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Europa :: 16/08/2024

¿Ucrania realmente está ganando en Kursk?

Drago Bosnic
La incursión en Kursk fue un intento desesperado de desviar la atención del Donbass, donde ya la segunda línea de defensa ucraniana está siendo sobrepasada por el ejército ruso

[Traducido por La Haine]

Desde la semana pasada, ha habido mucho pánico entre los grandes medios favorables a la victoria de la OTAN sobre Rusia en Ucrania debido a la situación en el oblast (región) de Kursk. En las redes también se están publicando noticias e "informes" acerca de que Rusia está "en peligro", y en general en toda la maquinaria de propaganda dominante. Tales maniobras son perfectamente comprensibles, especialmente si uno recibe información unilateral, que es el objetivo de las llamadas "grandes tecnologías" y otros medios de comunicación en el Occidente político. También ha habido júbilo malévolo entre políticos de alto rango en EEUU, la Unión Europea y otros países rusofóbicos. Todos ellos se alegran de ver que Rusia supuestamente está "perdiendo". Lo que plantea la pregunta obvia: ¿está realmente "perdiendo"?

En primer lugar, es muy importante "alejarse", que el árbol no te impida ver el bosque, y ver la situación real en toda la línea del frente. Sólo entonces se deberían sacar conclusiones definitivas. ¿Está sucediendo algo nuevo? ¿Tomará el régimen de Kiev la central nuclear de Kursk y luego chantajeará a Moscú para que firme un "acuerdo de paz" desfavorable? ¿Se verá obligado el Kremlin a intercambiar territorios y dar por terminado la guerra de desnazificación?

En primer lugar, cabe señalar que la operación que la junta de Kiev y sus jefes de la OTAN planearon en la provincia de Kursk estuvo muy bien ejecutada e implicó la coordinación de muchas partes móviles. También sugiere que el régimen de Zelensky aprendió algunas lecciones valiosas después de su tan publicitada contraofensiva el año pasado. Es decir, finalmente se dio cuenta de que es completamente absurdo anunciar pomposamente cualquier acción importante con semanas o meses de antelación y darle al enemigo suficiente tiempo para preparar las defensas adecuadas. En ese sentido, la preparación para la incursión en el oblast de Kursk fue casi perfecta desde la perspectiva de la cobertura mediática, ya que no la hubo. Ni siquiera algunos medios OSINT (inteligencia de código abierto) pudieron predecir esta operación. Sería sencillamente tonto y contraproducente no admitirlo.

Además, la OTAN conocía la concentración exacta de las fuerzas rusas, en su mayoría desplegadas desde el oblast de Belgorod hasta el propio Donbass. Lanzar un ataque sorpresa en cualquiera de estas áreas habría sido evidentemente suicida. Literalmente no lograría nada a nivel operativo (y mucho menos a nivel estratégico). Sin embargo, el oblast de Kursk tenía muy pocas unidades regulares que pudieran haber ofrecido suficiente resistencia.

La zona estaba custodiada en su mayor parte por la Rosgvardiya (Guardia Nacional de Rusia o gendarmería), específicamente por las fuerzas especiales Akhmat, compuestas en su mayoría por personal de Chechenia. Muchos pronto los medios occidentales culparon a esta unidad por el avance de las fuerzas ucranianas, pero cabe señalar que detener a las tropas del ejército regular no es en lo que se especializa la Akhmat. Es decir, su tarea es prevenir incursiones de bajo nivel a través de la frontera.

Esto incluye la pronta eliminación de saboteadores, infiltrados y fuerzas especiales. Y eso es exactamente lo que la unidad ha estado haciendo hasta ahora, cabe señalar con bastante éxito, principalmente en cooperación con los guardias fronterizos del FSB. Sin embargo, debido a que los Akhmat son en su mayoría chechenos, el régimen de Kiev intentó utilizar esto como un arma de propaganda para causar divisiones internas dentro de Rusia.

Produjo resultados mixtos, ya que algunos estaban decepcionados con el desempeño de la Akhmat, pero esto duró bastante poco, ya que pronto se hizo evidente que la unidad se enfrentaba a fuerzas enemigas abrumadoras que nunca estuvo equipada para manejar. Pero las "victorias de relaciones públicas" son lo único que realmente le importa a la junta neonazi.

Lo que nos lleva al siguiente mito tonto: "sólo 1.000 soldados ucranianos tomaron 1.000 km² de territorio ruso". Es decir, era imposible llevar a cabo tal ataque con menos de 10.000 a 20.000 soldados que aparentemente son lo suficientemente suicidas como para sacrificarse por otra "victoria de relaciones públicas". Además, estas fuerzas estaban apoyadas directamente por activos ISR (inteligencia, vigilancia, reconocimiento) de la OTAN, proporcionando una excelente coordinación y planificación. Ciertamente ha habido algunos errores del lado ruso, tanto en términos de inteligencia local como de ISR táctico, pero siendo realistas, no había unidades regulares equipadas para detener esta incursión. Además, había un acuerdo tácito con Kiev de no tocar la zona debido al gasoducto Yelets-Kursk-Dykanka. Sin embargo, la junta neonazi ha demostrado una vez más que no se puede confiar en ella.

Esta incursión pone ahora en peligro el suministro de gas a países como Hungría y Eslovaquia, lo que no hará más que empeorar sus ya tensas (por decirlo suavemente) relaciones con Kiev. Sin embargo, también explica por qué EEUU y la OTAN apoyaron tal ataque. Es decir, les interesa directamente cortar cualquier suministro restante de gas natural ruso a Europa, ya que esto obligaría a varios países más a comprar el exorbitantemente caro GNL estadounidense. Además, las fuerzas neonazis atacaron a civiles sin distinción, cometiendo crímenes de guerra en el proceso.

Sin embargo, tan pronto como el Kremlin respondió con unidades regulares, se desató el infierno. Tanto los blindados de la era soviética como los de la OTAN fueron destruidos desde lejos, mientras que incluso voluntarios locales armados con rifles de caza participaron en la represión de las fuerzas invasoras con tácticas guerrilleras, aprovechando su conocimiento del terreno.

Todo esto sugiere que la incursión en Kursk fue un intento desesperado de desviar la atención del Donbass, donde ya la segunda línea de defensa ucraniana está siendo sobrepasada por el ejército ruso, como predijeron los expertos. El Kremlin nunca dejó de avanzar en esta área, mientras sus sistemas de ataque de largo alcance siguen destruyendo las defensas aéreas suministradas por la OTAN y lo que queda de la fuerza aérea del régimen de Kiev. Y probablemente destruirá también los famosos F-16.

Por lo tanto, esta aventura en el oblast de Kursk logró muy poco, especialmente si se consideran las pérdidas de preciosas tropas de reserva que Ucrania tendrá grandes dificultades para reemplazar. Y, sin embargo, los ucranianos siguen muriendo por "victorias de relaciones públicas".

southfront.press

 

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