Trump y la clase dominante, de Davos a DACA y Mueller
Donald Trump, el jefe ejecutivo racista, intolerante, autoritario y derechista del imperialismo estadounidense, quien es despreciado por las/os trabajadores y las masas oprimidas del mundo, estuvo operando en varios frentes la semana pasada.
Trump fue a Davos, Suiza, para asistir a una reunión de millonarios y multimillonarios. Los representantes de la clase dominante europea jugaron con su ego, halagándolo y tratándolo como un emperador.
Al mismo tiempo que se codeaba alrededor de Davos, frotando hombros con otros miembros de la clase dominante, los dos halcones inmigratorios de Trump, General John Kelly – jefe de gabinete – y Stephen Miller – asesor, estaban en Washington trabajando en su draconiana propuesta de inmigración, el punitivo proyecto de ley que ha sido denunciado por el movimiento de inmigrantes como una ley de rehenes de “supremacía blanca”.
Cuando Trump aterrizó en Davos, fue confrontado por los cargos, corroborados por numerosas fuentes de noticias, de que había intentado despedir ilegalmente al asesor especial Robert Mueller en junio pasado. Su respuesta: “Noticias falsas”.
Sin embargo, los banqueros europeos le dieron a Trump un tratamiento de realeza, siguiendo el ejemplo de los príncipes saudíes que proporcionaron un grupo de músicos para tocar para él cuando ingresó en la sala de conferencias. Fue elogiado por los financistas corporativos por sus recortes de impuestos y desregulación, que elevaron los precios de sus acciones. Corporate Europe organizó una cena para él con los jefes de las 15 principales corporaciones europeas.
Su objetivo era aplacar a Trump lo suficiente como para evitar que lanzara un ataque contra los imperialistas europeos, la Unión Europea y la OTAN, los tradicionales sacos de arena de su arrogancia chovinista e imperialista. En esto, tuvieron mucho éxito. Trump mantuvo un discurso suave de 15 minutos redactado por sus manejadores. Pero fue abucheado cuando se salió del guión y denunció a la “prensa mentirosa”.
Trump tomó crédito personal por el aumento en el mercado bursátil y los recortes de impuestos. Sin duda, los bonistas parásitos europeos estaban eufóricos. La línea clave de Trump era “Estados Unidos está abierto para los negocios”, con el objetivo de atraer a los inversores europeos a sacar provecho de las bajas tasas impositivas y las regulaciones mínimas.
El discurso de Trump en Davos es un signo de debilidad
Su discurso en Davos fue un intento de volver parcialmente al redil imperialista sin alejarse completamente de su arrogancia nacionalista, prepotente y reaccionaria. Trató de asegurar a la audiencia que “América Primero no quiere decir sola”.
No es que Trump haya tenido alguna conversión interna de su chauvinismo de gran poder. Más bien, se están iluminando aquellos en el campo de Trump que al romper la alianza entre EUA y Europa, ha debilitado todo el campo imperialista en ambos lados del Atlántico, especialmente en el lado de los EUA.
El Pentágono necesita a la OTAN, junto con el imperialismo alemán y francés, en su lucha por subordinar a Rusia y completar la conquista de Ucrania. El Pentágono y el Departamento de Estado necesitan la colaboración del imperialismo francés y británico en África, donde ambas antiguas potencias coloniales tienen profundas raíces. Y Trump necesita la cooperación del imperialismo europeo si espera socavar el tratado nuclear de Irán.
Ninguno de los dos bandos puede lidiar con la parte socialista, planificada por el estado, de la expansión económica, comercial y diplomática de China. China está progresando constantemente con su proyecto Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda para establecer una red internacional de ferrocarriles, carreteras, oleoductos y redes de servicios públicos que vinculen a China con Asia central, Asia occidental y partes de Asia meridional.
En una concesión, Trump incluso habló sobre la posibilidad de volver a comprometerse con la Alianza Trans Pacífica, una señal segura de que la fortaleza de China y la debilidad de Washington están comenzando a evidenciarse.
Y a medida en que la administración Trump se acerque cada vez más a la guerra con la República Popular Democrática de Corea, y potencialmente con China e incluso posiblemente Rusia, necesitará el respaldo o al menos la neutralidad del imperialismo europeo.
Ninguno de los campos imperialistas –EUA ni Europa – es capaz de tratar con las/os oprimidos y la clase trabajadora del mundo, sin el otro. Ninguno de los dos bandos es capaz de contener los antagonismos inter-imperialistas o evitar que estalle una guerra que pueda desestabilizar el sistema imperialista capitalista. Trump, por supuesto, puede volver rápidamente a su vieja arrogancia. Pero, por el momento, eso es lo que explica el comportamiento “moderado” de Trump en Davos.
Propuesta DACA de Trump: ley de rehenes de supremacía blanca
Antes de irse a Davos, Trump anunció que tenía una propuesta que resolvería la crisis de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por las siglas en inglés) ofreciendo un camino a la ciudadanía para 1,8 millones de Soñadores (Dreamers) y para personas elegibles para ser Soñadores pero que nunca se habían registrado. Estas/os jóvenes inmigrantes obtendrían un “camino hacia la ciudadanía” en un período de 12 años.
Sin embargo, la propuesta de Trump, llamada Dream Act, también exige $30 mil millones para su muro fronterizo. Y reduciría drásticamente la inmigración para la reunificación familiar – un componente principal de la inmigración legal – al excluir de cualquier legalización a los padres de Soñadores. También cierra el sistema que cada año permite que unas 55.000 personas de todas las regiones del mundo obtengan visas para ingresar a EUA en forma de lotería.
La propuesta de la Casa Blanca limitaría el patrocinio familiar a cónyuges e hijas/os menores. Eliminaría una serie de categorías existentes, incluidos hijas/os adultos, tanto casados como solteros; padres de ciudadanos estadounidenses adultos; y hermanas/os de ciudadanos estadounidenses adultos. Los expertos han estimado que reducir estas categorías reduciría aproximadamente el millón de tarjetas verdes entregadas cada año en un 25 a 50 por ciento.
Un documento obtenido por CNN entra en más detalles: “El marco [del proyecto de ley] podría permitir detener a personas indefinidamente mientras esperan la deportación durante meses y años, algo que se ha reducido como resultado de las preocupaciones constitucionales en los tribunales. Las propuestas también podrían ampliar enormemente las definiciones de delitos que podrían someter a un individuo a la deportación”. (26 de enero)
El movimiento por los derechos de las/os inmigrantes y las/os representantes de los Soñadores han denunciado la propuesta de Trump, negándose a poner a otras/os inmigrantes en riesgo con el fin de obtener un beneficio para ellas/os.
Greisa Martínez Rosas, directora de defensa de United We Dream y beneficiaria potencial del Dream Act, comentó: “Llamemos a esta propuesta por lo que es: una nota de rescate de la supremacía blanca. Trump y Stephen Miller mataron al DACA y crearon la crisis que enfrentan las/os jóvenes inmigrantes. Han tomado a jóvenes inmigrantes como rehenes, enfrentándonos contra nuestros propios padres, inmigrantes negros y nuestras comunidades a cambio de nuestra dignidad.
“Para la propuesta de supremacía blanca de Miller y Trump, los jóvenes inmigrantes decimos: No”. (unitedwedream.org, 25 de enero)
El destinatario de DACA, Juan Escalante, en un comunicado de America’s Voice, escribió: “No es ningún secreto que Miller, junto con el General John ‘el adulto en el salón’ Kelly, ha estado redactando algunas de las políticas de inmigración más atroces que salen de la Casa Blanca. Uno incluso podría preguntarse si Miller y Kelly, y no el presidente Donald Trump, están dirigiendo el gobierno por el lado, explotando el corto período de atención de Trump. …
“Lo que la Casa Blanca está vendiendo al pueblo estadounidense no es más que una lista de deseos que reduciría la cantidad de inmigrantes, especialmente personas de color nacidas en países que Trump considera ‘letrinas'”. (26 de enero)
Trump y Mueller: legalidad burguesa vs. lucha de masas
Dentro de la sala de reuniones de Davos, Trump fue acosado con preguntas sobre cómo trató de despedir al asesor especial Robert Mueller, que lidera una investigación criminal sobre la relación de Trump con Rusia y sus conexiones financieras con los oligarcas rusos. Trump catalogó los cargos como “noticias falsas”.
Pero según el New York Times del 26 de enero, Trump ordenó a su abogado, Don McGahn, despedir a Mueller en junio pasado. McGahn, temiendo su propia responsabilidad legal, rechazó la orden. La cantidad de testigos entrevistados llevó incluso a Fox News a confirmar la historia.
La historia ha sido objeto de interminables programas de entrevistas en la red, programas de noticias y la prensa capitalista.
El objetivo de la discusión es que el intento de despido de Mueller concuerda con los esfuerzos de Trump para lograr que el jefe del FBI James Comey no fuera duro con el asesor de seguridad nacional Michael Flynn. Cuando Comey se negó, Trump lo despidió.
Los moderados y liberales anti-Trump están analizando una y otra vez las diversas posibles violaciones legales, violaciones de procedimientos, violaciones del protocolo, etc., que Trump ha cometido.
Sin embargo, no lo combatirán políticamente por su racismo, su misoginia, su patriotería militarista, sus amenazas de guerra nuclear, su chauvinismo antiinmigrante, su apoyo a la supresión de votantes, etc. Cuando hablan de socavar “nuestra democracia”, siempre se refieren a que los rusos supuestamente interfieren con las elecciones. Pero no plantean la interferencia más seria con la democracia capitalista: la supresión de las/os votantes.
Millones de afroamericanas/os, latinas/os, nativas/os y blancas/os pobres no han podido votar debido a las leyes de identificación con foto, la redistribución de distritos para reducir el peso del voto en barrios pobres y áreas urbanas, el cierre de casillas electorales, la descalificación de personas con condenas por delitos graves, etc.
Todos los comentaristas burgueses siguen refiriéndose a la renuncia de Richard Nixon, que se enfrentó a un juicio político por el allanamiento de Watergate. Pero hasta ahora Trump no ha dado indicios de que honre la legalidad burguesa. Además, la Cámara de Representantes está muy a la derecha, y es ésta Cámara la que se encargaría de iniciar el proceso de acusación.
Estos comentaristas y la dirección del Partido Demócrata repiten una y otra vez que Rusia trató de “subvertir nuestra democracia”. Sea lo que sea que Putin hizo o dejó de hacer, la democracia en este país es una versión muy restringida de la democracia capitalista. La clase capitalista tiene acceso a todos los niveles del gobierno, las comunicaciones y los poderes del estado. Es su democracia. Los derechos democráticos que existen para las/os trabajadores y las/os oprimidos dentro de este sofocante sistema capitalista se han luchado, a menudo con sangre, por generaciones.
Las/os afroamericanos han luchado por los derechos civiles. Los sindicatos han luchado por los derechos de las/os trabajadores. Las mujeres han luchado por la igualdad. También lo ha hecho la comunidad LGBTQ, desde el levantamiento en Stonewall hasta todas las batallas que siguieron. Las/os inmigrantes han luchado contra las deportaciones, las personas con discapacidad han luchado por la accesibilidad, y así sucesivamente.
Sin embargo, no importa qué derechos hayan ganado las/os trabajadores y las/os oprimidos bajo la sociedad capitalista, estos derechos se truncan, se limitan estrechamente y se les ataca constantemente. Los patronos son los que están en una lucha constante para desechar los derechos democráticos que la clase trabajadora y las/os oprimidos han ganado.
Las/os trabajadores con conciencia de clase no deberían caer en esta falsa investigación a favor de la guerra de Rusia para obtener influencia contra Trump. Lo que necesitamos es un movimiento masivo para hacer retroceder toda la agenda derechista de Trump y desafiar a la policía, el ICE y el FBI que son opresores del pueblo.
No nos beneficiamos cuando una facción de la clase dominante elimina otra facción si las masas se quedan sentadas indolentemente.