Para el 'Washington Post' la guerra en Ucrania ha terminado
[En el cómic, "Anímate, hijo mío]
El Washington Post ha publicado un largo artículo de dos partes sobre la fallida «contraofensiva» en Ucrania.
Los puntos de la primera parte:
Errores de cálculo y divisiones marcaron la planificación ofensiva de EEUU y Ucrania
Los elementos clave que dieron forma a la contraofensiva y al resultado inicial incluyen:
Oficiales militares ucranianos, estadounidenses y británicos realizaron ocho importantes ejercicios de guerra de mesa para elaborar un plan de campaña.
Pero Washington calculó mal al pensar que las fuerzas ucranianas podrían transformarse en una fuerza de combate al estilo occidental en un corto período, especialmente sin darle a Kiev el poder aéreo integral que deben tener los ejércitos modernos.
Los funcionarios estadounidenses y ucranianos en ocasiones discreparon marcadamente sobre la estrategia, las tácticas y el momento oportuno.
El Pentágono quería que el asalto comenzara a mediados de abril para impedir que Rusia siguiera reforzando sus líneas. Los ucranianos dudaron, insistiendo en que no estaban preparados sin armas y entrenamiento adicionales.
Los militares estadounidenses confiaban que un ataque frontal mecanizado contra las líneas rusas era factible con las tropas y armas que tenía Ucrania. Las simulaciones concluyeron que las fuerzas de Kiev, en el mejor de los casos, podrían llegar al Mar de Azov y aislar a las tropas rusas en 60 a 90 días.
EEUU abogó por un ataque concentrado a lo largo de ese eje sur, pero los líderes de Ucrania creían que sus fuerzas tenían que atacar en tres puntos distintos a lo largo del frente de 600 millas hacia el sur por Melitopol y Berdyansk para llegar al Mar de Azov, y al este, hacia la asediada ciudad de Bajmut.
La comunidad de inteligencia estadounidense tenía una visión más pesimista que el ejército estadounidense, evaluando que la ofensiva tenía sólo un 50 por ciento de posibilidades de éxito dadas las sólidas y multicapas defensas que Rusia había construido durante el invierno y la primavera.
Muchos en Ucrania y Occidente subestimaron la capacidad de Rusia para explotar sus fortalezas de siempre: tecnología, mano de obra, minas y voluntad.
A medida que se acercaba el esperado lanzamiento de la ofensiva, los militares ucranianos temieron sufrir pérdidas catastróficas, mientras que los funcionarios estadounidenses creían que el número de víctimas sería en última instancia mayor sin un asalto decisivo.
Y de la segunda parte:
Ganancias incrementales de Rusia mientras la contraofensiva ucraniana se estanca
Los hallazgos clave de los informes sobre la campaña incluyen:
El setenta por ciento de las tropas de una de las brigadas que encabezaron la contraofensiva estaban equipadas con las armas occidentales más modernas, pero entraron en batalla sin experiencia en combate.
Los reveses de Ucrania en el campo de batalla provocaron desavenencias con EEUU sobre la mejor manera de atravesar las modernas y profundas defensas rusas, desconocidas en Occidente.
El comandante de las fuerzas estadounidenses en Europa no pudo ponerse en contacto con el máximo comandante de Ucrania durante semanas en la primera parte de la campaña en medio de la tensión de los estadounidenses sobre las decisiones en el campo de batalla.
Cada lado culpó al otro por errores o errores de cálculo. Los militares estadounidenses llegaron a la conclusión de que Ucrania se había quedado corta en tácticas militares básicas, incluido el uso de reconocimiento terrestre para comprender la densidad de los campos minados.
Los funcionarios ucranianos dijeron que los estadounidenses no parecían comprender cómo los drones de ataque y otras tecnologías rusas de última generación habían transformado el campo de batalla.
En total, Ucrania ha recuperado sólo unos 200 kilómetros cuadrados de territorio, a un costo de decenas de miles de muertos y heridos y miles de millones en ayuda militar occidental sólo en 2023.
Todos esos puntos influyeron según el Washington Post
Otros antecedentes a considerar:
Tanto Ucrania como sus partidarios occidentales subestimaron sistemáticamente las capacidades rusas. (Y todavía lo hacen).
Un reconocimiento por satélite mostró los preparativos de defensa rusos al nivel de la histórica batalla de Kursk. Allí, la Wehrmacht alemana, después de largos preparativos, no logró romper las líneas rusas. La lección de 1943 no aprendida por occidente: cuando veas líneas de defensa como estas, intenta algo más.
Las simulaciones de batalla y los juegos de guerra de mesa tienen sólo un aporte “moral» para cada bando. Establecer el factor de tu bando en 10 y el factor para el enemigo en 0, como obviamente hicieron EEUU y el Reino Unido, te permitirá ganar siempre, pero no tiene relación con la realidad.
El apoyo aéreo no habría ayudado. Las defensas aéreas rusas son demasiado fuertes para contrarrestarlas.
La decisión de utilizar brigadas apenas entrenadas y sin ninguna experiencia de combate fue un grave error.
No utilizar granadas de humo y, en general, medios de engaño, no era nada razonable.
Que la mitad de las nuevas tropas, la parte más experimentada, luchara en la batalla ya perdida de Zelenski por Bakhmut, fue un gran error político.
Todos juntos se aseguraron que la llamada «contraofensiva» nunca tuviera la oportunidad de despegar. Las disputas actuales son sólo un intento de echar la culpa del fracaso al otro lado de la mesa.
El general ucraniano Zaluzny aprendió de la batalla. Ahora presenta cifras algo realistas para que EEUU entienda cuán pequeñas son realmente sus posibilidades de ganar:
El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, fue informado durante una visita a Kiev que Ucrania necesitaba 17 millones de municiones y entre 350.000 y 400.000 millones de dólares para liberar el país.
Según un alto funcionario ucraniano, «Cuando a Austin le dijeron que se necesitaban 17 millones de municiones quedó atónito, por decirlo suavemente, porque no es posible reunir tantas municiones en todo el mundo».
El ejército ucraniano no dispone de las armas necesarias para disparar 17 millones de balas. Tampoco tienen los hombres para alimentar esas armas imaginarias.
Obviamente, Zaluzny piensa que la guerra está perdida y terminada. Y que es hora de hacer políticas que contribuyan a la paz.
Además, según la misma fuente, Austin contó que Zaluzhnyi se había quejado en privado ante los generales estadounidenses sobre la interferencia de la Oficina del Presidente Zelensky […]: «Austin nos dijo que Zaluzhnyi se quejó por las obstrucciones de Oficina del Presidente. Bueno, el presidente se enteró de esas conversaciones. Y eso ha conducido a la desconfianza».
Sin embargo, la Oficina del Presidente se inclina a creer que el despido de Zaluzhnyi sería contraproducente porque facilitaría su carrera política.
Ya es hora que Biden concluya todo este asunto. Haz lo de siempre (como en Afganistán): declara la victoria, vete y olvídate.
Lo que suceda después quedará para las notas a pie de página.
Moon of Alabama / observatoriocrisis.com