Otra entrevista frustrada: El peligro de un nombre
Estudiante de Ciencias de la Comunicación: Usted se recibió de arquitecto en 1996 y ejerció la profesión por diez años. Supongo que habrá entrado varias veces en la Salón de Actos de la Facultad [Montevideo].
Jorge Majfud: Sí, muchas veces. Allí dictaban clases excelentes profesores como el arquitecto Mariano Arana y el doctor José Claudio Williman.
ECC: El arquitecto Arana era un reconocido marxista.
JM: Creo que no. Es un hombre con ideas de izquierda y fue intendente por el Frente Amplio. Daba clases de Historia de la Arquitectura. No recuerdo ninguna clase sobre Marx. Quien daba clases sobre economía marxista era el Contador Claudio Williman, como todos saben, un hombre del partido conservador, el Partido Nacional. Un hombre demasiado inteligente como para no asustarse dando clases sobre economía marxista, cuando por entonces la sola palabra ponía nerviosos a más de uno. Como ahora.
ECC: En las últimas horas ha surgido una polémica, a raíz de las acusaciones de la senadora [uruguaya] Graciela Bianchi…
JM: No me diga.
ECC: La conoce, ¿verdad?
JM: Algo. Hace unos años declaró que la embajada de EEUU en Argentina le había entregado documentos e información secreta que revelarían la responsabilidad del gobierno de Irán en el asesinato del fiscal argentino Nisman. Como me pareció una operación ilícita y bastante sospechosa por su inutilidad, amparado en la ley Freedom of Information Act solicité a Washington una copia de los documentos o, por lo menos, la confirmación de su existencia. Incluso los servicios secretos, que son maestros en ocultar (escribimos artículos y libros sobre esto), no se arriesgan a mentir por escrito ante un requisito legal de este tipo. Luego de tres meses, me respondieron a la Universidad por documentación impresa y firmada. No saben de qué habla la senadora. Ninguna información clasificada fue compartida con ella.
ECC: Volvamos a lo del principio. La senadora ha acusado a la justicia uruguaya de estar infiltrada por la izquierda…
JM: Sí, leí algo, pero, como en el caso que le mencionaba antes, no presentó pruebas.
ECC: Sí presentó. De la universidad salen los profesionales, y, como todos saben, está dominada por los marxistas. Como ejemplo, mencionó ese desgraciado hecho de que el salón de actos de su Facultad de Arquitectura ahora lleva el nombre de Ernesto Che Guevara.
JM: Esas no son pruebas, sino conjeturas. Y bastante retorcidas. Primero, recordemos que los jueces son formados en la facultad de derecho, no de arquitectura, y, que yo sepa, Derecho ha sido, junto con Veterinaria y Agronomía, una de las pocas facultades donde predominan los conservadores (escribí extensamente sobre las razones de por qué en el mundo las universidades suelen ser liberales o progresistas). Hasta las elecciones anteriores, el gremio de estudiantes predominante solía ser el gremio de los conservadores, no la FEUU [Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay]. Y digo “predominante” por respeto, para no decir que “están dominados por” como les gusta decir de los demás quienes siempre han tenido el poder económico y político de un país. Segundo, que me parece risible la idea de que las universidades siempre están dominadas por algún teórico que murió hace décadas, mientras que quienes no se dedican al estudio y la investigación son siempre más listos o están en contacto con “la verdadera realidad”. Mitos en esteroides.
ECC: ¿Pero no le parece inaceptable que un salón de una facultad lleve el nombre de un asesino?
JM: Tengo entendido que fue un nombre votado democráticamente por los estudiantes. Aquí, en EEUU, los estudiantes no votan ni para ir al baño. La democracia siempre molesta cuando los otros la ejercen.
ECC: ¿Usted hubiese votado para que pusieran ese nombre?
JM: No, porque me parece una figura que puede incomodar innecesariamente a algunos estudiantes que consideran al Che un asesino.
ECC: ¿Acaso no fue un asesino?
JM: No. Fue un revolucionario antiimperialista. Artigas, San Martin, Bolívar, Washington, Lincoln, etc., mataron mucha gente en sus revoluciones. ¿Alguien cree que iban a las guerras armados con rosas y claveles? El Che y la Revolución cubana son productos directos del imperialismo estadounidense, algo que hunde sus raíces en el siglo XIX. Cuando la CIA decidió destruir la democracia de Guatemala en 1954, montó un inmenso operativo de propaganda para hacer creer al mundo que Árbenz era comunista, algo que ha sido reconocido por la misma CIA, pero no por sus mercenarios latinoamericanos. Árbenz no era comunista, pero aun si lo fuese, había sido elegido por el pueblo y no había violado ninguna ley, ni nacional ni internacional. El mismo caso de Allende en Chile y tantos otros. Por esta gracia, sólo en Guatemala la CIA y Washington son responsables de la masacre de 200.000 guatemaltecos, casi todos pobres. Masacre que se llamó “guerra civil”.
El Che todavía no era El Che cuando vivía en Guatemala y por este terrible Golpe de Estado debió huir a México, donde conoció a otros exiliados de otra dictadora sostenida por Washington, los hermanos Castro. Cuando la Revolución cubana triunfó en 1959, el Che dijo: “Cuba no será otra Guatemala”, es decir, no sería inoculada con la propaganda de la CIA a través de medios “democráticos”. Cuando la CIA ya había puesto a Nardone en la presidencia de Uruguay, en 1961 una maquinaria mayor fue derrotada en Bahía Cochinos y le dio la razón histórica al Che: la CIA contaba con que su operación de propaganda iba a poner a la población contra Castro y resultó lo contrario. Y perdieron.
Cuando Hugo Chávez, otro presidente democráticamente electo y acusado de dictador por esta tradición dictatorial fue secuestrado en el golpe de Estado de 2002, muchos le reprocharon haber dejado que la gran prensa manipulase la opinión pública y mundial. Cuando Chávez recupera el poder y va contra estos conglomerados golpistas, es acusado de dictador.
ECC: Pero el Che ejecutó cobardemente a miles, sin piedad.
JM: Eso es lo que dice el exilio de Miami. Según la CIA, fueron unos cientos y fueron (según otro de sus informes) una cifra muy menor comparada a las ejecuciones del régimen de Batista. No es algo con lo que yo podría estar de acuerdo, pero los ejecutados eran miembros o colaboradores del criminal régimen anterior. La revolución nicaragüense no hizo lo mismo en 1979 y los militares y colaboradores de Somoza se reagruparon para convertirse en el grupo terrorista de los Contras (según Reagan “Luchadores por la libertad”), entrenados por la CIA y financiados por la Casa Blanca.
En cuanto al adjetivo “cobarde” creo que no se aplica al Che. Todos los capitanes, tenientes, generales de las dictaduras latinoamericanas desde el siglo XIX aparecían siempre cuando «el enemigo» estaba atado de manos. Los dictadores de las Repúblicas bananeras y los presidentes de los grandes imperios, aun hoy, envían sus poderosos ejércitos a aplastar a cientos de miles de civiles inocentes, mientras esperan en sus despachos seguros, aguardando noticias del frente. Más allá de que podamos estar de acuerdo o no, el Che fue al frente de sus rebeliones. En Bolivia llevaba varias batallas ganadas con hombres mal alimentados y mal armados, enfrentando un régimen asesorado por criminales nazis contratados por la CIA, como Klaus Barbie y los fascistas de siempre, lamiendo las billeteras de las grandes corporaciones.
ECC: Todo eso es pasado. Es hora de derrumbar los monumentos del pasado.
JM: De memoria y olvidos mercenarios estamos hechos. El Che fue ejecutado en 1967, pero las practicas imperiales de las Megacorporaciones continúan con sus mutaciones virales. Más que por el nombre del Che Guevara en una modesta sala de una Universidad, sería más urgente comenzar a derribar monumentos a los genocidas del poder global, como Fructuoso Rivera en Uruguay, Franco en España, Robert Lee en EEUU, por no mencionar genocidas más recientes, como George Bush, Tony Blair y José María Aznar, todos intocables.
[correos del 7 de enero]
ECC: Disculpe la molestia, pero creemos que no vamos a usar esta entrevista por el momento.
JM: ¿Tal vez pueda publicarla en mi blog personal?
ECC: Haga como quiera, pero no use mi nombre.
majfud.org / La Haine