Occidente exacerba su 'deterrence' financiero frente al nuevo 'deterrence' estratégico de Irán
Irán horadó con sus misiles hipersónicos las bases aéreas de Israel al pasar a su 'deterrence' (disuación por el terror) estratégica. Fracasó la 'deterrence' escatológica de Israel con sus más de 300 bombas nucleares clandestinas en Dimona. 'Jerusalem Post' anuncia que Israel y EEUU replicarán con su 'deterrence' financiero repleto de sanciones para arrodillar a Irán.
Dentro de la multidimensionalidad de la guerra anhelada del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, contra Irán, Jerusalem Post expone la escalada de una "guerra geofinanciera" de Tel Aviv contra Teherán, al unísono del apretón de tuercas de EEUU, y por extensión del G-7, mediante sus sanciones.
La guerra financiera de EEUU e Israel contra Irán viene de tiempo atrás como señala el libro clásico de Juan Zárate "Guerras del Tesoro: Desatando una Nueva Era de Guerra Financiera", donde, desde hace más de 11 años, curiosamente los operadores de la asfixia financiera contra Irán son nada casualmente israelí-estadounidenses.
Más allá del toma y daca entre Israel e Irán con su pletórica narrativa de triunfadores y perdedores —en la que participa alegremente la guerra de propaganda que dominan los multimedia de Occidente—, The Jerusalem Post escala la intensidad de la "guerra financiera" contra Irán y propala la letalidad de destruir el sistema financiero que financia al "imperio del mal", en clara alusión al país persa y no al mismo Israel señalado de apartheid/genocidio.
La categorización nada original del "imperio del mal" fue como EEUU, en la etapa Reagan, tildó a la ex URSS y ahora el Mossad propina el mismo exorcismo a Irán.
Luego de exagerar la oposición doméstica en Irán —como si fuera mejor el caos interno en Israel y hoy en EEUU con su asombrosa revuelta de los universitarios pro palestinos—, Jerusalem Post alienta a "aprovechar este momento para reforzar las sanciones existentes que concebiblemente arrodillarán y catalizarán la oposición popular al Gobierno de Irán".
El rotativo israelí cita profusamente a Udi Levy, anterior mandamás de la fuerza de tareas de los servicios secretos del Mossad para combatir las redes financieras y las industrias que apoyan a la paja ajena de las "organizaciones terroristas".
En una entrevista a Kan Reshet Bet, Udi Levy sentenció que hoy Israel cuenta con una rara oportunidad para una "acción económica estratégica" contra Irán. A su juicio, "Irán creó una red financiera global que le permite eludir las sanciones mediante una compleja madeja de empresas ficticias que canalizan fondos a los bancos", cuyo 80% está ubicado en los Emiratos Árabes Unidos.
Así Irán financiaría a Hamás, a Yemen, a las milicias en Irak, a Hizbulá y a su "propio programa nuclear", cuyo sistema fue "descubierto hace dos años". Udi Levy se jacta de saber todo al respecto con lujo de detalle.
En paralelo, Shlomit Wagman, anterior mandamás de la Autoridad Contra el Blanqueo del Dinero y la Financiación del Terrorismo del Departamento de Justicia de Israel, alega en una entrevista en la Radio del Ejército que las "medidas económicas coordinadas" de la coalición encabezada por EEUU —que derribó presuntamente la mayoría de los más de 300 drones y misiles contra Israel— "pueden efectivamente paralizar la economía de Irán".
Juzga que las sanciones necesitan ser reforzadas en el área de las exportaciones de petróleo de Irán, quien vende la mayor parte de su producción a China (alrededor del 90%). Tan fácil como evitar que China compre el petróleo de Irán, según Wagman.
Levy afirma que la respuesta económica coordinada y el reforzamiento de las sanciones, con impacto estratégico de largo alcance, "sería el golpe más significativo que Israel y Occidente podrían asestar a Irán, con ramificaciones de largo alcance. Colocarían a Irán en una situación completamente nueva: la incapacidad de financiarse".
A mi juicio, las alucinaciones de los israelíes Udi Levy y Shlomit Wagman constituyen doblemente una guerra geoeconómica y geofinanciera no sólo contra Irán sino contra los BRICS+, que no es nada sencilla y sería de pronóstico reservado y hasta contraproducente para el mismo Occidente porque pondrían en peligro al dólar mismo y a la aceleración de la desdolarización.
La intensificación de la guerra financiera de Israel —extensiva al G-7— contra Irán, es imagen en espejo de la misma guerra financiera que proponen los mismos operadores israelí-estadounidenses para incautar ilegalmente los activos de Rusia en Occidente —alrededor de 300.000 millones de dólares— y que la OTAN pretende usar para apuntalar al régimen de Zelenski al borde del colapso.
Sputnik