan fervorosamente las reformas laborales que les permitirán contratar empleados en negro, aliviar deudas jubilatorias, flexibilizar condiciones de trabajo y bajar salarios. Pero por otro, advierten que la baja del consumo y la apertura indiscriminada de las importaciones perjudican sus ingresos y, en algunos casos, ponen en riesgo la continuidad de sus fábricas o comercios.

Los costos y beneficios dependen del tamaño de la empresa y de su vinculación con las exportaciones. Una empresa multinacional como Bridgestone no tienen mayores inconvenientes para despedir trabajadores y bajar salarios, porque pueden importar neumáticos de filiales en otros países.

El grupo liderado por Paolo Rocca monopoliza buena parte del acero que se produce en la Argentina con Tenaris que fabrica tubos de acero y Ternium que produce aceros planos. La caída de la construcción perjudica particularmente a las empresas de Ternium, pero Rocca compensa sus ganancias con el dominio que le ha dado el gobierno en los negocios petroleros y porque ha colocado uno de sus ejecutivos en el Ministerio del Trabajo.

Esta no es la situación que viven muchas pymes que producen y comercializan en el mercado interno, y no pueden compensar sus pérdidas.

¿Tiene sentido hacer por un tiempo un pequeño sacrificio en las ganancias, para terminar de disciplinar al movimiento obrero, barriendo los muros defensivos de la legislación laboral vigente? A los empresarios le gustaría ganar mucha plata y reducir derechos laborales, pero Milei ha puesto las cosas blanco sobre negro. Las diferentes opiniones que empiezan a aparecer en la Unión Industrial Argentina, expresan las distintas realidades y espaldas financieras para afrontar ese desafío.

Las nuevas costumbres de la crisis

La Argentina es un país donde el 80% de sus habitantes se autopercibe clase media, lo que es desmentido por la realidad: el promedio de los sueldos de los trabajadores formales es 705.000 mensuales (unos 750 dólares), y para ingresar en esa clase (o simplemente no ser pobre) se necesitan 825.000 pesos. Si esa es la situación de los trabajadores formales, la de los informales es mucho peor.

En tiempos pasados la percepción de ser clase media se sostenía por el hecho de estar ahorrando para comprar un terreno, pensando en el futuro de los hijos o una casa para ir de veraneo. Después, los planes se redujeron a construir la casa propia, y comprar un automóvil o renovarlo "para que no se desvalorice". Cuando estos planes empezaron a quedar un poco lejos, se empezó a ahorrar algunos dólares para hacer un viaje al exterior. También gratificaba ir al hipermercado y salir con el changuito lleno, o pasar una semana de vacaciones en la costa.

En tiempos de Milei la "autopercibida" clase media se valora con menos. Hace compras diarias en los comercios del barrio y algún viernes o sábado se da el lujo de ir a una pizzería. El asado familiar del fin de semana ha pasado al recuerdo de los viejos tiempos. La reducción del consumo real es compensada por la ampliación del consumo virtual. Internet y las redes sociales ayudan a sentirse parte de un mundo, aunque no lo disfrutemos. Y también los algoritmos proporcionan noticias "gratificantes" para algunos clasemedieros despistados. Por ejemplo, que van a investigar a los piqueteros, que se va a bajar la edad de imputabilidad, o que no se les concedió un aumento a los docentes "que trabajan poco y tienen tres meses de vacaciones".

Un presidente estrella

Tenemos un presidente que aspira a convertirse en líder mundial de la ultraderecha. Publica libros donde afirma que tiene un doctorado en la UBA y difunde que en su país los salarios y jubilaciones le están ganando a la inflación. En la disputa geopolitica mundial se asocia a los que van perdiendo. Se regodea sacándose fotos con Volodimir Zelensky, se embandera "con el derecho a la defensa de Israel", y se aferra a EEUU como chico que pide teta.

A los neoliberales con más aspiraciones estratégicas les da un poco de vergüenza que principios como superioridad del capitalismo, defensa de la propiedad privada, achicamiento del Estado y reforma laboral, tengan estos voceros. Pero lo soportan, especulando con que avance algunos casilleros aprobando algunas leyes. Le reconocen una particular capacidad de conectar con sectores de la sociedad extremadamente vulnerables a la manipulación política. Cuando se rompa la fantasía, habrá tiempo de soltarle la mano.

Algunas realidades poco comentadas

La marcha de docentes y universitarixs en defensa de la educación pública fue noticia internacional, por su masividad y por su contenido.

El último paro general de la CGT, también tuvo una repercusión internacional muy importante. Hay muy pocos países en el mundo donde tres centrales sindicales convocan a parar el país y garantizan que no haya transportes ni escuelas, que paren las fábricas y toda la administración estatal. Lo que en nuestro país está naturalizado por la experiencia de lucha de nuestrxs trabajadores, es excepcional como noticia internacional.

Las mujeres y disidencias argentinas están a la vanguardia en Latinoamérica y en todos los países que se autoperciben como "progresistas". Aquí no sólo hay elaboración teórica, hay más de cuarenta años de encuentros anuales de mujeres y disidencias donde participan decenas de miles, y se han registrado movilizaciones de más de un millón de personas por la Ley de interrupción del embarazo.

La Argentina es un país en que se avanzó tempranamente con la organización de los desocupados/as. Existen decenas de organizaciones, pero además, en los últimos tiempos, han demostrado capacidad de coordinar acciones conjuntas.

Finalmente, la Argentina ha contado con un potente movimiento de derechos humanos que ha conseguido avanzar en la condena a genocidas, constituyendo un ejemplo para otros países. En España, por ejemplo, no hay condenados por los crímenes del franquismo.

El golpe a la autoestima que significa que la mayoría haya elegido un presidente como Milei no debería hacernos olvidar los datos anteriores.

El presidente se acaba de vanagloriar en España con que es un liberal que gobierna "un país de zurdos". Como siempre, exagera para subirse el precio. Pero tan mal no estamos, si hacemos referencia a la acumulación de experiencia de lucha.

La disputa por hacer conocer nuestras historias y nuestros logros tiene un valor estratégico en tiempo de virtualidades engañosas y relatos de una Argentina fantástica, que solo existe en la cabeza de los manipuladores mediáticos.

tramas.ar

 

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