Palestina: "Ahed Tamimi no tendrá un juicio justo"
Ahed Tamimi no tendrá un juicio justo porque el objetivo de los tribunales militares sionistas no es hacer justicia, sino prolongar la ocupación. El 99,7% de los casos se resuelven en contra de los acusados palestinos.
Ahed Tamimi tiene 16 años, es palestina, del pueblo de Nabi Saleh, en Cisjordania. La fiscalía ha presentado doce cargos en su contra, entre los que destacan incitar a la violencia, tirar piedras contra las patrullas militares y asaltar a un soldado al que le dio patadas en las piernas, puñetazos en la espalda y una bofetada.
Su madre, Nariman, también está detenida y acusada de incitar a la violencia porque grabó el incidente con el móvil y lo retransmitió en directo por Facebook Live. La fiscalía considera que es delito porque el vídeo “intenta influir en la opinión pública de una manera que pueda alterarse el orden público”. Los hechos ocurrieron el pasado 15 de diciembre. El vídeo de una niña abofeteando en la cara a un soldado armado con un fusil se hizo viral y, como dice Gaby Lasky, abogada defensora de las dos mujeres, “humilló a muchos israelíes”. Ahed Tamimi puede ser la imagen de la resistencia pero también de la violencia palestina. La menor se enfrenta a diez años de cárcel.
Gaby Lasky, israelí y sionista, lleva más de una década defendiendo a los palestinos. Fue secretaria general del movimiento Paz Ahora y hoy lo es del partido Meretz (izquierda), al que representa como concejal en el Ayuntamiento de Tel Aviv. Hablamos con ella por teléfono.
¿Cómo fue que Ahed y su prima Nur fueron agredidas por una patrulla de soldados?
Esta patrulla, formada por dos soldados, estaba en el patio de su casa, en Nabi Saleh. Ahed, que tiene 16 años, y Nur (20) les recriminaron que apenas una hora antes otro soldado israelí hubiera disparado contra su primo Mohamed (15) en la cabeza, dejándolo mal herido. Ahed da puñetazos y puntapiés a un soldado, y también una bofetada en la cara.
El vídeo que grabó su madre se hizo viral.
Muchos israelíes lo vieron como una humillación a Israel y al ejército, cuando yo veo todo lo contrario. Una adolescente se encara con un soldado, que es otro joven y está cumpliendo el servicio militar.
Muchos israelíes piensan que Ahed fue utilizada por su familia, el clan de los Tamimi, para provocar el incidente.
Ahed pertenece a la segunda generación de palestinos que ha nacido bajo la ocupación. Dos miembros de su familia han muerto en manifestaciones contra Israel. Israel ha arrebatado tierras a su familia y secado un manantial en su propiedad. Ahed tiene todo el derecho a resistir pacíficamente la ocupación.
Israel considera que es “peligrosa”, una agitadora con experiencia.
Es cierto que Ahed es una activista, pero no es una agitadora ni es peligrosa. Algo no funciona bien cuando Israel intenta acusar una chica de 16 años, que actúa desarmada, que ni siquiera lanza una piedra, de atacar con alevosía a una patrulla militar fuertemente armada.
El incidente es paradigmático del conflicto.
Sí. Israelíes y palestinos ven su punto de vista reflejado. Los israelíes ven la humillación que sufren sus tropas. Los palestinos, la violencia y los estragos de la ocupación. Por eso creo que este caso es importante. Obliga a los israelíes a afrontar el conflicto, y esto es algo que la mayoría evita porque no quiere hacer frente a las cuestiones morales que plantea la ocupación.
La fiscalía asegura que Tamimi enaltece el terrorismo en un vídeo en el que parece defender los atentados suicidas.
No es cierto. La fiscalía militar ha manipulado sus palabras. Ahed graba unos comentarios a la decisión del presidente norteamericano Donald Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel. Asegura que esta decisión acarreará más violencia, como acuchillamientos, atropellos y atentados suicidas. Ella llama a la movilización, como hicieron muchos otros palestinos.
La Fiscalía la acusa también de lanzar piedras.
Eso pasó hace casi dos años y entonces nadie la acusó de nada, pero ahora la fiscalía militar necesita reforzar su caso y ha desenterrado este incidente que, insisto, en su momento no implicó ninguna denuncia.
Gaby Lasky, izquierda, el 15 de enero, durante la vista previa en la prisión militar de Ofer, junto a Tamimi.
¿No tiene confianza en la justicia militar israelí?
No, y Ahed Tamimi no tendrá un juicio justo porque el objetivo de los tribunales militares no es hacer justicia, sino prolongar la ocupación. El 99,7% de los casos se resuelven en contra de los acusados palestinos.
¿Justicia discriminatoria?
Claro. Mientras a los colonos se les aplica la justicia civil, los palestinos están sometidos a la militar, que es mucho más estricta.
¿Por qué?
Porque las leyes israelíes dicen que a los colonos se les debe aplicar el sistema judicial israelí, aunque vivan en un territorio ocupado donde no hay soberanía israelí. Por el contrario, los palestinos, por “cuestiones de seguridad”, están sometidos a los decretos militares que se han dictado desde 1967, año de la ocupación. Es decir, a normas dictadas por las autoridades de la fuerza ocupante a las que, obviamente, no han elegido. Por cualquier ofensa que cometan, como robar un cartón de leche o provocar un accidente de tráfico, son juzgados en un tribunal militar.
¿Ahed no debería tener una protección especial por ser menor de edad?
En la vista preliminar invoqué la Convención sobre los Derechos del Niño, que dice precisamente esto, pero el tribunal militar no lo tuvo en cuenta. Muchas de las acusaciones en su contra no se aguantan porque no hay testigos fiables. Los testigos son soldados, obligados a declarar en un tribunal con jueces y fiscales militares.
¿Cuántos menores de edad palestinos juzgados por tribunales militares israelíes están hoy en prisión?
321, según B’Tselem.
¿En qué condiciones está detenida Ahed?
Se encuentra en una prisión israelí, lo que vulnera la Cuarta Convención de Ginebra, que impide al ciudadano de un territorio ocupado estar en la cárcel del país ocupante. Su madre está con ella, aunque no en la misma celda. No tienen acceso al teléfono y tampoco pueden recibir visitas de sus familiares, porque tienen prohibida la entrada en Israel.
Nariman Tamimi está acusada de incitar a la violencia por difundir en Facebook Live el vídeo de la agresión de su hija.
Esta acusación atenta contra la libertad de expresión. Es una advertencia a todos los periodistas, y a todos los palestinos, que a partir de ahora graben manifestaciones palestinas.
¿Cree usted que Israel busca una sentencia dura?
Sí, porque muchos israelíes se sintieron humillados al ver el vídeo de la bofetada. El ministro de Educación pidió cadena perpetua para Ahed. La joven fue detenida a las cuatro de la madrugada. Los soldados entraron en su casa y la sacaron de la cama. También grabaron la detención y difundieron el vídeo como si hubiera sido una gran operación militar. Presentaron a Ahed como un trofeo.
¿Y ahora quieren que sirva de escarmiento?
Exacto. Israel sabe muy bien cómo usar la violencia y el terrorismo, pero no sabe cómo afrontar la resistencia pacífica a la ocupación. Teme que los jóvenes palestinos se levanten y empiecen a caminar hacia el muro. La sentencia a Ahed debe disuadir a otros activistas.