Reformar sin perder el socialismo: crisis lleva a Cuba a revisar plan económico para 2024
Cuba comienza el año 2024 con graves y persistentes problemas económicos de los que el país intenta recuperarse desde al menos la crisis generada por la pandemia en 2020: una contracción de la actividad económica , una inflación superior al 30% y episodios recurrentes de escasez de combustible y otros productos.
El contexto se agrava por los efectos nocivos del bloqueo estadounidense contra el país caribeño, que dura 62 años y continúa asfixiando la economía de la isla, siendo uno de los principales obstáculos para la recuperación.
Ante esta situación, el gobierno cubano anunció en los últimos días de diciembre de 2023 que este año implementará una serie de medidas para “estabilizar la economía”. Aumentos de los precios de los servicios y de la energía, recortes de subsidios a sectores de mayor consumo y la implementación de un nuevo tipo de cambio acompañado de una devaluación de la moneda nacional están en los planes del gobierno.
Sin embargo, existen riesgos de que las medidas generen un efecto dominó y estimulen la inflación en la isla. Uno de los productos más sensibles que experimentó aumentos este año, por ejemplo, fue el combustible, que el Estado importa y subsidia considerablemente para la población. Los aumentos de combustible son un componente esencial en la formación de precios y pueden crear presiones inflacionarias en otros sectores.
Por otro lado, el gobierno busca proteger a los sectores vulnerables y a los trabajadores en general. Como medidas compensatorias, se anunciaron aumentos salariales para los profesionales de la educación y la salud, en un intento de recuperar parte del poder adquisitivo que se ha visto afectado por la crisis en los últimos años.
Para los economistas cubanos entrevistados por Brasil de Fato , el desafío del país en 2024 es hacer los ajustes económicos necesarios para salir de la crisis, pero sin desmantelar las políticas sociales construidas desde el inicio de la Revolución socialista, en 1959. “Debemos intentar preservar por todos los medios el proyecto social cubano”, afirma la economista Karina Cruz Simón.
Investigadora del Centro de Estudios Económicos Cubanos, ha publicado junto a otros expertos importantes trabajos sobre la inflación en la Isla y, aunque actualmente desarrolla actividades académicas, trabajó durante muchos años en el Banco Central de Cuba. Dijo que “en esta situación de crisis que atraviesa la economía cubana, debemos buscar hacer todas las actualizaciones y ajustes necesarios, pero en el entendido de que esos ajustes deben tener como objetivo último preservar el proyecto social que estamos construyendo desde el triunfo de la Revolución, un proyecto que se sustenta en pilares de justicia social”.
“Ciertamente el año 2024 debe ser un año muy complejo. De hecho, los últimos cuatro años han sido sumamente complejos para la economía cubana”, afirmó la economista. “La crisis que sufre Cuba es causada por varios factores, algunos son estructurales, otros son cíclicos, pero también hay problemas externos. El bloqueo de EEUU contra Cuba es un gran problema, pero no es el único, a pesar de que todos los problemas que estamos atravesando se ven agravados por el bloqueo, que asfixia las posibilidades de salir de la situación actual”, explicó.
Según el último documento exigiendo el fin de las sanciones contra Cuba, aprobado por la Asamblea General de la ONU, el bloqueo implementado ilegalmente por EEUU generó una pérdida de 13 millones de dólares diarios para el Estado cubano sólo en el último año.
“Tenemos una situación de dolarización parcial de la economía. Como no tenemos un mercado cambiario formal -entre otras cosas, porque no tenemos acceso al crédito ni al sistema financiero internacional debido al bloqueo-, el mercado cambiario informal “asumió un peso importante. Lo que quiero destacar es que tenemos una crisis de carácter productivo, que se puede explicar por razones estructurales, pero también tenemos una crisis desde el punto de vista macroeconómico”, afirmó Simón.
Con las medidas, el gobierno busca reducir el elevado déficit fiscal y reducir la inflación, aunque prevé un déficit superior al 15% del PIB para 2024. La principal preocupación es el costo social que pueden generar las iniciativas de estabilización. “Hay mucho debate sobre si estas medidas serán efectivas para ayudar a Cuba a salir de la crisis”, advierte la economista. “En mi opinión, Cuba no requiere medidas aisladas, porque no son suficientes. Necesitamos un programa de estabilización macroeconómica coherente con medidas integrales y adecuadamente secuenciadas para salir lo más rápido posible de la compleja situación que hemos estado viviendo en los últimos años”, dijo.
Sector privado X sector público: integrar y desarrollar
Al mismo tiempo que se ve obligada a afrontar la crisis, Cuba atraviesa profundos cambios económicos y sociales. Desde 2021, la vida en la Isla vive una acelerada transformación a raíz de la incorporación de un nuevo sector económico privado de micro, pequeñas y medianas empresas, conocido como Mipymes. A pesar de ser más fuerte en La Habana, el panorama de las principales ciudades del país se está transformando a medida que estas pequeñas y medianas empresas se multiplican.
Sobre este proceso habló con Brasil de Fato Joel Marill, miembro de la Junta de Coordinación y Proyecciones Macroeconómicas del Ministerio de Economía de Cuba. “A partir de 2021 se inició lo que se llamó una actualización del modelo económico, que consistió en un conjunto de reformas que, entre otras cosas, incorporaron nuevos actores al sistema económico cubano”, explica.
Según los últimos informes oficiales, actualmente existen en Cuba más de nueve mil 900 pequeñas y medianas empresas del sector privado. Se estima que Mipymes emplea a más de 260 mil trabajadores, lo que representa aproximadamente el 18% de la fuerza laboral. Sin embargo, los trabajadores restantes siguen empleados en las diversas formas en que opera el sector estatal.
“Cuba tiene hoy una economía mucho más diversificada en términos de actores económicos, agentes y formas de propiedad, pero el sector estatal sigue siendo predominante. El Estado controla las principales estructuras de la economía, lo que llamamos los ‘medios fundamentales de producción’, que es lo que forma el núcleo del proyecto socialista”, observa Marill.
Las pequeñas y medianas empresas privadas se han multiplicado en todo el país desde 2021.
Parte de las discusiones actuales en Cuba sobre el futuro del modelo económico involucran el destino del naciente sector económico privado y cómo se relaciona -o debería relacionarse- con el proyecto socialista. Por un lado, las Mipymes han sido importantes impulsoras de la economía, ya que durante episodios de escasez lograron incrementar la oferta de bienes y servicios en el mercado, en la mayoría de los casos a través de importaciones. Además, también están generando nuevos empleos, aliviando al sector estatal.
Por otro lado, la expansión de las pequeñas y medianas iniciativas privadas también ha generado nuevas desigualdades sociales entre la población, un fenómeno relativamente nuevo en la Isla que, durante décadas, fue referencia en niveles de igualdad social. Al mismo tiempo, varios discursos señalan que las Mipymes pueden ser responsables del proceso inflacionario de la Isla. Muchos de los productos vendidos por el sector privado son de difícil acceso para los salarios de los trabajadores estatales, cuyo poder adquisitivo se ha deteriorado.
Las medidas de estabilización económica que el gobierno pretende implementar durante el año reflejan la situación de creciente desigualdad. Uno de los principales objetivos del gobierno para 2024 es crear un mayor grado de coordinación entre el emergente sector económico privado y el sector estatal. Para lograrlo, un instituto debe vincular este sector económico con las necesidades de desarrollo local en cada uno de los 168 municipios del país.
“Es necesario entender que, para que este proyecto social realmente sobreviva, necesitamos hacer ajustes importantes, modificaciones e incluso ciertas actualizaciones. Parte de estas actualizaciones tiene que ver con cómo vincular a este nuevo sector privado, que ha ido surgiendo con gran fortaleza en los últimos años, al sector empresarial estatal, que es el sector que tradicionalmente opera en la economía cubana”, señaló Karina Cruz Simón.
Brasil de Fato / Resumen Latinoamericano / La Haine