Triste, solitario, ¿final?: Guaidó se quedó sin la presidencia de la Asamblea Nacional
Este domingo 5 denero, como estaba previsto, fue juramentada la nueva directiva de la Asamblea Nacional (AN) venezolana, instancia que se encuentra en desacato desde 2016, la que quedó encabezada por Luis Parra (del derechista partido Primero Justicia) como presidente del Parlamento para el nuevo período anual.
También fueron juramentados Franklyn Duarte (Partido Socialcristiano Copei) como primer vicepresidente de la AN; José Gregorio Noriega (Voluntad Popular) como segundo vicepresidente y Negal Morales (Acción Democrática) como secretario del Parlamento, todos ellos derechistas y opositores al gobierno bolivariano. Tras la juramentación, Parra convocó para el próximo martes 7 de enero a la primera sesión del órgano legislativo.
El presidente Nicolás Maduro dejó en claro que la nueva junta directiva de la Asamblea Nacional continúa siendo de derecha. «Venía sonando un cambio en la Asamblea Nacional. Una rebelión de los propios diputados de la Asamblea. Ya venía sonando que Juan Guaidó iba a ser sacado por los propios miembros opositores», recalcó.
«Hoy queremos abrirle la puerta al futuro de este Parlamento», expresó Parra desde el podio del hemiciclo, en declaraciones transmitidas por la televisora estatal. «Este año que hay elecciones de este Parlamento, estoy seguro que serán los primeros en salir a buscar sus curules y estoy seguro que tratarán de negociar puestos (…) Queremos que el CNE (Consejo Nacional Electoral) defina cómo (serán las elecciones parlamentarias). Debemos volver a la Constitución», recalcó.
Esta nueva junta directiva fue propuesta por José Brito, quien acusó a Juan Guaidó de abandonar “por completo la gestión parlamentaria” para dedicarse “a consolidar una estructura de poder personal”, a la vez que señaló que su gestión al frente del Legislativo se caracterizó por su “incompetencia, incapacidad y desmedidas ansias de poder”.
Varios diputados derechistas denunciaron a Juan Guaidó por corrupción y propusieron una nueva Junta Directiva de la Asamblea Nacional (AN) sin el parlamentario de Voluntad Popular (VP) al frente del ente legislativo, en un año marcado por la corrupción y la continuación del desacato de este órgano.
Gran parte de los parlamentarios se declararon en rebeldía contra Guaidó por haber utilizado la presidencia del parlamento como un proyecto personal para enriquecerse.
«En este 2019 que acaba de concluir, fuiste la esperanza del país, hoy eres la mayor decepción, pudiste ser el futuro, pero hoy eres y serás el pasado, fuiste un sueño convertido en pesadilla, Juan Guaidó, a partir de hoy tu tiempo terminó”, indicó el diputado de derecha José Brito.
Guaidó llegó a la sede de la AN junto con un numeroso grupo de ex-diputados, inhabilitados por corrupción y otras denuncias. Cuando quiso entrar con todo el grupo, la seguridad no permitió que los que no tienen acta válida ingresaran. Guaidó, delante de los periodistas se puso a gritar que "o entramos todos o no entra nadie". A pesar de que él sí podía entrar por la puerta, se subió a la reja del Parlamento para que le saquen la foto y decir que no lo dejaban entrar. Además que la foto fue tomada una hora después de que hubiera sido electa la nueva directiva...
Tal como indica el reglamento, ante la ausencia voluntaria de Guadó, el diputado de mayor edad presente en el hemiciclo ejerció como presidente temporal de la sesión antes de la elección de Parra, lo que el equipo de Guaidó calificó como un «golpe al parlamento» puesto que quienes lo eligieron lo hicieron «sin votos ni quórum». Otra mentira: había 150 diputados presentes,y el quorum se logra con 76. Y casi todos votaron por Parra.
Más temprano el domingo, la diputada a la AN por el Bloque de la Patria, Tania Díaz, explicó que Juan Guaidó no es el presidente del ente legislativo, sino que un coordinador, que asume dicho cargo hasta que se decida quien presidirá en 2020 el Legislativo.
«Es importante aclarar un tema jurídico. Juan Guaidó hoy no es el presidente de la AN, su período ya cesó el día de hoy, y de estar presente, que en este momento no está, sería un coordinador del debate hasta que la plenaria, que es el cuerpo colegiado que tiene la autoridad, elija una nueva junta directiva», precisó Díaz.
En la tumultuosa sesión, los diputados presentes juramentaron a Luis Parra, de Primero Justicia, como presidente de la Asamblea Nacional en un hemiciclo en el que no se encontraban sino un puñado de diputados pro-Guaidó que reclamaban airadamente. Parra declaró que pese a las diferencias “estamos obligados a acabar con la confrontación”. Condenó además que la comunidad internacional “amenace” a diputados electos por los venezolanos.
Parra indicó que iniciarán una nueva ruta para despolarizar a la AN y para que cese la confrontación entre los poderes públicos. “Este parlamento tiene que salvarse para que transitemos juntos el camino de la reconciliación por Venezuela, vamos a hacer lo correcto, más del 80% de los venezolanos quiere vivir en paz”, agregó.
Precisó que un total de 81 diputados votaron a favor de la elección de la nueva junta directiva. Francisco Torrealba, del oficialismo, explicó que Juan Guiadó no tenía los votos suficientes para ser reelecto y por esa situación se negaba a instalar la plenaria del domingo. que tenía como objetivo instalar la nueva Junta Directiva.
“Frente a esa situación, aplicamos lo que es el Reglamento de Interior y Debate que establece que el diputado de mayor edad, el profesor Héctor Agüero, instalara la sesión. Él nombró una secretaría temporal como corresponde y se procedió a la postulación y luego se votó por el diputado Luis Parra”, explicó.
La exdirectiva de la AN encabezada por Juan Guaidó denunció rápidamente a través del twitter: «Golpe al parlamento. Sin votos ni quórum diputados del Psuv intentan juramentar falsa directiva». Dicho sea de paso, en la misma no hay chavistas.
Para completar la farsa, en la noche los diputados de la derecha que no reconocieron la elección de Parra realizaron una sesión en la sede de ¡un periódico! (de derecha, por supuesto), El Nacional, donde ratificaron a Guaidó al frente del Legislativo.
Los obstáculos de la derecha venezolana
Nno están solo en el chavismo. Las fisuras de larga data que Guaidó pareció sellar con su autoproclamación se han ido reabriendo por la frustración, tanto doméstica como internacional, que ha generado su falta de resultados en este año de mandato.
Guaidó consiguió, con dinero y logística estadounidense, inmediatamente el reconocimiento de más de 50 países, a pedido u obligados por EEUU: la mayoría de los latinoamericanos y numerosos europeos; formó un equipo de "gobierno" y envió "embajadores" allí donde se le había reconocido; y volvió a situar la crisis venezolana en el foco internacional.
Pero fracasó en casi todos sus intentos: no logró que la ayuda humanitaria entrara en Venezuela; la Operación Liberación con la que pretendía derrocar a Maduro se quedó en una lastimosa tentativa y puso piedras en el camino de la cuarta negociación fallida en lo seis años transcurridos desde la muerte de Hugo Chávez.
El proceso de Oslo y Barbados, que transcurrió entre mayo y agosto, es el caballo de Troya al que los analistas culpan de la descomposición opositora. Las partes estuvieron a punto de firmar un acuerdo que contemplaba la salida de Guaidó y Maduro para dar paso a un Gobierno de transición que guiara al país a nuevas elecciones y, entretanto, resolviera las crisis económica y humanitaria.
El diálogo descarriló por las presiones estadounidenses y Maduro se centró entonces en una negociación paralela con los partidos minoritarios de la derecha que fructificó en septiembre con un acuerdo para reanudar las conversaciones. Incluía ya pactos concretos, como la liberación de presos políticos, la vuelta de los diputados chavistas a la Asamblea Nacional y la renovación del Consejo Nacional Electoral (CNE).
La contundente y repetida derrota de la estrategia insurreccional contra el Gobierno Bolivariano demuestra que la derecha venezolana no ha acumulado las suficientes fortalezas políticas, sociales y simbólicas para cambiar la correlación de fuerzas dentro del país ni para derrocar al presidente constitucional Nicolás Maduro.
Hoy la derecha, que trata de zafarse de la dependencia de las estrategias e intereses del gobierno de EEUU, se presenta más débil, desarticulada, desconcertada y con una inmensa derrota a cuestas, sin liderazgos, sin estrategia y sin mensaje. Quizá, la derrota de Guaidó por parte de sus pares de la derecha, abra un camino hacia la recomposición del país.
Los próximos pasos a esperar serán los anuncios de la "AN" presidida por Guaidó, las medidas públicas y operaciones encubiertas que tomará EEUU, y la convocatoria a las próximas elecciones legislativas que, en vista de los acontecimientos, no serán reconocidas por el gobierno norteamericano ni por la derecha.
CLAE / La Haine