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Medio Oriente, EE.UU., Anti Patriarcado :: 26/10/2023

Se avecinan problemas para EEUU e Israel en Gaza

Hasan Illaik
EEUU e Israel tienen objetivos finales diferentes al destruir Gaza: Tel Aviv quiere limpiarla étnicamente y Washington quiere traer de vuelta a la Autoridad Palestina

Sin embargo, es probable que ambos planes se topen con un muro del Eje de la Resistencia

Como era de esperarse, y en línea con décadas de su política exterior, Washington ha puesto todo su peso detrás de “apoyar a Israel” y su ataque genocida contra Gaza. Pero si bien las posturas públicas de los dos aliados coinciden bastante en esta etapa del conflicto, sus puntos de vista divergen sobre lo que viene después, específicamente sobre la eliminación de Hamas y otros grupos de resistencia palestinos en Gaza.

El impacto devastador de la Operación Tormenta de Al-Aqsa en el régimen ocupante ha presentado una oportunidad para que EEUU e Israel erradiquen permanentemente la amenaza planteada por la resistencia palestina.

Cuando los avances políticos, militares y psicológicos sin precedentes de la resistencia comenzaron a asimilarse, Washington inmediatamente saltó a la palestra.

Para empezar, envió un portaaviones al Mediterráneo oriental -con otro en camino- y ha movilizado buques de guerra británicos e italianos en esas aguas en una muestra de apoyo a Israel.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, está desempeñando un papel fundamental en la coordinación con Israel, participando abiertamente en las reuniones de su gabinete y encabezando las negociaciones diplomáticas en nombre de Tel Aviv.

Simultáneamente, el secretario de Defensa del Imperio, Lloyd Austin, llegó a Israel para brindar su apoyo “inquebrantable”, que incluye el despliegue de 2.000 tropas de las Fuerzas Especiales estadounidenses en tierra Palestina ocupada. El jefe del Comando Central del ejército estadounidense (CENTCOM) también visitará la frontera con el Líbano en los próximos días.

Y el propio Biden llegó a Ammán, Jordania, desde donde viajó a Jerusalén – la “capital” israelí que ni las naciones ni el derecho internacional reconocen – para demostrar el apoyo sustancial de su país a Israel (luego de sufrir el desaire de que el rey jordano no se quiso reunir con él).

Advertencias a la Resistencia

Estas acciones dejan pocas dudas de que es Washington quien está tomando la iniciativa en esta guerra; ni el Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ni su Ministro de Defensa ni su Jefe de Gabinete intentan ocultar este hecho ni remotamente. Como afirmó el destacado periodista israelí Yossi Yehoshua, “EEUU tiene el control total sobre la batalla en Gaza”

Porque, a decir verdad, después de la Operación Tormenta de Al-Aqsa liderada por Hamas, nadie tiene mucha confianza en el ejército de Israel, que recibió la peor parte de este golpe de la resistencia. Esto significa que fue necesario convocar a la principal potencia naval del mundo para enfrentarse a un grupo armado desde la cárcel virtual de 365 kilómetros cuadrados que es Gaza.

En esencia, se trata de un enfrentamiento entre Israel, EEUU y sus aliados de la OTAN, contra el pueblo palestino de la Franja de Gaza, un pueblo que ha soportado un asedio brutal e implacable durante 18 años.

Pero la actividad militar de Washington no está destinada a una confrontación en Gaza. La introducción de flotas navales estadounidenses en el Mediterráneo oriental ha sido orquestada para enviar un mensaje de disuasión a Hezbolá, aliado de la resistencia palestina en el Líbano.

Con razón, los estadounidenses ven a Hezbolá como “el actor no estatal más fuertemente armado del mundo”. También creen con razón que la intervención de la resistencia libanesa en la guerra de Gaza alterará su curso y potencialmente impedirá que Israel logre sus objetivos.

Aunque ninguna fuente creíble puede confirmar el número exacto del arsenal de misiles de Hezbolá, los analistas regionales y occidentales estiman que el número asciende a 130.000 (posiblemente más), muchos de los cuales serían no guiados. Pero el secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah, confirmó que Hezbolá puede convertir estos cohetes en misiles de precisión y que es capaz de producir drones. Un año antes, Nasrallah también confirmó que su partido contaba ahora con 100.000 hombres y que todos los misiles apuntaban hacia Israel.

Cuando Hezbolá no respondió a las advertencias que Washington envió a través de múltiples canales (libaneses, árabes y de la ONU) los estadounidenses decidieron ser más explícitos: hicieron amenazas directas al grupo miliciano y a sus aliados: la entrada de Hezbolá en la guerra conduciría a la destrucción del Líbano. También lanzaron amenazas similares a muchas organizaciones de resistencia iraquíes.

El presidente sirio, Bashar al-Assad, recibió una advertencia más singular: si permitía que se abriera un frente sirio contra Israel, él personalmente sufriría las consecuencias. Esto, mientras Israel bombardeaba los aeropuertos internacionales de Siria en Damasco y Alepo.

Retrasar la invasión terrestre de Gaza

El Frente Libanés Meridional está activo desde el 8 de octubre. Hezbolá está decidido a no permanecer al margen y ha estado lanzando frecuentes ataques contra posiciones israelíes en las zonas ocupadas de Sheba y a lo largo de la frontera entre Líbano y Palestina.

El grupo ha causado bajas al ejército israelí en respuesta a la muerte de combatientes de Hezbolá, periodistas y civiles libaneses. Junto a Hezbolá están sus aliados palestinos en el Líbano, Hamás y la Yihad Islámica Palestina (PIJ), que han estado participando en operaciones transfronterizas en las últimas semanas.

En Gaza, el ejército de ocupación continúa su destrucción sistemática de barrios civiles, causando hasta el momento más de 5.000 muertos, de los cuales una mayoría significativa (más del 60 por ciento) son mujeres y niños. A pesar de los bombardeos masivos de Israel sobre la Franja de Gaza, Hamas informa (y EEUU se lo cree) que sus capacidades militares permanecen completamente intactas.

Mientras tanto, el ejército israelí ha reunido una fuerza de aproximadamente 140.000 soldados para la por enésima vez retrasada invasión terrestre de la densamente poblada Gaza, hogar de más de dos millones de civiles.

Inicialmente, la ofensiva terrestre estaba prevista para comenzar el viernes 13 de octubre, pero se pospuso supuestamente debido a condiciones climáticas adversas Sin embargo, según el Jerusalem Post, el retraso se debe en realidad a “la creciente preocupación de que Hezbolá esté esperando el momento en que la mayoría de las fuerzas terrestres sionistas estén comprometidas en Gaza para abrir un frente completo con las FDI en el norte”.

El Eje de Resistencia regional, liderado por Irán, calcula que la ofensiva terrestre israelí es una “posibilidad real”. El Ministro de Asuntos Exteriores iraní, Hossein Amir-Abdollahian, ha emitido ahora una advertencia: si continua la agresión israelí contra Gaza la resistencia puede lanzar un ataque preventivo contra Israel “en las próximas horas”.

Desplazamiento o gobierno de facto

En una gira diplomática durante los últimos días, Abdollahian visitó Bagdad, Beirut, Damasco y Doha, con Gaza como una prioridad en su agenda. En reuniones con el secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah, y los líderes de PIJ y Hamas, el máximo diplomático de Irán advirtió que las continuas agresiones de Israel contra Gaza pueden intensificar inminentemente el conflicto. Al parecer, el Eje de la Resistencia ya ha tomado la decisión de hacer todo lo posible para proteger tanto las capacidades de la resistencia palestina como evitar otra Nakba.

«Después de la eliminación de Hamás»

En otros lugares ha surgido un complejo debate entre EEUU, Israel, Arabia Saudita, Jordania y Egipto sobre el futuro de la Franja de Gaza «después de la eliminación de Hamás». Washington tiene la intención de utilizar el bombardeo de Gaza para reestructurar la política y la sociedad palestina con una consolidación de los llamados acuerdos de Abraham.

Según fuentes diplomáticas, Biden planea aprovechar el conflicto en curso para desmantelar la resistencia en Gaza y transferir el control de la Franja de Gaza a la corrupta y obediente Autoridad Palestina (AP). Esta estrategia se considera un paso hacia la reactivación del camino de normalización saudita-israelí, impulsado por el Imperio, que cayó en picada después de los bombardeos masivos a Gaza.

Sin embargo, los actuales dirigentes del régimen de Israel se muestran reacios a reforzar la Autoridad Palestina. Más que nada, Tel Aviv quiere desplazar directamente a la población palestina de Gaza. El plan de Israel de limpieza étnica, por supuesto, enfrenta la oposición de Jordania y Egipto por razones enteramente cínicas que incluyen consecuencias económicas, de seguridad y demográficas, especialmente en Jordania, donde el reasentamiento de palestinos es un polvorín social y político.

Estos objetivos divergentes entre EEUU e Israel no tienen sus raíces en los orígenes del conflicto. A pesar de respaldar abiertamente a Israel y su exclusivo “derecho a defenderse”, Biden ha expresado su deseo de una solución y ha lanzado una advertencia contra la ocupación israelí de Gaza.

Su advertencia rechaza la reocupación israelí de Gaza una vez que se hayan cumplido los objetivos de la guerra terrestre. Curiosamente, Biden no ha emitido ninguna advertencia contra la ofensiva terrestre en sí, aunque EEUU está trabajando activamente para influir en su dirección entre bastidores. Públicamente, EEUU está involucrado en una campaña para mejorar su imagen al promocionar su apoyo a las provisiones de ayuda humanitaria que ingresarán a Gaza desde Egipto.

Implicaciones a nivel regional

Se pueden esbozar tres escenarios potenciales para la siguiente fase de esta confrontación:

En primer lugar, EEUU puede responder a las advertencias del Eje de la Resistencia y reducir su alcance o descartar por completo la operación terrestre de Israel en Gaza.

En segundo lugar, las fuerzas de ocupación pueden lanzar su invasión terrestre, con el objetivo específico de eliminar a Hamás. Esto, por supuesto, sería una empresa formidable, incluso con la participación de la flota naval estadounidense. Con más de 50.000 combatientes presentes hoy en Gaza y decenas de miles de cohetes disponibles, los israelíes encontrarían una feroz resistencia.

Es poco probable que una batalla así concluya rápidamente y podría extenderse meses, durante los cuales la resistencia intentará hacer que el costo de la guerra terrestre sea insoportable para Israel. Además, la frontera libanesa puede ofrecer oportunidades para que Hezbolá amplíe sus operaciones y potencialmente intensifique el conflicto.

Si EEUU cumple su amenaza de confrontar a Hezbolá, esto podría allanar el camino para que los aliados regionales del Eje de la Resistencia apunten a activos militares estadounidenses en países cercanos como Irak, lo que podría convertir el conflicto en una guerra regional.

En tercer lugar, Arabia Saudita, en alineación con Washington, podría proponer una «solución pacífica» que resulte en la rendición de la resistencia en Gaza, un intercambio de prisioneros israelíes por la liberación de prisioneros palestinos bajo custodia israelí y el regreso de la Autoridad Palestina y sus instituciones a la Franja de Gaza.

Según fuentes diplomáticas árabes, esta propuesta podría permitir a Israel alcanzar sus objetivos sin recurrir a una invasión terrestre. Arabia Saudita pretende reforzar su imagen como salvador del pueblo palestino y se ha comprometido a ayudar en la reconstrucción de todo lo que Israel ha destruido.

El presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, convocó a una cumbre internacional el sábado en la que participaron EEUU, Rusia, China, Turquía , la UE, los estados del Golfo Pérsico, Jordania y la Autoridad Palestina. Se repitieron los desacuerdos de la ONU: una mayoría de asistentes exigen un cese el fuego, a lo que sólo EEUU y la UE se niegan. El nivel de coordinación entre Arabia Saudita y Egipto en este asunto aún es incierto, ya que ambos países apoyan a la Autoridad Palestina y pueden estar trabajando en acuerdos paralelos para normalizar las relaciones entre los estados árabes e Israel.

En los próximos días, las discusiones diplomáticas desempeñarán un papel crucial a la hora de determinar la dirección del teatro militar. La cuestión clave que nos ocupa es si se puede disuadir al régimen de apartheid de intensificar la guerra o si EEUU brindará el apoyo necesario para una ofensiva a gran escala contra la población palestina en Gaza, sentando las bases para un conflicto regional más amplio.

En este escenario los aliados regionales de Palestina han declarado enfáticamente: “el pueblo palestino no está solo librando esta batalla existencial por la supervivencia y la liberación nacional".

The Cradle / La Haine

 

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