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Mundo :: 02/11/2004

Una Constitución Ultracapitalista para Europa

Oscar Gràcia - La Haine
No debemos quedarnos a la expectativa para ver ‘si la izquierda anticapitalista’ reacciona. La izquierda anticapitalista eres tú, somos todos y tenemos que mover el culo para hacer algo o ponernos en contacto con alguien que haga algo, hacer correr la voz, convencer, concienciar, actuar.

Sin tener mucha idea de dónde sale, quién ha participado y cuál es su contenido, ¡patapaf!, aquí tenemos una Constitución para Europa.
¡Hombre, qué bien! Primera noticia, debe ser algo complicado que uno no entiende, ya se sabe, cosas de políticos que no somos capaces de comprender los que somos sencillos trabajadores; mejor nos seguimos ocupando de nuestros quehaceres diarios y nuestras preocupaciones (muchas de ellas merecidas , otras debido a la mala suerte).

Todo, como siempre, va muy bien. La Televisión repite que los sindicatos mayoritarios de Europa están a favor, los partidos políticos también o ligeramente críticos con asuntos como la oficialidad de las lenguas de naciones sin estado.
Nada, las pequeñas divergencias de siempre. Europa, ya se sabe, es muy moderna y muy, muy buena.

Consenso oficial, críticas con la boca pequeña, gran acuerdo económico entre diferentes países, población desinformada, sindicatos mayoritarios a favor...Todo apesta a avance neoliberal, capitalismo, miseria y engaño.

Echemos una rápida ojeada: Los países se comprometen a aumentar el gasto militar, se permiten las privatizaciones de 'servicios de interés general’, se impiden huelgas coordinadas entre países, se permite el cierre patronal, al no igualar condiciones laborales y sociales se permite el chantaje y traslado de los medios de producción donde sea más fácil explotar al trabajador, los movimientos de capital son totalmente libres e iguales en todos los estados pero no los derechos sociales que si se igualarán en algo será a la baja, se legaliza el concepto de guerra preventiva, se refuerza el control policial, la represión y denegación de asilo político entre estados de la Unión, los inmigrantes pasan a ser ‘extranjeros de larga duración’, no recoge el derecho de autodeterminación, progresiva mercantilización de cultura, educación, sanidad y restos del llamado ‘estado asistencial europeo’, el único sistema permitido es la ‘libre economía de mercado competitiva’….

Un momento, a ver… paremos un segundo, pensemos…
¿Pero qué clase de mierda nos quiere hacer tragar esta gentuza?
¿Quién puede decir que esta sucia apología del capitalismo salvaje tiene una sola palabra que no sea repulsiva y provocadora hacia el ser humano y el entorno?

Las democracias nos golpean con la peor de las porras, sus medios de manipulación, y nosotros, inconscientes, aislados y desorientados, nos vemos superados por palabras y acuerdos extraños y lejanos presentados con mensajes claros y simplistas como ‘así estamos unidos, que es mejor que separados’, ‘Europa es buena, te lo prometo’ y demás estupideces que nos mantienen alelados, inactivos o , ésto tampoco les importa, pasotas.

Votemos ‘No’.
No, mejor no participemos en esta basura.

Ambas opciones no son en sí importantes, el Poder rectifica y reacciona sobre la marcha a nuestras acciones realizadas dentro de su terreno, encontrarán una solución si el famoso referéndum les da la espalda. Siempre lo hacen, hay mucho en juego.
La no participación en el referéndum tampoco es importante ya que lo que realmente hace cambiar las cosas es la acción en la calle, la coordinación entre diferentes compañeros de distintas ideologías contra un monstruo capitalista común y la concienciación con un mensaje nítido y claro del mayor número de personas posibles.

La izquierda anticapitalista debería ponerse las pilas inmediatamente ya que , a través de la excusa de una Constitución despreciable, se puede participar, engordar y fortalecer campañas en su contra que en realidad no lo son tales. Son algo más, son campañas contra el capitalismo que esa Constitución está definiendo, son campañas para abrir mentes, primeros pasos de tímida reacción no contra agresiones concretas sino contra el propio sistema fascista, neoliberal y salvaje que nos venden bajo la máscara demócrata de su poder político oficial.

Esa ‘izquierda anticapitalista’ no es ninguna organización, somos todos aquellos a quienes nos asquea el bastardo dominio que los ricos y su ideología economicista tienen sobre toda la Tierra, sobre cada pedazo de terreno o animal, sobre todos nosotros.

No debemos quedarnos a la expectativa para ver ‘si la izquierda anticapitalista’ reacciona. La izquierda anticapitalista eres tú, somos todos y tenemos que mover el culo para hacer algo o ponernos en contacto con alguien que haga algo, hacer correr la voz, convencer, concienciar, actuar.
Eso hará que , quién sabe, pasen o cambien cosas.

Mientras los poderosos se sienten confiados en su aplastante fuerza, ese es , paradójicamente, el mejor momento para dar zarpazos de fuerte resistencia porque en su confianza está su debilidad.

Bien, participar en la resistencia contra la constitución ultracapitalista para Europa es tan buen motivo como cualquier otro. Infórmate en tu ciudad, en tu barrio, en tu pueblo, seguramente alguien estará preparando algo y necesita ayuda.

Si no es así, coordínate con la plataforma contra la Europa del Capital más cercana y pregunta qué se puede hacer u organiza tu propio grupo, difunde la idea.

Venga, esta gentuza está preparando una fiesta con banquete y baile; las invitaciones están repartidas y no son de esperar sorpresas inesperadas.

Presentémonos a ver qué pasa.

 

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