Portugal. Promesas y engaños electorales: El Partido Socialista y el Bloco de Izquierda
La derrota del Partido Socialista (PS) en los comicios electorales de 7 de junio, donde el PS perdió 566 mil votos, deja claro que el tiempo de Sócrates llega a su fin. [1]
Sin preocupaciones ideológicas ni apego a la matriz ideológica de la social-democracia de principios del siglo pasado, entonces presionada por los logros de la URSS y un poderoso movimiento obrero y sindical, José Sócrates aceleró la marcha para derecha. Se ha rendido clara y indiscutiblemente a los interés de los grupos monopolistas portugueses y del imperialismo.
La rendición hay sido tan completa que Manuela Ferreira Leite [2], luego que fuera elegida en el Congreso de mayo de 2008, no ha sido capaz de presentar propuestas alternativas al gobierno del PS. El hecho ha sido, entonces, destacado por los medios presentes en el cónclave: «ha resistido a la tentación» y decían que «iba poner atención a las preocupaciones que ha oído». Por eso, ella ha estado «callada» hasta el inicio de la campaña electoral para las europeas. Tenia quien hiciese el trabajo sin pagar los costos.
Asentado en una poderosa maquina publicitaria, no hubo sector social que no hubiese sentido su saña desmanteladora y privatizadora, ni clase profesional que Sócrates no hubiese atacado con arrogancia y autoritarismo.
La estabilidad gubernativa proporcionada por la tan elogiada mayoría absoluta ha dado origen a la mayor crisis social en Portugal de los últimos 35 años, a la cual la clase trabajadora contestó con algunas de las mayores jornadas de lucha desde el 25 de Abril, destacándose las dos manifestaciones de maestros en Lisboa, donde participó la casi totalidad del sector.
Encerrado en su torre de marfil y ocupado en la gestión de conflictos entre los grupos monopolistas (el caso de la OPA [Oferta Publica de Adquisición] de la SONAE sobre la PT, que desde el inicio de la privatización quedó destinada al grupo BES, por «acuerdo de caballeros» entre políticos y monopolistas…), confundiendo a la corte que lo cerca con el país, y engañado por encuestas amigas, Sócrates y el PS no vieron la más que previsible fuga de su electorado de izquierda.
La traición social del PS
Los resultados de los comicios para el Parlamento Europeo comprobaron una acentuada pérdida de la base social de apoyo del PS pero, al revés de lo que siempre sucedió antes, la fuga no ha sido hacia los partidos de l derecha tradicional.
Aturdidos, el PS y Sócrates enmiendan el lenguaje, regresan a las promesas, y recuperan dos estribillos de un viejo chantaje electoral sobre el electorado de izquierda: «Votar al PS es cerrar el camino a la derecha» y «cada vece que el PS pierde votos es la derecha quien gana».
Como si, aún antes del consulado de José Sócrates, no hubiese sido el PS con Mário Soares quien renegó del socialismo, promocionó la división del movimiento obrero y sindical, inició la destrucción de la reforma agraria y la recuperación capitalista y apadrinó el regreso de los grupos monopolistas, sustento de la dictadura fascista. Como si no hubiese sido Mário Soares quien conspiró con el General Spínola y Frank Carlucci contra el Portugal de Abril.
Por la opción de clase en la acción gubernativa, por la acción destructora de los derechos conquistados, algunos antes del 25 de Abril, por su completa sumisión al imperialismo, el PS es hoy un partido de la derecha, cuya política y intereses, en su esencia, no se distinguen de los del PSD.
Un Bloco de engaños
Fundado cuando Guterres [3] iniciaba su aproximación al neoliberalismo, sin ideología definida, el Bloco de Izquierda (BE) es una confluencia de intereses y ambiciones políticas no satisfechas, formado por ex-trotskistas del PSR, ex-maoistas de la UDP y reformistas desengañados por la no adhesión del PCP al reformismo eurocomunista, agrupados en Política XXI. Posteriormente adherirían algunos grupos sin expresión política y desempleados del anticomunismo militante.
La simpatía con que es mirado por la gran burguesía le proporciona una sospechosa promoción en los medios, lo que disfraza la ausencia de una base social de sustentación. Simpatía y promoción justificables si tenemos en cuenta la opinión de António Chora, miembro de la Mesa Nacional del Bloco de Izquierda y presidente de la Comisión de Trabajadores de la Auto-Europa [4], unos meses antes de discursar en un homenaje de amigos al ex ministro del PS António Pinho: «El mundo cambió, las industrias cambiaron y los sindicatos tienen que cambiar». (…) «Hoy vimos que sin embargo, tras haber pasado más de 4 meses desde que empezó la crisis, los sindicalistas [portugueses] siguen escudándose en la salvaguarda de los puestos de trabajo (lindas palabras), sin contribuir con soluciones…» (sic).
En 1975, en el intento de romper la resistencia de la Intersindical, el PS no había sido tan esclarecedor…
El principio de que «el movimiento es todo» en la lucha del BE contra el movimiento organizado de los trabajadores, si fuese seguido, conduciría a la clase trabajadora a una menor resistencia al poder aplastante de los grupos monopolistas portugueses y del imperialismo.
Floresta de engaños, el BE recorre a un radicalismo verbal para camuflar el papel aceptado de tapón al crecimiento del PCP y la tentación de, en un futuro ansiado, suceder al PS. Hasta ya le copia los trucos: en elecciones para disputados dice también que es candidato a 1er. Ministro.
Su radicalismo verbal me recuerda el discurso de Mário Soares el 1º de mayo de 1974.
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Las próximas elecciones legislativas no van decidir la cuestión del poder político en Portugal: gane el PS o el PSD, el poder sigue en las manos de la burguesía monopolista asociada al imperialismo.
Lo único que es seguro es la desaparición de la mayoría absoluta que, después de ser tan elogiada, hoy toda la gente proscribe.
Pero será diferente si llega a haber en la Asamblea de la República una fuerte presencia de una fuerza política contraria a los representantes de la gran burguesía que, apoyada en una sólida base social de sustentación y movilizando las masas para la lucha, utilice las instituciones del régimen como tribuna de combate para la superación del sistema – el PCP.
Notas del traductor:
[1] José Sócrates, secretario-general del PS y Primer Ministro de Portugal hasta los comicios electorales de 27 de septiembre.
[2] Líder del PSD, el partido liberal portugués
[3] António Guterres ha sido secretario-general del PS y Primer Ministro del 28 de octubre de 1995 hasta el 6 de abril de 2002.
[4] Fabrica de la Volkswagen en Portugal