¿Una nueva Colombia es posible?

La noticia estalló en todo el continente y viene cargada de esperanza. Las FARC y el gobierno colombiano han firmado un acuerdo para comenzar a hablar de la paz. Hoy, en La Habana, pudo verse un video del máximo comandante de las FARC, Timoleón Jiménez "Timochenko" (o el vasco Londoño Etxeberri), en el que con voz clara expresaba que la insurgencia va a la mesa de conversaciones "sin rencores", pero también sin renunciar a los principios fundamentales que justificaron su lucha de medio siglo. Detrás de él, como respaldando desde la historia los pasos a seguir, estaba una gigantesca foto del comandante Manuel Marulanda. Y seguramente, en el corazón del insurgente y el de cada uno de los que aún siguen peleando en selvas y montañas de Colombia, figura el recuerdo de tantas y tantos luchadores caídos por hacer del país capitalista una Nueva Colombia.

Santos, por su lado, dijo que también le gusta la paz, que "la violencia es cosa del pasado" y agradeció a Cuba y Venezuela por haberse esforzado en acercar posiciones que hasta ayer parecían irreconciliables. Una hora después de esos dichos, su ejército y su policía bombardeaban un campamento de las FARC, dejando un nuevo saldo de muertos. Por su parte el dinosaurio Uribe y la dinosauria gringa Ileana Ros, ponían el grito en el cielo y volvían a plantear lo único que saben, solución policial militar para un conflicto político y armado.

Lo cierto es que ahora vendrá la parte más complicada, ver como se compaginan antagonismos y sobre todo, qué participación tendrá la sociedad civil en ir acordando posiciones. Por lo pronto, Timochenko fue claro: "La Llave de la paz no reposa en el bolsillo del presidente y tampoco del Jefe guerrillero. El verdadero dueño es el pueblo de este país".

Mientras tanto, a sabiendas de que habrá mil palos en la rueda a la paz, habrá que estar alertas para que nadie quiera cargarse esta nueva posibilidad, como ya lo hicieron en los años de la Unión Patriótica , o luego en el Caguán.

Ojalá se dé lo que muchos quieren, y que realmente sea posible construir una Nueva Colombia, sin presos políticos, con reforma agraria, con reparto de la inmensa riqueza que atesora la burguesía colombiana, reivindicando la memoria de los que lo dieron todo por la libertad y la justicia social, insurgentes, trabajadores, estudiantes, mujeres en la resistencia, indígenas. Pueblo.