Un nuevo imperio u otra civilización para los 2020
Este hecho no solo ha irritado a la administración Trump, sino que constituye también un serio revés para el capital financiero globalista en su batalla por tener bajo su control el terreno de las tecnologías estratégicas sobre Inteligencia Artificial. No es de extrañar por lo tanto, observar que las sanciones contra China en general y Huawei en particular son avaladas por ambos partidos en el Congreso de EEUU.
Los objetivos detrás de ello, sin embargo, son muy distintos. Trump podrá creer que EE.UU. saldrá beneficiado por la guerra comercial con China y en el corto plazo podrá ser. Las fuerzas globalistas están provocando la crisis bursátil y el colapso financiero en EE.UU. Lo anuncian a través de sus grandes medios y la promueven, entre otras cosas, a través de la política de la Reserva Federal (Fed). La Fed ha pospuesto la baja de la tasa de interés solicitado con gran insistencia por la administración Trump. Sin la baja de las tasas de interés una gran recesión nos espera. Un revés para Trump en las elecciones pero una oportunidad para los globalistas de imponer al mundo un nuevo sistema monetario mundial. Los globalistas apoyan las manifestaciones en Hong Kong y buscan una revolución de color en China para desestabilizar al país y evitar que aparezca como alternativa económica.
Los globalistas han subestimado no solo a China sino sobre todo a Rusia. Las importaciones en porcentaje del PIB del país por lejos son más bajas que las de cualquier otro del G8. Rusia es el tercer país en rango con una balanza comercial positiva. Hoy en día, la economía de Rusia es la más autosuficiente y diversificada del mundo. Rusia hoy por hoy es una gran potencia en el plano agrícola, industrial, militar y geopolítica .Es el país que menos impacto recibe no solo de sancione económicas impuestas por EEUU sino sobrevivirá con creces una gran depresión al igual que lo hizo la la economía de la URSS en los años treinta del siglo pasado. Con ello Rusia con China y Oriente en general se vislumbrará en tiempos de una Gran depresión como una mejor alternativa económica que la globalista.