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Mundo :: 15/11/2007

Seis años de guerra terrorista

Tariq Ali
[Traducido del inglés para La Haine por Felisa Sastre] Hace seis años, Estados Unidos lanzó su primer ataque de la ?guerra contra el terrorismo? en Afganistán. Hoy, el país sigue siendo uno de los más pobres de la tierra, gobernado por una elite de corruptos señores de la guerra.

Tariq Ali, veterano de la lucha contra la guerra, con cuarenta años de activismo habla con Sherry Wolf(*) sobre las desastrosas consecuencias de la guerra estadounidense, y de lo que espera en el futuro.

Se ha cumplido el sexto aniversario de la guerra estadounidense contra Afganistán que mucha gente considera como la “buena” batalla en la “guerra contra el terrorismo” en oposición a la de Iraq. ¿Es cierto?

Siempre he mantenido que se trataba esencialmente de una simple guerra de revancha para responder inmediatamente a los atentados del 11 de septiembre, con el objetivo de que los dirigentes políticos dejaran claro al pueblo estadounidense que “estamos muy ocupados en defenderos”. No tenía otro objetivo principal salvo el de la venganza: el ojo por ojo.

El segundo objetivo de esta guerra, según proclamó Bush, era capturar a Osama bin Laden “vivo o muerto”. Esas fueron exactamente sus palabras que no deberíamos olvidar. Salvo eso, no había otros objetivos bélicos.

Nunca se puso en duda que iban a apoderarse del país. En primer lugar, la Alianza del Norte no iba a resistirse, ni iban a hacerlo los iraníes, que tenían mucha influencia en la zona occidental del país. Los líderes iraníes eran hostiles a los Talibán por sus propias razones oportunistas, de manera que se subieron al vagón de cola del Imperio y se dijeron.”Estupendo, nosotros no podemos echar a esos tipos pero si los estadounidenses lo hacen, contemplaremos cómo se desarrollan los acontecimientos”.

Además estaba el régimen militar pakistaní, sin el cual los Talibán nunca hubieran llegado al poder, y que ha había estado apoyándoles militar, logísticamente y de otras maneras.

Habida cuenta de que Estados Unidos iba a utilizar las bases militares pakistaníes, el régimen de Pakistán pidió unas semanas de tiempo para sacar a su personal militar de Afganistán antes de que los estadounidenses atacaran. En esas dos semanas cruciales, por supuesto, Osama bin Laden y los dirigentes de Al-Qaeda escaparon también de Afganistán. No iban a esperar.

Así que EE.UU. tomó Kabul con ayuda de la OTAN, algo que no resultó difícil ya que no encontraron resistencia alguna. Entonces se planteó la pregunta: ¿Qué iban a hacer con el país?

No podían encontrar a Osama, aunque hubo un periodo de dos semanas de histerismo mediático en torno a la “toma de las cuevas de Tora Bora” y todo ese tipo de propaganda. Lanzaron todas aquellas bombas y ¿qué sucedió? Nada. Destruyeron las cuevas, pero la presa se escapó.

Así que ¿qué iban a hacer ahora? Resulta obvio que Bin Laden abandonó el país y marchó a las regiones tribales entre Pakistán y Afganistán donde las tradiciones hospitalarias son muy fuertes y donde no iba a ser entregado.

Estados Unidos instaló entonces un gobierno títere en el país. Recordemos que Zalmay Khalizad en aquella época era el consejero jefe de Bush para Afganistán y fue quien trajo a uno de sus colegas, con el que había trabajado en la compañía petrolera Unocal, Hamid Karzai, para que fuera presidente de Afganistán. Y rápidamente, tuvimos un país.

El problema enseguida se hizo evidente para occidente, ya que el acuerdo no iba más allá de Kabul y Kandahar, las dos ciudades más importantes en el sur, y sólo durante el día. En el occidente del país, las fuerzas pro-iraníes controlaban la zona. Y el norte, lo estaba por las repúblicas ex soviéticas, todavía bajo la influencia de Moscú.

En conclusión, [se dijeron]¿qué vamos a hacer con este país? La respuesta fue: Nada.

¿Tiene Estados Unidos algún tipo de apoyo en el interior de Afganistán?

He dicho que no existe duda de que un cierto número de afganos se sintió aliviado por la expulsión de los Talibán: bastantes de ellos pensaron, bueno, al menos ahora tendremos algo de tranquilidad y puede que algo para comer. Esa misma fue la opinión de unos pocos comentaristas liberales en Pakistán.

Pero algunos discutimos con ellos diciéndoles que los Talibán podían haber sido removidos pero ¿qué iba a pasar a partir de entonces? Les advertimos de que en lo que afectaba a las infraestructuras sociales no iba a cambiar nada para la mayoría de los afganos.

Y eso es lo que ha ocurrido en estos seis años. Lo que la gente subestima es que la ocupación imperialista del liberalismo refleja las prioridades del nuevo orden capitalista, que está privatizando todo en sus propios países. Así que lo que ha sucedido es que el dinero ha afluido y ese dinero lo han aprovechado Hamid Karzai y sus compinches para establecer una elite en Afganistán.

En el centro de Kabul, en unos solares magníficos de los que se han apropiado, la elite ha construido y sigue construyendo enormes mansiones protegidas por las fuerzas de la OTAN ante la mirada del resto de la población de la ciudad y del país.

Construir una casa barata para una familia de cinco o seis personas cuesta 5.000 o 6.000 dólares pero ellos no lo han hecho. Han gastado millones de dólares en construir grandes mansiones.¡Sólo Dios sabe por qué! ya que sus propietarios necesitan vigilancia permanente de la OTAN para vivir en ellas, y serán echados de allí cuando las tropas occidentales se vayan.

Todo ello ha dado lugar a una crisis enorme, a la que se une el hecho de que los militares estadounidenses, siempre con el dedo en el gatillo, se han embarcado en el asesinato de inocentes.

Siempre que los estadounidenses oyen disparos, lanzan bombas pero alguien debería haberles dicho que Afganistán es una sociedad tribal, con una cultura en la que la gente dispara al aire para celebrar bien sea una boda bien sea un nacimiento: salen a la calle y disparan sus armas al aire. Se podría haber pensado que los estadounidenses serían más tolerantes hacia esta costumbre, dada la cultura de armas existente en Estados Unidos, pero no la aprecian en Afganistán.

En fin, que Estados Unidos comenzó a bombardear a la gente, la noticia de la celebración de una boda provocó el bombardeo estadounidense y se produjo un infierno: entre 90 y cien muertos, hombres mujeres y niños. Y estos hechos se han multiplicado

¿Cómo ha sido posible el resurgimiento del los Talibán?

Los Talibán empezaron a reagruparse, a rearmarse y a luchar, y consiguieron algunos éxitos, al mismo tiempo que empezó a haber gente contenta con su regreso, ya que sólo ellos los defendían. De forma que empezaron a considerarlos una organización protectora y les informaban de lo que estaba pasando. Muchas personas que supuestamente trabajaban con las autoridades de ocupación estadounidense y de la OTAN informaban a los Talibán hacia dónde se dirigían las tropas. Empezaron las clásicas operaciones de guerrilla, y Estados Unidos respondió con más ataques aéreos. Es decir, se ha producido un círculo vicioso.

Si se analizan los periódicos del año pasado y se hace un estudio de los informes en los que se dice que se ha matado a 60, 80, 90 Talibán, y se suman, darían un total de miles de supuestos miembros de la milicia “Talibán” muertos, cuando se supone que el conjunto de sus fuerzas es de unos 10.000.

En otras palabras, si uno se cree esos informes, ellos han acabado con tres cuartas partes de los Talibán, lo que está muy lejos de ser cierto. Pero, debido a que Estados Unidos está en una situación embarazosa por el asesinato de civiles no le queda más remedio que decir eso.

Una situación del país en la que Wali Ahmed, hermano de Hamid Karzai, es bien conocido como el mayor contrabandista de heroína y armas de la región, y se ha convertido en eso mientras su hermano gobierna el país.

Ahí está ese tipo, que regentaba felizmente un restaurante afgano en Baltimore y vendía comida cara a los estudiantes de la universidad John Hopkins, convertido ahora en el segundo mandamás del país y amasando una fortuna, digamos que “ha hecho su agosto”.

Simbólicamente, ha sido un desastre absoluto. Así que, lejos de ser una “guerra buena”, Afganistán se ha convertido en una guerra repugnante, terrible, y no existe posibilidad alguna de que EE.UU. ni las demás fuerzas occidentales puedan permanecer allí demasiado tiempo.

¿Qué potencias regionales esperan convertirse en la solución para Afganistán?

Los militares pakistaníes esperan que occidente se vaya y se constituya algún tipo de gobierno de coalición entre Karzai y algunas facciones de los Talibán.

Es algo que merece la pena tenerse en cuenta. El régimen de Karzai, sostenido por occidente, ahora mismo mientras hablamos mantiene negociaciones serias con los Talibán, de manera que éstos tras haber sido denostados como las peores fuerzas existentes en el mundo, ahora son apoyados por los occidentales, en la medida en que han establecido acuerdos con Karzai.

La primera respuesta de los Talibán a las ofertas de Karzai fue decir: “Ni siquiera negociaremos sobre ellas salvo que las tropas extranjeras se vayan del país”. A lo que Karzai contestó: “Eso es imposible”. Él cree que no es posible porque sin las fuerzas extranjeras, no duraría ni 48 horas.

En lo que afecta a los militares pakistaníes, éstos saben que será imposible para ellos alcanzar un acuerdo entre los Talibán y Karzai mientras los soldados extranjeros sigan en la región, y se imaginan que una vez que las tropas occidentales se vayan podrán apoderarse del país otra vez por medio de los Talibán y de Karzai.

Yo creo que en la actualidad hay que excluir esa posibilidad debido a que la OTAN ha montado un lío con la ocupación y porque en estos últimos seis años la autonomía regional se ha convertido en un factor fundamental en el país. Afganistán siempre ha sido una confederación de carácter tribal pero ahora incluso tiene un carácter más confederal.

Y los iraníes y los rusos no van a permitir la vuelta al poder del los Talibán apoyados por Estados Unidos. Así que los líderes militares de Pakistán pueden esperar controlar una parte de Afganistán pero no van a poder controlar todo el país.

He estado defendiendo en Pakistán y por todas partes la retirada inmediata y completa de todas las tropas principales y la convocatoria simultánea de una conferencia de paz con todas las potencias implicadas en Afganistán, es decir Pakistán, Irán, Rusia e India (la mayor de todas) para el establecimiento de un gobierno nacional que tras la retirada de los soldados occidentales proporcione un respiro al país para recuperarse y convocar elecciones a una Asamblea constituyente en el plazo de dos o tres años.

Entretanto, esas potencias regionales garantizarían que no se produjesen enfrentamientos ni guerra civil. La gente debería sentirse receptiva hacia esta solución porque Afganistán ha estado en guerra constante prácticamente desde 1979. Es terrible lo que ocurre en aquel país.

Resulta poco probable que los estadounidenses o los paquistaníes estén de acuerdo con esto en cuyo caso, a mi juicio, la situación irá de mal en peor.

En resumen, la situación en Afganistán es un embrollo absoluto. Estados Unidos no puede ganar esta guerra, y la principal razón para ello es que a los afganos no les gusta estar ocupados [por otros países]. Expulsaron a los británicos en el siglo XIX, a los rusos en el XX y ahora luchan contra EE.UU. y sus aliados de la OTAN.


* Nota de La Haine: Sherry Wolf es fundadora de Igualdad Matrimonial Ahora y miembro del consejo editorial del International Socialist Review.

"http://www.socialistworker.org:80/2007-2/650/650_03_Afghanistan.shtml">Socialist Worker, 26 de octubre de 2007

 

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