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Mundo :: 03/05/2022

Perú: Castillo, de la ingobernabilidad a retomar el camino o la sumisión al verdadero poder

Jorge Lora Cam
El Perú no puede cambiar por partes, necesita una transformación total y hay que darle inicio desde abajo, desde los pueblos originarios y con todos

I. REDEFINIR EL NEOLIBERALISMO

Lo que dice Broncano es aplicable indistintamente al Perú o a su Presidente, producto de ese país. Con la primera forma Castillo podía gobernar, con la segunda también, pues para ello tiene asesores, pero con la tercera no era posible lidiar pues no se pasa por la mente. En la segunda parte, sabremos a que nos referimos.

Definir bien al Perú requiere de investigaciones que no se han hecho. Pero podemos intentar proponer algunas conjeturas acerca del hasta hoy fracaso de Castillo. En un artículo anterior sostuvimos que mas que un problema de ignorancia política del protagonista del ejecutivo se trataba del cambio en los objetivos iniciales, privilegiando oscuros negociados a los proyectos iniciales. El Perú es un país que camina por inercia, donde nadie se hace responsable de la la salud publica, de la educación, de la administración pública, de las otras limitadas políticas sociales, de las secuelas del extractivismo saqueador (como el secular ecocidio), de las cuencas, de los sectores económicos, etc. La administración hace lo mínimo, todos evaden responsabilidades y por ello no hay justicia, ni derechos sociales, tampoco hay libertades y menos democracia. Lo que si crece es la delincuencia desde los poderes políticos (Gobierno, Congreso, gobiernos regionales y locales), hasta los últimos rincones de decisión. Esta se ha naturalizado y ahora el Congreso trabaja para las grandes corporaciones y tratan de vacar o reprimir a los opositores de la delincuencia oficial y empresarial. Las coimas son parte de la normalidad. Las bandas de políticos ahora se unifican con las bandas de delincuentes comunes y cada vez mas recurren a la represión o al crimen abierto y descarado para apropiarse de los recursos naturales o expropiar a honestos empresarios. Crece el numero de bandas policiales y de investigadores a sueldo que sirven a otras mafias, como las de grandes estudios de abogados, del Congreso, de los ejecutivos públicos y privados, de periodistas, de lobystas y otras. Este es el país que le toco gobernar a Castillo y asociados. Ganar las elecciones a todo el poder económico delincuencial en un sistema electoral mercantilizado lo llevo a contraer deudas y llegar esta situación de ingobernabilidad.

Las relaciones de poder y dominación, como la exigencia de construir la resistencia y una nueva constitución, no pueden entenderse sin una visión integral e histórica del país en que vivimos. Y tampoco si no entendemos el fetichismo creado por la derecha sobre la nueva economía competitiva, integrada a la modernidad y con una utopía que se hizo real, con la Constitución y su Tribunal Constitucional, una nueva institucionalidad, ideología y mecanismos para alcanzar sus objetivos:

paralizar las inversiones públicas, achicar presupuestos, privatizar bienes y servicios públicos, canalizar los recursos financieros del Estado al servicio del sector privado, aflojar los sistemas de impuestos y dejar "libres" a los mercados y las empresas, campeonas en saber cómo se crea empleo y, sobre todo, riqueza. No había que descuidar la necesaria "flexibilización" del trabajo, porque de lo contrario los inversionistas carecerían de estímulos y, además, afectarían sus rentabilidades. Tampoco importaba el medio ambiente, al momento de explotar recursos para la acumulación interna o externa.[1]

De acuerdo con Sinesio López, las elites apelaron a distintos mecanismos que les permitían acceder al poder y controlarlo directa o indirectamente.

El primero fue cobijarse bajo la protección de los caudillos militares (1822-1844). No tenían el poder, pero se sentían más o menos seguras. El segundo fue excluir a la inmensa mayoría de los peruanos (98%) que no sabían leer ni escribir (1895-1920). El tercero fue vetar constitucionalmente a los partidos (Apra y PC) cuya participación política amenazaba sus intereses económicos y políticos (1933-1956). El cuarto mecanismo fue financiar y organizar dictaduras para perseguir, deportar y encarcelar a todos los que amenazan sus intereses (1913, 1933, 1948). El quinto ha sido anular los procesos electorales en los que participaron , y perdieron (1936). El sexto mecanismo fue desprestigiar y corromper a los partidos y dirigentes políticos que consideraba sus enemigos para doblegarlos y ponerlos a su servicio (1956, 1963, 2001- 2011). El séptimo ha sido comprar a algunos candidatos (KF) financiando sus campañas electorales. La vacancia ha sido el último recurso usado por el fujimorismo, avalado por las élites económicas, para seguir controlando el poder del Estado.[2]

Hay que destacar que si bien se renuevan los mecanismos de dominación, los nuevos no excluyen a los anteriores y pueden combinarlos de acuerdo a las condiciones. Por otro lado, López se refiere a los mecanismos políticos, pero estos solo pueden explicarse por los objetivos económico sociales y con una visión integral. A ello nos aporta Francisco Durand cuando concluye que con Fujimori estamos ante un Estado capturado por las grandes corporaciones.

A partir de 1990, hubo un cambio radical de la política económica y se alteraron los pesos relativos de los grandes actores: se fortaleció el sector privado, y dentro de él, las corporaciones; se debilitó el Estado, y se desorganizó, y hasta cierto punto, se inmovilizó y se atomizó a la sociedad civil. El cambio de reglas más importante ocurrió en la nueva constitución de 1993, que convirtió al Estado en un ente subsidiario de la economía. Mantuvo poderes regulatorios, cierto, pero los ejerce mínimamente. También se privatizaron aceleradamente no sólo empresas públicas, sino sectores que nunca estuvieron en manos del sector privado, por ejemplo, el fondo de pensiones y el manejo de puertos y aeropuertos.

Se fueron generando así las condiciones para una «captura del Estado» --en tanto ocurre cuando hay alta concentración del poder económico en el mercado, y de poder político en el Ejecutivo... funcionaba con corporaciones fortalecidas que, a su vez, se convirtieron en el centro de la economía nacional, y han tendido a concentrar la producción de bienes y servicios y, correlativamente, a generar muy altas tasas de ganancia.[3]

La incapacidad de ver el capitalismo colonial y la continuidad de la política imperialista como una formación socioeconómica y cultural compleja, expresada en múltiples relaciones sociales e históricas específicas, organizaciones e instituciones; la incapacidad para considerar la propiedad privada y el capital, como una parte básica de la existencia social, implicando la conciencia y la institucionalización ha vuelto a muchos marxistas y gente de izquierdas políticamente ineficaces respecto a una visión de las políticas de resistencia y a las luchas identitarias.

Debemos comprender que la ideología abarca más que el pensamiento. Incluye la forma misma de producción del conocimiento que genera un contenido que desocializa, despolitiza y deshistoriza nuestra comprensión de lo social. La cultura y la educación juegan un papel fundamental. El capitalismo colonial crea un sentido común cultural imbuido de mitos y fetiches para la dominación que legitima y reproduce las relaciones e instituciones dominantes. De este modo las ideas predominantes en general, no son otra cosa que la expresión ideal, cultural/formal, de las relaciones materiales dominantes, las mismas relaciones materiales dominantes concebidas como ideas; por tanto, las relaciones que hacen de una clase la clase dominante son también las que confieren el papel dominante a sus ideas. No es insólito que las relaciones dominantes del capitalismo colonial patriarcal produjeran discursos patrimonialistas, patriarcales racistas de diferenciación física, social y cultural, tampoco lo es que el individualismo, el rentismo, el vivir del Estado, la corrupción sean las ideas dominantes.

Estamos constatando que el neoliberalismo es mucho más que un conjunto de políticas económicas; que no es reductible a la priorización de la inversión privada, o a la privatización de empresas mas rentables y de los servicios públicos, incluso va mas allá de la financiarización de la economía y desregulación de los mercados. Es de naturaleza objetiva y subjetiva. Pertenece a un ethos, en una fase del capitalismo donde el imperialismo continua siendo colonial, en la que volvemos a la apropiación privada de territorios, solo que ahora es capitalista pero de tipo colonial. Las relaciones de propiedad vuelven a ser fundamentales respecto al condicionamiento de las rentas y las ganancias; la ofensiva de las transnacionales sobre los territorios, desalojan a la población, acaban con los bosques y las aguas, desertifican, matan al ganado, plantas y biodiversidad; contaminan la tierra, el agua y el aire configurando un genocidio ecocida, principalmente sobre tierras campesinas y de poblaciones indígenas. Estas relaciones de dominio son vistas por muchos como un atentado al país pues hace peligrar la inversión, la estabilidad, el equilibrio.[4]

La forma de gobernabilidad es mercantilizada y corrupta, usa todos los recursos a su alcance para servir adecuadamente a las empresas trasnacionales y criollas extractivistas. Los cambios neoliberales incluyeron liberalización, desregulación, privatización y mercatilización del sector público, internacionalización, recortes en los impuestos directos, desconocimiento de los derechos laborales y humanos. Las políticas públicas modificaron el balance de fuerzas en favor de la acumulación del capital y han sido ampliamente exitosas en este objetivo. Aunque se identifican con los partidos de derecha, los cambios neoliberales de régimen también han sido apoyados por partidos de centro-izquierda, configurando una izquierda neoliberal.

Del mismo modo, viendo integralmente las cosas, el Estado de derecho y la Constitución, fiscalías y tribunales, los poderes públicos, la institucionalidad política desde los gobiernos locales, hasta centrales, pasando por los regionales; las fuerzas armadas y policiales, la educación con sus escuelas y universidades, la salud pública, etc. pasan a servir a la inversión privada y al hacerlo se van privatizando también. De este modo las ideas, el pensamiento neoliberal, se inserta en el carácter o modo de ser derivado de la costumbre, naturalizando el interés privado como motor de las vidas, normalizando conductas amorales, cuestionando toda lucha social. Así van formando a generaciones a lo largo de la existencia del capitalismo colonial. Se coloca el pensamiento individualista neoliberal en el centro andino, afectando las solidaridades comunales tanto positiva como negativamente, legitimando de modo exacerbado cuando existe desigualdad respecto a la propiedad de la tierra. Lo cual implica para algunos autores una acumulación con base territorial, basados en un arreglo espacial, la conquista geopolítica de fuentes de recursos naturales claves para la expansión capitalista, sin importarles desarrollar políticas ecocidas.

La derecha conducida por la lumpenburguesía extractivista y rentista, hoy se alimenta de la pobreza, la ignorancia, de las nuevas clases medias, de la delincuencia, la economía criminal y la corrupción. E incluso de una capa de trabajadores privilegiados. Y no solo eso, también del control institucional, en especial de las fuerzas armadas y policiales, del poder judicial, del Congreso, del BCR, de los gremios empresariales, de colegios profesionales, de pseudo partidos políticos, de parte de la jerarquía eclesiástica e iglesias evangélicas, etc. Pero no solo eso, también tienen el respaldo de las trasnacionales, de los grupos de presión, de centros de pensamiento y personajes e intelectuales inventados, de lobbys, de ONG que actúan internacionalmente. Pero también de la hegemonía del pensamiento neoliberal que habla a través de medios bajo su control de libertad y democracia, de la confianza en la inversión privada, de condena al enemigo comunista, de individualismo y consumismo. la ineficiencia y el abuso burocrático a todo nivel.

II. DE LA IGNORANCIA TEÓRICO POLÍTICA AL GOBIERNO DE LA SUMISIÓN Y COMPROMISO CON LA DERECHA

En estos tiempos, cuando las evidencias del fracaso neoliberal saltan a la vista y crece la resistencia en territorios de pueblos originarios del saqueo minero, pesquero, forestal, etc., cuando las luchas identitarias de mujeres y grupos LGTB levantan su voz, cuando los electores votan por la izquierda o por algo que se le parece, cuando los trabajadores vuelven a reivindicar sus derechos y los miserables reclaman su necesidad de salud, educación y otros, cuando grandes grupos piden la devolución de sus sistemas de pensión, etc. una visión segmentada prefiere seguir viendo trozos de una realidad fragmentada y sin utopías. En Perú, en este contexto de relativa hegemonia neoliberal sobre empresarios y políticos, entre otros sectores sociales, expresados en la aparición de una izquierda neoliberal y en la corrupción de los políticos de la izquierda, se conjugaron casualidades y una alianza ocasional e inédita entre caudillos, uno que lidera Perú Libre en el centro andino y otro a maestros y ronderos en el norte andino, que inesperadamente sumaron los votos de una mayoria de votos en el sur andino para ganar apretadamente las elecciones.

Ya en el gobierno, muy pronto surgieron las discrepancias y la redefinición de alianzas perversas. Primero con Acción Popular y Alianza Para el Progreso hasta con Alianza Popular. La lucha de clases tendrá en el centro a Keiko Fujimori quien quería la presidencia para evitar llegar a la cárcel y umbilicalmente aliada de los lumpenempresarios extractivistas y monopolistas que tienen secuestrado al país y que no quieren pagar impuestos por el saqueo de recursos y continuar con el estado colonial. A ellos se suman otros inescrupulosos aliados de la derecha dura: López Aliaga y Hernando de Soto, con quienes consiguen un tercio del congreso. Vladimir Cerrón se considera ganador y quiere imponer su gabinete. Castillo acepta y recibe algunos aprendices que no tardaron en ser cuestionados y desalojados por presiones de la derecha. (excepto algunos, como Héctor Béjar, Carlos Gallardo o Maravi, que Cantillo-Bellido aceptaron defenestrar, no obstante su probada idoneidad). Castillo recurre a cada vez mas personajes aceptables por la derecha por ser del centro neoliberal y Cerrón le quita su apoyo disputando su cuota, obligándolo a aliarse con Cesar Acuña, que solo busca proteger sus lucrativas universidades. Keiko persiste en sacar a Castillo y recurre a todas las herramientas posibles: agotado su objetivo de anular las elecciones acusando a PL de fraude, inicia una segunda etapa golpista. Con la propia inteligencia estatal y el control de parte sustantiva del aparato judicial y económico, investiga y persigue a todo colaborador del gobierno, terruquea a Castillo y aliados, crea grupos de sicarios, desestabiliza la economía. Castillo, con sus erráticos pasos, aumenta la incertidumbre y pierde apoyo popular. Pero como siempre ocurre, una sobredosificación también puede ser fatal y las violentas acciones del sicariato, la crisis artificial juegan contra el tiempo, pues el proceso judicial contra Keiko avanza y la obliga a recurrir a la bala de oro: la destitución de Castillo programando la vacancia o renuncia.

Ahora tenemos un nuevo mapa político: una alianza perversa de antineoliberales con neoliberales de izquierda y derecha por un lado y neoliberales de ultra derecha con lumpen empresarios y organizaciones criminales por otro, donde ambas fuerzas se acusan de corrupción, compartiendo practicas ya instaladas en la institucionalidad. Allí se inscribe la guerra cultural encargada a los medios, entendida por Estulín como "... lo que están haciendo constantemente: películas, información falsa, degeneración del ser humano, degradación de la escala de valores...", mientras la corrupción ya extendida y generalizada en la vida política, se consolida. Cualquiera puede convertirse en político para enriquecerse a costa de las riquezas naturales y los pueblos.

La incorporación a la vida política de Pedro Castillo con su experiencia de vida provinciana, sufrió las presiones y exigencias de los caudillos de Perú Libre que buscaban saldar cuentas con los acreedores de su campaña, por un lado y con los neoliberales de izquierda (Caviares) por el otro, que buscaban puestos. Paralelamente recurrió a seguir el ejemplo de Vizcarra y otros predecesores para hacer su "chanchita" apoyado en sus parientes y paisanos de Chota, considerados como "gente de confianza". Descubierto y denunciado, cede demasiado ante las exigencias de la derecha cambia mas de 5 gabinetes en pocos meses, pero la derecha quería más: la cabeza de Castillo. ¿Inexperiencia e ingenuidad del Presidente? No lo sabemos, pero si estamos seguros de que Pedro Castillo en su escasa pericia y praxis política apenas conocía las dimensiones estatales de los modos de representación política y sus articulaciones; y tampoco llegaba a comprender el potencial subversivo de los proyectos y demandas políticas presentadas por diversas fuerzas sociales desde dentro y fuera del sistema estatal.

Aun menos entendía el complejo proyecto estatal configurado históricamente a largo plazo y modificado en las tres últimas décadas con su razón de Estado, los mecanismos de dominio y formas de gobernar orientadas a imponer o crear una unidad en las actividades neoliberales del Estado y la articulación multidimensional de poderes institucionales y de facto, en su ensamblaje y demarcación frente a otros Estados, los mecanismos y modos de intervención estatal en su articulación global. Entender por ejemplo, los cambios en el capitalismo y el imperialismo colonial luego de la tercera y cuarta revoluciones industriales, la reconfiguración de poderes entre las potencias y que el sistema parcialmente globalizado esta en crisis condicionado en parte por que el "mercado está dominado por bancos y fondos de inversión, que terminan siendo lo mismo. La idea es un poco mas tenebrosa según un estudio realizado en 2009 sobre 48 países en los cuales se detectó que no más de diez grupos (bancos, fondos de inversión) controlan no sólo a las empresas sino más del 80% de las bolsas del mundo."[5]

Pedro Castillo se enfrenta a un mundo regido por el monopolio, el extractivismo, principalmente minero, la corrupción y las concepciones hegemónicas que buscan reconciliar lo particular y lo universal interconectando los propósitos recolonizadores del estado con una visión clientelar de la política, intelectual y moralmente corroídas por una concepción estrecha del interés público. No comprendió que llega a un espacio político bajo control del poder oculto colonialista y que estará cercado desde las instituciones hasta los medios y el espionaje telefónico y por internet. Castillo, al parecer, no logró entender quiénes y cómo han construido los regímenes de autoridad y mentalidades administrativas de gobierno y burocracia por las élites y los funcionarios públicos del centro de poder; menos aun cómo y mediante qué recursos y estrategias los poderosos hacen cumplir sus órdenes, o cómo las políticas concentran el poder en el centro formal/legal y al mismo tiempo fortalecen la capacidad de otros agentes de poder ilegal para llevar a cabo sus políticas particulares; y, tampoco cómo la autoridad política y sus aparatos centralizados construyen con los poderes regionales y locales a las poblaciones susceptibles de ser administradas.

Pedro Castillo también se enfrenta a un fenómeno fundamentalmente político que es el imperialismo colonialista, caracterizado por Lenin como:

"La concentración de la producción y el capital se ha desarrollado hasta un grado que ha creado monopolios, que desempeñan un papel decisivo en la vida económica."

"La fusión del capital bancario con el capital industrial, y la creación sobre la base de este capital "financiero", de una oligarquía financiera". "La exportación de capitales, a diferencia de la exportación de mercancías, adquiere excepcional importancia". "La formación de asociaciones capitalistas monopolistas internacionales que se reparten el mundo". "Ha culminado el reparto territorial de todo el mundo entre las más grandes potencias capitalistas".[6]

Si bien, en lo fundamental esta categoría mantiene vigencia, hay cambios en las formas de concentración del capital, la forma de dominación predominante después de sucesivas recolonizaciones y la construcción de renovadas mediaciones entre las potencias con la globalización y el neoliberalismo, exigen una serie de readecuaciones. Existe una convergencia de las políticas gubernamentales de los Estados poderosos contra los explotados de los países imperialistas y coloniales, en el que la lumpenburguesia de distintos países se unen contra los pueblos y trabajadores globalizados o no, no obstante luchas mutuas y competencia en el espacio internacional. Podemos incluso aplicar esta dialéctica cooperación/rivalidad al dominio geopolítico. Los gobiernos de estos países exhiben una peligrosa rivalidad para los pueblos, pero están unidos para mantener privilegios.[7]

Un imperialismo colectivo y multilateral que coinciden en seguir impidiendo la autodeterminación, la industrialización y otros cambios. Por ejemplo, el TPP 11 como se le conoce al "Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico", es un acuerdo imperialista que marca el futuro de América Latina y otras regiones como proveedores de materias primas y de consumo con precios monopólicos, con los mas bajos impuestos, sin soberanía y sin derechos humanos. O las concesiones, los contratos ley, el riesgo país, la OCDE, et.

Castillo debería saber que el Estado es una construcción histórica de poderes e instituciones,[8] y de una sociedad civil, que resulta del conflicto étnico-clasista y la necesidad de construir y preservar un aparato de dominación al servicio de la clase capitalista o de la reproducción de su economía. Sobre esa conflictividad, se impone un proyecto recolonizador respaldado por la ley y la fuerza, mediante la implantación priorizada de proyectos extractivistas mineros, pesqueros, madereros, hidroeléctricos, agroindustriales de mono-cultivos y ganadería intensivos; en este orden neoliberal no se crean industrias ni cadenas productivas, mas bien crecen las cadenas e infraestructura económica del saqueo, que incluye a poderes políticos, a la burocracia, instituciones, ONG y aparato administrativo privado y público configurando una clase media que siendo correas de transmisión del despojo y saqueo terminan siendo parte consciente o no de un tejido de corrupción institucionalizada. El control cultural y tecnológico de la vida y el pensamiento políticos, principalmente de las clases medias limeñas y nuevos "pensadores" de los medios y la sociedad civil es permanente; es lo que están haciendo el poder constantemente: películas, información falsa, degeneración del ser humano, degradación de la escala de valores, deterioro educativo, embrutecimiento universitarios, postergación de la cultura.[9]

Otro aspecto que debería conocer es que las clases medias de los sectores privado y público, de los cuales muchos son trabajadores de trasnacionales, monopolios, bancos y la burocracia conforman con los lumpentrabajadores, parte importante del sistema político y del ejército de la derecha. Wilheim Reich lo vio así en el nacimiento del fascismo entrelazando en su análisis la manipulación psicológica de la familia autoritaria, las empresas privadas y sus tecnócratas y el estado antidemocrático:

Yo soy el Estado, la administración, la empresa, la nación" es una realidad psíquica que nos proporciona uno de los mejores ejemplos de una ideología convertida en poder material. Al principio, el empleado o el funcionario se contentan con un parecido idealizado con sus superiores, pero poco a poco, de resultas de su dependencia material, su personalidad se transforma a imagen de la clase dominante. Por tener los ojos perpetuamente clavados en lo alto, el pequeño burgués acaba por cavar una josa entre su situación económica y su ideología. Pasando la vida en condiciones materiales penosas, se esfuerza por adoptar frente al mundo una actitud representativa, exagerada a veces hasta la caricatura. Se alimenta poco y mal, pero le concede un gran valor al ir "correctamente vestido.[10]

Lo que decía para los años 30 del pasado siglo (1933) mantiene vigencia 88 años después, con el agregado de que estas masas profascistas recurren a la corrupción para construir un alto nivel de vida con departamentos y vehículos correspondientes a estos tiempos. Como bien dice Atahualpa Oviedo:

Latinoamérica nació corrupta, esto quiere decir que desde sus antecesores o en sus antecedentes, y en sus orígenes como república estuvo impregnada de corrupción. Desde la colonia hasta la actualidad, la corrupción transversaliza a toda la sociedad latinoamericana, con Estados y sociedades corruptas en cada una de los estamentos que la componen, desde los ricos hasta los pobres, desde lo privado hasta lo público, desde la academia hasta los obreros. Evidentemente, que los que han estado arriba han sido los más corruptos, en cantidad y calidad.[11]

La corrupción es el abuso de los recursos públicos para beneficiar a unas cuantas personas o grupos, involucra explícitamente el poder y la política, al sector público y al privado y su efecto en políticas, instituciones y en el retroceso como país.[12] A lo largo de la historia, de acuerdo con Alfonso Quiroz se puede ver con claridad cómo, con la llamada república no se construyo un Estado con leyes y marcos normativos adecuados, con funcionarios que hacen cumplir la ley y con ciudadanos que van aprendiendo a sentirse parte de una sociedad incluyente que los considera. Todo lo contrario, las leyes están dadas para no ser cumplidas, y las formas patrimoniales del poder se van remodelando y recreando en cada periodo de la historia. La ciudadanía y la democracia son desnaturalizadas y se reducen al voto, el Estado nación y la soberanía agonizan, la destrucción de las industrias nativas por las trasnacionales conducen a crisis recurrentes.

Una fuga hacia la deuda pública que se explica por el hecho de que no se puede hacer pagar a las clases privilegiadas. facilitando el crecimiento del tráfico de drogas, así como el incremento de la violencia y el crimen, el enriquecimiento de una minoría cínica y rapaz, formada tanto por los altos funcionarios del gobierno como por empresarios empeñados en acrecentar su riqueza, sin consideración al daño que han hecho al país y a su población, al incrementar los niveles de pobreza y miseria de la inmensa mayoría de ésta reduciendo su calidad de vida.

Las clases son sucesos históricos que ocurren en el largo plazo, se configuran en la lucha, no se reducen a las relaciones productivas, sino que tiene que ver con dimensiones que permean el conjunto de la vida en sociedad. El odio de étnico clasista ha reaparecido reconcentrado ante el triunfo de Castillo y se concreto en un plan golpista a corto plazo liderada políticamente por RP, FP y AvP que cuenta con el crucial soporte de determinados sectores empresariales, mediáticos y eclesiásticos.

La simulación existe en toda la vida social y política. En el bicentanario, recordemos que los criollos ricos se oponían a cualquier cambio y apenas aspiraban a ser incluidos en las juntas de gobierno, pero no cesaron en sus reiterados juramentos de lealtad a Fernando VII. Ya, dueños del poder estatal, los criollos se negaron a ceder derechos sociales, con lo que persistió la esclavitud y la discriminación y explotación de los indígenas. Hacia fines del siglo XIX, las élites criollas locales no solo habían estancado el avance democrático y social, sino que se supeditaron a nuevos imperios: Inglaterra y EEUU. Los mas corruptos pueden retomar esa parte del poder perdido, como ya ocurrió antes, .y aumentar el saqueo a dimensiones insospechadas

La vacancia fue derrotada y los 43 de la derecha fujimorista y extrema, y los tres invitados de APP (Echaíz y Chiabra) y Podemos (Anderson), esperaran o crearan otra oportunidad. Luego en un segundo intento también por un voto. Castillo pierde el único capital que le queda: la honestidad. En su ingenuidad o incompetencia, o ambas cosas, asociadas a la inexperiencia y un posible trafico de influencias que casi lo llevan a la vacancia olvida atender necesidades y derechos delos pueblos. Los financiadores de campañas exigen la devolución de favores y un Gobierno paranoico por seguir las reglas del mercado político se siente obligado a corresponder. La normalidad es convertida en anormalidad y lo dictan los medios.

El Perú no puede cambiar por partes, necesita una transformación total y hay que darle inicio desde abajo, desde los pueblos originarios y con todos, desde la historia. La asamblea constituyente es un primer paso, pero solo tendrá futuro si se le asocia al combate por el autogobierno y comenzar a crear un ethos distinto. Para conseguirlo hay que luchar para acabar con la hegemonía, la revolución pasiva puede surgir de un parlamento popular que incida en autogobiernos autodeterminados. Romper con las reglas de juego mercantil de la política. La democracia solo puede surgir desde abajo, de un nuevo ethos, desde una ética republicana del bien común y la fraternidad.

Si "La cultura es un repertorio amplio de códigos o de convenciones, un compendio vastísimo de prótesis y de instrumentos, un depósito de reglas, de significados, de prohibiciones y prescripciones, que nos limitarían y que a la vez nos harían vivir, que nos servirían para resolver mejor o peor nuestra relación con el entorno social y físico".[13] Solo un cambio cultural desde ahora nos ayudara a construir una nueva sociedad.

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Notas

[1] «Valores» y «principios» que deja el neoliberalismo, Juan J. Paz-y-Miño Cepeda, Rebelion, 31/03/2021. https://rebelion.org/valores-y-principios-que-deja-el-neoliberalismo/

[2] Sinesio López, Élites y masas en el bicentenario (III), La República, 9/12/2021.

[3] Francisco Durand, El poder económico y sus relaciones con el Estado y la sociedad civil, Perú Hoy no. 16. Luces y sombras del poder, Desco (2009). http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/Peru/desco/20100313082608/02_Durand.pdf.

[4] "cuando estos nacionalismos llegan al poder, por así decirlo, toman el Estado, se hacen gobierno, poco a poco se van desplazando, sufren una metamorfosis perversa, y se convierten en dispositivos ideológicos de las dominaciones ejercidas desde el Estado. Corresponden a las nuevas élites gobernantes, también a las nuevas oligarquías, a los nuevos estratos de las burguesías. Entonces, emplean el Estado, los dispositivos de emergencia del Estado, para reprimir y o para prolongarse en el poder. De este modo se van pareciendo a los nacionalismos reaccionarios". (Ibid, Raúl Prada, p.4)

[5] Alejandro Marcó del Pont Los mercados y las calificadoras, Rebelión, | 03/12/2021

[6] Vladimir Lenin, Imperialismo fase superior del capitalismo, Ed Lenguas extranjeras, Pekín, 1975

[7] Claude Serfati, La era de los imperialismos continúa: así lo demuestra Putin, Viento Sur,21 ABRIL 2022. https://vientosur.info/la-era-de-los-imperialismos-continua-asi-lo-demuestra-putin/

[8] Raúl Prada, hablando del fetichismo del Estado nación explica la relación entre estos dos conceptos fetichizados, como ocurrirá mas tarde con el concepto de democracia: "La máquina institucional funciona por capturas; las fuerzas sociales son atrapadas en las redes institucionales. Se produce un fetichismo institucional; ocurre como que las dinámicas sociales se redujeran a las relaciones institucionales. Entonces desaparecen las fuerzas efectivas de las dinámicas institucionales y son sustituidas por las composiciones institucionales. Las dinámicas que hacen a la sociedad, que hacen al pueblo, compuesto por conglomerados de multitudes, de colectivos, de grupos, de individuos, desaparecen para dar lugar a composiciones sociales, sin vida propia, cada vez más monstruosas y fabulosas. Se llega, de esta manera, al Estado nación, que es una fabulosa composición maquínica institucional.

Es cuando la fabulosa máquina de la fetichización, que es la ideología, interviene magníficamente, otorgado contenido narrativo a la invención de la nación por parte de Estado. Entonces la nación ya no aparece como producto estatal sino como orígen del Estado. El mito del origen del Estado es la nación, que se convierte, imaginariamente, en un sujeto transhistórico. El espíritu nacional es, en esta narrativa, la esencia metafísica que se transforma en Estado, después de seguir un decurso dramático, el de la formación de la cultura nacional y de la constitución de la consciencia nacional." (Raúl Prada, Las fabulosas máquinas de la ideologia y del poder, Bolpress, 13 abril 2022. https://www.bolpress.com/2022/04/13/las-fabulosas-maquinas-de-la-ideologia-y-del-poder/)

[9] Daniel Estulin: «6 estrategias de los ricos para reducir la población», https://diariodevallarta.com/daniel-estulin/.

[10] Wilhelm Reich, La psicología de masas de la pequeña burguesía. El Viejo Topo, 3 noviembre, 202.1 https://www.elviejotopo.com/topoexpress/la-psicologia-de-masas-de-la-pequena-burguesia/.

[11] Atahualpa Oviedo Freire, Latinoamérica nació corrupta, Bolpress, 19 septiembre, 2021.

[12] QUIROZ, Alfonso W., Historia de la corrupción en el Perú. Edición popular, IEP, 2013

[13] Justo Serna y Anaclet Pons La historia cultural, Autores, obras, lugares Akal / Universitaria /, 2013. https://docs.google.com/document/d/1XfBKyAWCFfglTA7c127fvrjylOct4orzJIOEzHOflpk/edit.

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