Policía con aumento, reprime más contento

Al menos nueve personas murieron durante los últimos días en hechos vinculados con los saqueos que siguieron a las protestas policiales en más de veinte provincias, mientras que decenas resultaron heridas. En Tucumán se vivieron los ataques más virulentos, que dejaron un saldo de tres muertos.

Mientras se multiplicaban los cortes y saqueos en los barrios, la policía arreglaba un sueldo básico inicial para el agente (la categoría más baja) de $8.500 [1.370 dólares por mes] propuesto por el gobierno de Alperovich [gobernador de la provincia de Tucumán] y salía a “pacificar” el conflicto que ellos mismos generaron. Apriete mafioso y la “inseguridad” comandada por quienes deberían prevenirla. Balas de goma a manifestantes frente la comisaría 2da y violenta represión a manifestantes frente a la Casa de Gobierno.

Una corporación irresponsable se sublevó y colaboró con el caos que se vivió en Tucumán por estas horas. Al menos dos muertos confirmados y decenas de heridos después de 36 horas de la “protesta” policial que tuvo a toda la provincia en vilo. Comercios grandes, medianos y chicos fueron robados, también algunas casas de familia, según se fue denunciando en una escalada informativa sobre todo a través de las redes sociales.

La angustia y la impotencia de éstas horas son innegables en toda la población que se volcó en muchos casos a la calle a hacer barricadas y armarse de palos (y hasta de armas de fuego) para evitar los saqueos. Ya cerca de la tarde comenzaron cacerolazos en distintos puntos de la capital, sobre todo en el microcentro. Incluso mientras se realizaba una concentración frente a la comisaría 2da (Buenos Aires y General Paz) la policía disparó con balas de goma a los manifestantes. También se echaron a andar inevitablemente los discursos fascistas que culpan de todo a las clases populares. Los responsables de esta crisis institucional son la corporación policial y el gobierno, socios en los negociados ilegales, que en esta ocasión se pelearon por salarios, en el marco de una protesta de carácter interprovincial. Los sectores que menos tienen pueden haber participado en algunos de los saqueos, pero no se puede generalizar ni simplificar con discursos xenófogos y acusando livianamente a los “negros de mierda”.

El premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, escribió una carta al cumplirse 30 años de democracia donde sostiene que “estas protestas que incluyeron tomas de casas de gobierno, junto a los simultáneos saqueos, constituyen una extorsión a los gobiernos provinciales y una desestabilización a la democracia, al buscar transmitir el mensaje: ‘o nos hacen caso o se viene el caos social’. Agregó que “lo que no puede suceder bajo ninguna circunstancia, es que el poder político, portador del mandato popular, se someta a la insubordinación violenta de la fuerza policial. No es posible que los gobernantes se sometan a sectores policiales que contienen mafias responsables de la inseguridad por su complicidad con el delito organizado del comercio de las drogas, la trata, trabajo esclavo, robo de autos, incluyendo torturas y zonas liberadas. Por eso debe investigarse la relación entre las protestas y la ola de saqueos simultánea”.

Hubo mucho oportunismo, bandas organizadas y robos de todo tipo, pero no hay que perder el eje central de la responsabilidad y complicidad de las fuerzas de seguridad en este asunto. Las consignas que piden mayor seguridad pueden entenderse pero no se puede obviar que ésta policía no puede darla, ya que en una porción importante es cómplice de los delitos que se producen diariamente en la provincia.

No son los héroes de la jornada

Los gobiernos provinciales accedieron todos a subir el salario de las fuerzas de seguridad entre $8.000 y $8.500 para el nivel inicial. ¿Se hará lo mismo o se contemplará similares subas del 35% para el resto de los trabajadores estatales? Parece difícil que esto ocurra, ya que la extorsión policial por aumento de salarios implica tener una fuerza represiva relativamente “contenta” para ejercer el control y la represión por parte de los gobiernos provinciales.

Coincidentemente con los festejos de los 30 años de democracia que se desarrollan en Plaza de Mayo, poco para festejar hay en Tucumán. El periodista Carlos del Frade de la Agencia Pelota de Trapo ilustró la situación al respecto y algunos hechos acontecidos en la provincia de Santa Fe: “en estos treinta años de democracia también es preciso pensar, de cara a este conflicto que mete miedo en la sociedad santafesina, qué hicieron los distintos gobiernos electos por el voto popular a la hora de conducir la fuerza. `Si quieren transparencia la tienen que pagar bien`, dijo uno de los policías ocultos en un pasamontañas. Un mensaje más mafioso que sindical, una clara señal de la narcopolicía emergiendo tres décadas después de la democracia que supimos conseguir”.

Perez Esquivel agregó al respecto que “resulta muy grave que el Gobierno Nacional quiera disuadir y criminalizar cualquier reclamo social con un comando conjunto de operaciones de fuerzas de seguridad a nivel nacional, mientras niega bonos salariales, actualización de planes sociales y refuerzos a los jubilados. Una vez más su relato de modelo virtuoso para el pueblo argentino entra en crisis”.

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