150 aniversario de 'El capital'. El reino fetichizado de la mercancía
“La riqueza de las sociedades en las que domina el modo de producción capitalista se presenta como un ‘enorme cúmulo de mercancías’, y la mercancía individual como la forma elemental de esa riqueza. Nuestra investigación, por consiguiente, se inicia con el análisis de la mercancía” (Marx, 1988: 43). Con estas palabras se abre el primer capítulo de El capital, publicado en 1867. Salvo para los habitantes de Inglaterra, esa afirmación era enigmática y hasta exagerada, puesto que el capitalismo propiamente hablando –es decir, que se hubiera apoderado de la producción– solo existía en ese país, pero en ningún otro lugar había alcanzado ese nivel de desarrollo, en unos cuantos países se estaban gestando y peor aún en muchos lugares del mundo ni siquiera había surgido. En este sentido, los lectores contemporáneos de Marx podían pensar que su punto de partida, el análisis de la mercancía, no era muy convincente y dudoso que la mercancía se hubiera generalizado.