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Mundo :: 14/09/2013

Obama, Premio Nobel de la paz, otra vez en pie de guerra

Boltxe Kolektiboa
Estados Unidos y sus compinches quieren reorganizar el mundo, quieren poner su zarpa en todos los pueblos para expoliarlos y aprovecharse de sus materias primas

Estados Unidos, una vez más, está preparando un ataque contra un pueblo soberano, un pueblo que no se doblega a sus intereses, un pueblo que tiene su Estado independiente. Esta manera de actuar es lo propio de Estados Unidos y del imperialismo en general. Cuando un pueblo, un Estado les molesta, se plantea varias posibilidades: dar un golpe de Estado y cambiar la persona o el partido que gobierna, aunque haya sido elegido democráticamente, según los criterios del capitalismo: invadirlo y poner en el gobierno a alguien que defienda sus intereses; dividir el país; destruirlo haciendo que desaparezca del mapa. Últimamente éste es uno de los métodos que está utilizando el imperialismo. Claro que muchas veces utiliza las movilizaciones internas del país, para acabar aprovechándose de estas movilizaciones para sus intereses. Es lo que ha pasado en las célebres «revoluciones de colores».

Es lo que intentó en Libia, pero viendo que no llegaba a sus fines, finalmente el imperialismo de la mano de la OTAN se dedicó a bombardear masivamente Libia hasta destruirla completamente y hacerla desaparecer del mapa. Ahora que está dividida y en la que hay enfrentamientos por el poder, es el momento propicio para que caiga en manos del imperialismo y se haga su voluntad.

Lo mismo han intentado en Siria. Es cierto que en Siria había descontento popular por las medidas liberales adoptadas por el gobierno en 2005. Pero en el momento en que el pueblo siro comprendió las maniobras del imperialismo empezaron las manifestaciones populares en apoyo a Assad.

Ante el apoyo de las masas populares al gobierno y ante las reformas, se pasó a realizar acciones terroristas (dirigentes, altos funcionarios, periodistas), atentados de infraestructuras civiles, etc. El gobierno reaccionó planteando un programa de cambio a todos los niveles de la vida política, económica y política del país. Los que actuaban de acuerdo con los intereses imperialistas rechazaron estas reformas.

Seguidamente pasaron a la revuelta armada, con armas que les eran libradas por los diferentes imperialismos y entregadas en general a través de la frontera turca, incluyendo el gas tóxico del que acusan de su utilización al gobierno sirio.

El pueblo sirio es consciente de los problemas sociales, económicos y políticos que hay en su país, pero están en contra de cualquier tipo de injerencia y de intervención extranjera.

Y como esto dura ya dos años, y el gobierno de Assad continúa manteniéndose, el imperialismo ha decidido tomar directamente cartas en el asunto.

Ahora Estados Unidos, de la mano de su presidente, Obama, agita ante nuestros ojos la cuestión del gas tóxico, como hace años agitaba la cuestión de las armas de destrucción masiva para obtener la aprobación de la invasión de Irak.

Pero, a lo largo de la historia ¿quién es el Estado que ha utilizado armas biológicas y armas de destrucción masiva? Estados Unidos, sino que le pregunten al pueblo japonés o al pueblo vietnamita, por no hablar más que de dos pueblos de los múltiples que han sufrido la injerencia en sus asuntos internos de Estados Unidos. Aunque bien podríamos preguntar a los pueblos iraquí, libio, afgano, etc.

Estados Unidos y sus compinches quieren reorganizar el mundo, quieren poner su zarpa en todos los pueblos para expoliarlos y aprovecharse de sus materias primas, de su mano de obra barata, de sus tierras, de sus situación geopolítica, en fin quieren hacer y deshacer a su antojo todo lo que quieran, sin tener ninguna oposición. Ellos son los gendarmes del mundo.

Aunque los diferentes imperialismo utilicen también el peligro islamista para intervenir militarmente, véase la intervención militar de Francia en Mali con el visto bueno de todos los otros imperialistas, en realidad dan vía libre a ese islamismo para desarrollarse e incluso para tomar el poder. Es lo que está pasando en Siria, un Estado laico está siendo atacado, entre muchas otras fracciones, por un partido islamista que está aplicando la charia en las zonas que «libera».

Como siempre el imperialismo utiliza el razonamiento que mejor le va para atacar a los pueblos que quiere oprimir y para intentar convencer a la llamada «opinión pública» de que lo hace en bien del pueblo en cuestión. En Afganistán era a favor de las mujeres afganas, ¡como si al imperialismo le interesara mucho la situación de las mujeres!: en Irak, otro país laico, en contra de unas fastasmas «armas de destrucción masiva»; en Mali en contra de los malos, malísimos islamistas; en Libia, otro país que durante años fue una punta de lanza contra el imperialismo, contra un dictador y para imponer la democracia y así un montón de ejemplos más.

Si lo comparamos con los otros presidentes de Estados Unidos podemos ver que la estrategia es la misma, mentiras que después de tanto repetir la gente se las cree. Ya a mediados del siglo pasado Estados Unidos disfrazó sus ansias imperialistas bajo un discurso en favor de la independencia de las colonias. De esta manera echaba a la potencia colonialista de un territorio y hacía todo lo posible para ocupar su lugar.

Otro ejemplo lo tenemos en la ley emitida por el Congreso de Estados Unidos el 7 de agosto de 1964 permitía al presidente Lyndon B. Johnson a actuar militarmente contra la República Democrática de Vietnam. Esta resolución fue aprobada para responder un ataque contra dos destructores norteamericanas en el Golfo de Tonkin, ataque que fue una pura invención de los estrategas de la Casa Blanca para, sin entrar oficialmente en guerra, poder ampliar la utilización de la fuerza militar en el sudeste asiático.

Obama sigue los pasos de sus predecesores, sin vergüenza ni escrúpulos. Todo es bueno y aceptable para conseguir sus propósitos. Y en Siria lo está demostrando. A pesar de que instancias internacionales, que en general defienden los intereses del imperialismo y en concreto de Estados Unidos, han investigado el hecho del que habla Estados Unidos y van a dar su opinión próximamente, Estados Unidos no quiere esperar, ahora le importa poco la opinión de esos organismos internacionales, quiere acabar con Siria y como esa oposición, aunque bien armada, no consigue hacerlo, quiere intervenir directamente. La jugada de que era la oposición interior la que acababa con el régimen de Assad se le ha ido al traste.

La implicación de tropas mercenarias subvencionadas por Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Arabia Saudí, Qatar, no escapa a nadie. En realidad en Siria se está jugando una guerra mundial a pequeña escala. Unos están armados por los garantes de las libertades de Occidente y detrás del gobierno sirio está China y Rusia.

El pueblo sirio está siendo masacrado de forma sistemática por intereses que no son los suyos. Están sufriendo y están siendo utilizados como peones en una partida que se juega a nivel mundial, pero en escenarios locales en las que la potencia hegemónica actual y las que lo quieren ser en las próximas décadas no tienen empacho alguno en hacer las carnicerías que sean necesarias.

El último paso anunciado por Estados Unidos, también denota la debilidad de los diferentes ejércitos estadounidenses dado que se ve el miedo que tienen a una intervención in situ con soldados propios. El ataque con aviones es mucho más seguro para sus propias tropas. Obama ha conseguido el acuerdo de la Comisión de Asuntos Extrajeros del Senado para bombardear Siria durante sesenta días, dos meses que pueden ser propongados. Claro que esto es mucho más letal para la población siria, las bombas no distinguen entre civiles y militares, entre mujeres y hombres. El anuncio de una acción contundente quiere decir que arrasarán, precisamente con armas de destrucción masiva o con armas biológicas, si lo creen necesario, la zona bajo control del gobierno sirio.

La caída del gobierno sirio y la implantación de los títeres a favor del imperialismo sería un peligro más, el fundamental es la existencia de Israel, para Palestina y el desmoronamiento de lo poco que hay en Oriente Medio que se opone a los designios del imperialismo y de Israel. Además que esto no dejará de ser más que un paso en una estrategia de más largo alcance, los siguientes objetivos serán Líbano e Irán, casualmente todos Estados con grandes reserva de petróleo, de gas y de intereses geoestratégicos.

El imperialismo europeo, servidor del imperialismo yanqui, está repitiendo como un lorito lo que dice Obama. Lo único que intentarán es poder aprovecharse y obtener un trocito del pastel.

Pero ahí están también los soldados griegos quienes habiendo recibido la orden de preparar el petate para comenzar las acciones se han negado a ello con las siguientes palabras:

[…] hemos decidido enviar esta carta para expresar nuestra oposición a los preparativos de guerra de Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN contra el pueblo sirio. Los jóvenes soldados de Grecia no tienen ningún interés en las guerras del imperialismo. No tenemos nada en común con los «aliados» del país que crean la pobreza y la migración. El pueblo griego no tienen nada que ganar con la participación del país en la guerra. Los ganadores serán sólo los intereses de las grandes empresas que realizan inversiones en la región.

Que cada uno y una tome postura por el bando que quiera, pero lo que está claro es que no podemos desentendernos del tema. Bien por el pueblo sirio, o por el árabe o bien o de manera egoísta por nuestro propio futuro, debe detenerse el imperialismo, porque la impresión que da es que a corto plazo destruirá el mundo, y solo tenemos uno.

Propuesta: ¿No sería hora de que se realizara una campaña internacional para que se deje de conceder el Premio Nobel de la paz? Obama está demostrando lo que en realidad premian, el imperialismo y de las políticas occidentales impuestas a pueblos que intentan escoger su propio camino.

 

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