Pompeo, CIA, MKO y sus mentiras en los disturbios en Irán
El 17 de diciembre, el exsecretario de Estado de EEUU y director de la CIA, Mike Pompeo, encabezó un acto de la Organización de Comunidades Estadounidenses Iraníes en Washington en apoyo al llamado “levantamiento” en Irán.
Con esta reunión, Pompeo busca promocionar su rol central en la postura de línea dura de Trump hacia Teherán, mediante la cual Washington impuso una serie de sanciones económicas paralizantes a la nación persa, abandonó unilateralmente el histórico acuerdo nuclear y asesinó al comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, entre otros actos hostiles.
“Nuestra Administración usó todas las herramientas a nuestra disposición para eliminar el poder del régimen [iraní]”, se jactó el exdiplomático estadounidense. Pompeo continuó elogiando los disturbios respaldados por extranjeros que han sacudido Irán desde mediados de septiembre, cobrándose cientos de vidas.
Aunque en las últimas semanas la escala y la magnitud de los desmanes se han reducido drásticamente, y los alborotadores comienzan a darse cuenta de la futilidad de sus intentos, sobre todo debido a las manifestaciones progubernamentales mucho más grandes, el apoyo de los extranjeros a la sedición continúa sin interrupciones.
Si bien reconoció que el enfoque de Trump hacia Irán “comenzó con la idea” de que los elementos antigubernamentales “deben ser apoyados en todos los sentidos”, Pompeo rechazó agresivamente cualquier sugerencia de que los recientes disturbios fueran de alguna manera “producto de la intromisión extranjera”.
“Tres meses de protestas y levantamientos poderosos e inflexibles no ocurren al azar (...) Estas protestas son el resultado de 40 años de oposición organizada”, comentó.
Como Press TV ha documentado previamente en detalle, hay indicadores amplios e inequívocos de que los disturbios en Irán han sido fomentados, dirigidos y amplificados por la CIA y otras agencias de EEUU, aunque no es necesario pedir pruebas de este medio.
La CIA que alguna vez dirigió Pompeo, es conocida por provocar levantamientos violentos y derrocar gobiernos en todo el mundo.
Irán ha sido desde la década de 1950 un objetivo favorito de la CIA
La Organización de Comunidades Estadounidenses Iraníes a la que se dirigió Pompeo es un reflejo palpable de este hecho incontestable. Su “padre” es el grupúsculo terrorista Muyahidín Jalq (MKO). Durante muchos años fue reconocida como una secta extremista peligrosa y violenta por el Reino Unido, Canadá, Japón y EEUU
MKO comenzó su vida como un grupo de protesta estudiantil anti-Pahlavi en la década de 1960. Una década después, llevó a cabo múltiples ataques terroristas que mataron a muchos, incluidos varios ciudadanos estadounidenses.
Inicialmente apoyó la Revolución Islámica en Irán, pero rápidamente se volvió contra los clérigos del país y volvió a centrar su violencia en el gobierno popular y los ciudadanos iraníes. En total, el grupo ha matado a más de 17 000 iraníes desde su creación.
Uno de los períodos más violentos del grupo fue durante la guerra Irán-Irak cuando apoyó el brutal ataque del ex dictador iraquí Sadam Husein a Irán. Hacia el final de la guerra, Bagdad proporcionó al MKO equipo militar pesado y desplegó a miles de sus matones en ataques suicidas masivos contra las fuerzas iraníes.
Posteriormente, el grupo jugó un papel decisivo en la represión brutal de los levantamientos kurdos en el norte de Irak y las protestas chiíes en el sur de Irak. Simultáneamente, la CIA, junto con las inteligencias británica y saudí, dio al MKO 3000 millones de dólares para desestabilizar Afganistán y luchar contra el Ejército Rojo, de la extinta Unión Soviética. El académico con sede en California Mark Mason ha calificado el esfuerzo como “la operación extranjera encubierta más costosa de EEUU desde los comienzos de la CIA” en 1947.
A pesar de esta terrible historia, EEUU eliminó silenciosamente la designación de terrorista del grupo en 2012. La base endeble de su solicitud fue que el grupo representaba una oposición viable y un gobierno en el exilio.
Después de la invasión estadounidense a Irak en 2003, el MKO comenzó a pagar regularmente cientos de miles de dólares a los halcones políticos antiraníes en Washington, a menudo en forma de grandes honorarios por conferencias.
El exasesor de Seguridad Nacional de EEUU John Bolton, el exalcalde de la ciudad de Nueva York Rudy Giuliani, el exsenador Joseph I. Lieberman y el exgobernador de Vermont Howard Dean, así como muchas otras figuras menos conocidas, han hablado en eventos organizados por el MKO y la Organización de Estadounidenses Iraníes.
Cegados por su voraz deseo de dólares, estos individuos comparten escenarios y respaldan con entusiasmo la legitimidad de este grupo terrorista. En efecto, el MKO gana agresivamente el favor y la credibilidad en los círculos políticos de EEUU, aunque los medios se han mostrado reacios a respaldar su estatus como supuesto gobierno de Irán en el exilio.
Este año, los oradores instaron a Biden, que ya prometió hacer lo que sea necesario de manera abierta y encubierta para socavar al Gobierno de Irán, a aumentar las sanciones y considerar tomar más medidas contra Teherán. Entre los asistentes se encontraban muchos funcionarios del gobierno.
Maryam Rajavi, jefa del grupo terrorista MKO, aprovechó la oportunidad para pedir a Washington que emita una declaración firme en apoyo directo al derrocamiento del Gobierno iraní elegido democráticamente.
“Ha llegado el momento de que EEUU reconozca la legitimidad de la lucha de los jóvenes iraníes contra esta fuerza maligna y terrorista. EEUU debería reconocer oficialmente la revolución del pueblo iraní para establecer una república basada en valores democráticos”, dijo.
De hecho, son palabras fuertes, aunque la ironía es que la abrumadora mayoría de la población de Irán vilipendia al MKO como lunáticos y homicidas, y no apoya una revolución respaldada por extranjeros, y mucho menos una tan claramente patrocinada y respaldada por una banda terrorista criminal.
Por lo menos, el espectáculo de Mike Pompeo, quien alguna vez dirigió con orgullo una agencia notoria por torturar y asesinar musulmanes en toda Asia Occidental, encabezando un evento organizado por un grupo terrorista, subraya ampliamente cómo el deseo de Washington de destruir a sus enemigos conduce al país y sus gobernantes a asociarse con los elementos más peligrosos.
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