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Europa :: 19/03/2025

Rearmar Europa

Fabrizio Verde
Gastar una cantidad astronómica de dinero para rearmar Europa significa quitar recursos vitales a sectores clave como la educación, la salud, las pensiones...

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, impulsa un plan que no sólo es irresponsable sino potencialmente catastrófico para el futuro de Europa: el llamado RearmEurope, un proyecto de 800.000 millones de euros para rearmar el continente en nombre de una supuesta amenaza rusa.

Sin embargo, este plan no sólo se basa en premisas cuestionables, sino que corre el riesgo de arrastrar a Europa a una espiral de tensiones y conflictos que nadie desea, desviando recursos preciosos de prioridades urgentes dada la crisis económica en la que languidece el viejo continente.

Una amenaza inexistente

La idea de que Rusia representa una amenaza inminente para Europa es una narrativa que necesita ser desacreditada. Rusia no tiene intención de atacar a los países europeos. No habría ninguna razón lógica, estratégica o geopolítica para ello. Por el contrario, Moscú ha expresado reiteradamente su deseo de entablar un diálogo y normalizar las relaciones con Occidente.

La retórica belicosa alimentada por algunos líderes europeos, incluida Von der Leyen, no sólo es infundada, sino que corre el riesgo de crear una profecía autocumplida, impulsando una nueva guerra que perjudicaría a todos, especialmente a los ciudadanos europeos. Un conflicto que podría tener consecuencias catastróficas.

En lugar de invertir 800.000 millones de euros en armas y sistemas militares, Europa debería centrarse en reconectarse con Rusia, promover el diálogo, la diplomacia y la cooperación económica. La historia enseña que el aislamiento y la militarización no conducen a la paz, sino sólo a mayor división y conflicto. La historia enseña pero no tiene alumnos, advirtió Antonio Gramsci.

UN PLAN LOCO Y CONTRAPRODUCENTE

El plan RearmEurope no sólo es inútil, sino también profundamente perjudicial. Gastar una cantidad astronómica de dinero para rearmar Europa significa quitar recursos vitales a sectores clave como la educación, la salud, las pensiones y la innovación tecnológica. En un momento en que Europa se enfrenta a desafíos sin precedentes agobiada por un peso llamado euro, invertir una cantidad tan grande de fondos en armas es un lujo que no puede permitirse.

Además, este plan corre el riesgo de alimentar una carrera armamentista que desestabilizará aún más el continente. Rusia, percibiendo una amenaza creciente, podría responder fortaleciendo su propio arsenal militar, creando un círculo vicioso de miedo y hostilidad. Europa, en lugar de ser un actor de paz y mediación, corre el riesgo de convertirse en un foco de tensiones, con consecuencias impredecibles para la seguridad global.

Sin embargo, más allá de las premisas cuestionables de este proyecto, es necesario arrojar luz sobre la figura de la propia von der Leyen, cuyo pasado está plagado de escándalos e ineficiencias que la hacen completamente inadecuada para liderar una iniciativa de esta magnitud.

EL ESCÁNDALO DE LOS CONSULTORES: UN PRECEDENTE INQUIETANTE

Durante su mandato como ministra de Defensa alemana (2013-2019), Ursula von der Leyen estuvo en el centro de uno de los mayores escándalos de la política alemana reciente: el Berateraffäre, el escándalo de los consultores. Una comisión de investigación del Parlamento alemán descubrió que el Ministerio de Defensa, bajo su liderazgo, otorgó contratos multimillonarios a consultores externos sin una supervisión adecuada, violando así las normas de contratación pública. Entre 2015 y 2016, el Ministerio gastó hasta 150 millones de euros en consultores externos, pero oficialmente solo declaró una fracción: alrededor de 2,9 millones. Esta discrepancia ha planteado serias dudas sobre la transparencia y la integridad de la gestión de von der Leyen.

En muchos casos, los contratos se adjudicaron a través de una red de conexiones personales, favoreciendo a empresas como Accenture y KPMG. Por ejemplo, Timo Noetzel, un ejecutivo de Accenture, tenía vínculos personales con Katrin Suder, entonces subsecretaria de Estado del Ministerio de Defensa. Ambos se conocían desde sus días en McKinsey, y esta relación levantaba sospechas de favoritismo. Si bien no hay evidencia directa de la participación personal de von der Leyen en estas irregularidades, ha trascendido que su ministerio llevó a cabo una investigación interna superficial y defectuosa, que muchos parlamentarios han calificado como un intento de encubrir el caso.

Von der Leyen admitió haber cometido "errores" en la gestión de los consultores, atribuyendo los mismos a la negligencia y la sobrecarga de trabajo del personal. Sin embargo, esta justificación no ha convencido a los críticos, quienes han señalado que la falta de disciplina y transparencia ha permitido que florezca una red de favoritismo. Matthias Höhn, miembro del partido Die Linke, calificó el manejo del asunto por parte de von der Leyen como «una flagrante falta de liderazgo» y señaló que la falta de medidas disciplinarias había enviado un mensaje equivocado al ministerio: que las reglas se pueden ignorar sin consecuencias.

INEFICIENCIAS Y DESPERDICIOS: UN PESADO LEGADO

Además del escándalo de los consultores, el mandato de von der Leyen como ministra de Defensa estuvo marcado por una serie de ineficiencias y despilfarro que dañaron aún más su reputación. Durante su mandato, las fuerzas armadas alemanas enfrentaron numerosos problemas, incluida escasez de equipos, retrasos en los proyectos de modernización y una burocracia ineficiente. Por ejemplo, el proyecto de compra de nuevos helicópteros y vehículos blindados se ha retrasado repetidamente y sus costes se han disparado.

Von der Leyen intentó justificar estos fracasos argumentando que el Ministerio de Defensa era una organización obsoleta que necesitaba una reestructuración radical. Sin embargo, su enfoque, basado en el uso masivo de consultores externos, no produjo los resultados prometidos. Más bien, creó un sistema en el que los consultores adquirieron una influencia excesiva sobre las decisiones estratégicas del ministerio, a menudo a expensas de la eficiencia y la transparencia.

En resumen, ha demostrado que no tiene capacidad para gestionar los recursos públicos de manera transparente y eficiente. Su defensa del uso de consultores externos, a pesar de claras irregularidades, y su fracaso a la hora de garantizar una supervisión adecuada de las contrataciones públicas son señales preocupantes. Confiarle la dirección de un proyecto como RearmEurope es como darle las llaves de un deportivo a un piloto que ya ha demostrado que no sabe conducir.

El plan RearmEurope es un error colosal y Ursula von der Leyen no es la persona adecuada para liderar a Europa en esta dirección.

lAntiDiplomatico.it

 

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