Luis Moreno-Ocampo, ¿capo o fiscal?
Que ordena raptos cuando las cosas no van bien. El Fiscal Jefe de la CPI, Luis Moreno-Ocampo, ha anunciado que espera que el coronel Muamar el Gaddafi, acusado de crímenes de lesa humanidad, sea detenido en poco tiempo para enjuiciarlo por asesinato y persecución. Sus manifestaciones se apoyan, casi exclusivamente, en indicios y opiniones subjetivas.
Hasta ese punto, su conducta es incluso “normal”, pese a que las pruebas acusatorias se basan en declaraciones de enemigos del líder libio que ningún miembro de la CPI ha podido contrastar; sin embargo posturas judiciales similares, y hasta peores, hemos visto con frecuencia, especialmente en España.
Pero Moreno-Ocampo ha roto el molde. Aunque confía en que el denominado Consejo de Transición libio organizado por Occidente capture al coronel libio, no se ha cortado un pelo y ha ido más allá para lograr su propósito, al incitar a los colaboradores más cercanos de Gaddafi a que lo traicionen y lo lleven a La Haya.
Si bien nadie debería extrañarse en exceso (sobretodo si consideramos que la OTAN califica “objetivo militar” a un ser humano), este letrado, bajo mi punto de vista, está animando a terceros a que secuestren a Gaddafi y lo conduzcan ante su presencia. Y esa actitud se parece más a la de un capo de la Camorra italiana, que a la de un fiscal de cualquier Tribunal de justicia.