Sharon: Mucha sangre en sus manos

Los medios de Estados Unidos, o aquellos no estadounidenses, que se suscriben al proyecto sionista presentan a un Sharon desconocido; se le presenta como hombre de paz, gran estadista y figura paternal/patriarcal para el pueblo israelí. Lo más atrevido que se puede llegar a expresar es preguntarse cuál fue la razón para el cambio en Sharon. Pero, ¿de qué hablamos? ¿En qué cambió Sharon? Jamás se lee o escucha sobre lo ocurrido en Sabra y Chatila.

Ariel Sharon ha representado desde el 1948, pero por mucho, lo peor de las acciones y actitudes israelíes hacia los palestinos. Sharon ha sido uno de los más insistentes y exitosos defensores del proyecto sionista, lo que quiere decir obtener para los judíos israelíes la mayor extensión territorial posible, y no importa a qué precio. Sharon fue un verdugo para los palestinos. Fue el arquitecto de la política de poblar Cisjordania y Gaza (las áreas que se adjudicaron a los palestinos en la Partición de Palestina de 1947) con el mayor número de judíos israelíes y así quitarle tierras a los palestinos. Sharon tiene, por lo menos cientos, y quizás miles de muertos palestinos en sus manos.

Ghazi Hamed, candidato al parlamento palestino en las próximas elecciones por la organización Hamas, señaló que Sharon representa 50 años de dolor para los palestinos. "Sharon es el símbolo del peor período en la historia palestina desde 1948 hasta ahora. Fue el más implacable y cruel dirigente israelí. Su estilo era el de negociar con tanques, helicópteros Apache, asesinatos". Proyectándose hacia el futuro, Hamed indicó que "las cosas solamente pueden mejorar debido a que Sharon siempre fue un obstáculo para las negociaciones y un obstáculo para la paz".

Pero no tenemos que escuchar a un miembro de Hamas, una de las principales organizaciones de la resistencia palestina. El conocido escritor israelí David Grossman, escribiendo en el periódico británico The Guardian, en defensa de Sharon, describe a éste como "un hombre de potentes urgencias primitivas, de violencia, de combate, astucia y brillantez. Es un manipulador astuto, valiente y corrupto. Se ha movido como un enorme péndulo entre construir y destruir. Claramente ha ignorado los límites, ya sean éstos limitaciones internacionales o los límites de la ley. Y siempre lo hizo con gran determinación, en ocasiones con brutalidad, sin importarle los medios que usaba para alcanzar el fin deseado".

En la década de 1950 era oficial de la unidad elite 101. Según Grossman, "ya era conocido por su trato violento, brutal y extremista hacia los árabes, ya fuesen éstos combatientes o civiles inocentes". Añade Grossman: "Sus oficiales superiores, así como Moshe Dayan, advirtieron sobre su desprecio por la vida humana, ya fuese ésta la de sus enemigos como la de sus propios soldados".

Los medios y el gobierno en Wáshington han presentado la supuesta salida de las tropas israelíes de Gaza en el 2005 como una gran concesión por parte de éstos hacia los palestinos. No fue concesión alguna o acto noble.

En 1972, el entonces general Sharon, al comando del Frente del Sur, dirigió una violenta campaña militar con el propósito de expulsar a los palestinos de Gaza, para hacerle espacio para la construcción de asentamientos israelíes. Docenas de miles de palestinos "fueron cruel y violentamente expulsados. Sus hogares fueron destruidos y sus pozos de agua rellenados. Éste fue el comienzo de la carrera de Sharon como el arquitecto y contratista de la política israelí de asentamientos".

A través de los años, Sharon hizo uso del ejército y de cualquier presupuesto de cualquier ministerio que dirigiera para construir cada vez más asentamientos en tierras que correspondían, según la Partición, a los palestinos. Y el plan de Partición decretado por las Naciones Unidas era ya una enorme concesión a los judíos en perjuicio de los palestinos.

Sharon siempre propuso que los asentamientos estuviesen localizados en tal forma que interrumpieran la conexión entre las ciudades de mayor población árabe. El propósito es que se evitaría cualquier acomodo con los palestinos.

En su vida política, Sharon, consecuentemente, se opuso a negociación alguna con los palestinos o con los árabes. Como miembro del Knesset o parlamento israelí se opuso al tratado de paz con Egipto a finales de la década de los sesenta, se opuso virulentamente a los acuerdos de Oslo y también se opuso al tratado de paz con Jordania.

En 1982, cuando era ministro de Defensa, en el gobierno del primer ministro Menajem Begin, metió a Israel en la invasión a El Líbano. Miles, mayormente libaneses y palestinos y en menor grado militares israelíes, murieron en dicha guerra, cuya ocupación duró 16 años.

Los campamentos de refugiados palestinos en El Líbano, Sabra y Chatila fueron el escenario por lo que se recordara a Sharon en su momento de mayor crueldad. Frente a la invasión israelí contra El Líbano, los militantes palestinos guerrilleros resistieron. Mediante un acuerdo a éstos se les permitió, y éstos accedieron salir de Beirut por naves. Por dicho acuerdo internacional se establecieron garantías de protección a los campamentos de refugiados.

Como en tantas ocasiones ha ocurrido, Israel no le prestó atención a los acuerdos internacionales. Dos semanas después de que los combatientes armados palestinos salieran de Beirut, Sharon ordenó la invasión de dicha ciudad, cercó los campamentos de refugiados, ordenó a las tropas israelíes iluminar la noche con luces para facilitarle el paso y el trabajo a los grupos falangistas libaneses aliados de los israelíes, que mediante machetes, cuchillos y pistolas, noche tras noche, asesinaron a cientos o miles de palestinos.

Años después una comisión oficial investigativa israelí, la llamada Comisión Kahane, acusó a Sharon de ser responsable directo o indirecto de la masacre en Sabra y Chatila y decretó que éste no era apto para servir como ministro de Defensa.

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