Venezuela: ¿Quién asume la presidencia el 10 de enero?

Como ya lo demostró el operativo “Juán Guaidó”, las ficciones políticas tienen un límite. La nube mediática que oscurece la realidad venezolana permite dibujar las fantasías más inquietantes, pero después hay que afrontar realidades más urgentes como gobernar un país a contrapelo de la opinión mayoritaria, de los poderes institucionales y de la decisión de las Fuerzas Armadas. La política de bloqueo y sanciones impuestas por EEUU y la Unión Europea han golpeado al pueblo venezolano y al chavismo que gobierna desde hace 25 años, pero no han contribuido a gestar una oposición prestigiada y confiable para la mayoría de la población.

El contexto político actual del país no es favorable para la derecha. Venezuela transitó durante años situaciones límites de desabastecimiento, y padeció cifras de pobreza que alcanzaron al 75%, pero desde hace dos años viene creciendo económicamente con índices por encima de los otros países de América Latina, con excepción de Guyana.Para este año, la Cepal había pronosticado un 6%, pero superará el 8%.

Ese crecimiento ha permitido, por ejemplo, que los índices de pobreza se equiparen a los de Argentina (alrededor del 50%), pero con cifras de indigencia que son la mitad de las que avergüenzan a la potencia del sur. En Caracas no se encuentran, como en Buenos Aires y otras grandes ciudades argentinas, familias viviendo en las calles.

Venezuela también ha mejorado considerablemente la seguridad. Pasó de ser uno de los países con mayor índice de criminalidad en América del Sur, a un país muy tranquilo. Con un índice de 3,49 homicidios cada 100.000 habitantes esta muy lejos de Jamaica (56), Ecuador (27), México (26), Colombia (25) y Brasil (20). Argentina, aun con 4 homicidios cada 100.000 habitantes, es un país más inseguro que Venezuela. También Venezuela ha mejorado el índice GINI, que hace referencia a la desigualdad de los ingresos. Con un índice de 0,41 es menos desigual que Argentina con 0,435, y mucho menos que Brasil que tiene 0,52.

Las opiniones políticas siguen dividiendo a la sociedad venezolana, pero la mayoría de los habitantes de ese país ya no discute por lo ocurrido en las elecciones presidenciales. Hoy su atención está ocupada por las fiestas, y muestran preocupación por lo que les pueda deparar el gobierno de Trump, que asume el 20 de enero. Con entusiasmo o a regañadientes están convencidos que habrá Maduro por otros seis años.

El desprestigio de la derecha venezolana es enorme. El último acto convocado por Maria Corina Machado en La Plaza de la Candelaria (muy publicitado por los medios occidentales) no juntó a más de trescientos personas. La amenaza de actos de sabotajes o atentados por parte de ex dirigentes que viven exiliados en Miami o España, fortalecen al gobierno que está firmemente plantado en la defensa de la paz y la tranquilidad.

La decepción por la dirigencia política de la derecha se ha extendido también a lo que queda de la burguesía local. Reiteradamente les prometieron que echarían a Maduro del gobierno y después de abordar los medios más diversos, solo consiguieron fracasos. Fedecamaras y otras organizaciones patronales, que estuvieron presentes en el intento de golpe de 2002 y que acompañaron posteriormente otros intentos fallidos, parecen resignadas a la supervivencia del chavismo en la presidencia y, en el presente, apuestan más a ganar posiciones dentro de la política económica del gobierno, que a sumarse a apuestas promovidas desde el exterior.

El plan de imponer un gobierno desde el exterior en una porción del territorio (Zulia) que se apartaría del Estado Nacional, juramentándose ante una Asamblea Nacional que hace años caducó su mandato, parece una maniobra descabellada. Pero está visto que en política internacional todo está permitido. Lo que ocurre en Medio Oriente demuestra que no importan las razones de las apuestas políticas, valen las fuerzas para imponerlas.

Hace unos meses había mucha preocupación en el oficialismo por esa posibilidad, lo que lo llevó a fortalecer controles fronterizos y a poner el foco en los desplazamiento de bandas paramilitares colombianas que transitan entre ambos países, y en la posibilidad de que mercenarios de distintos países ingresen a Venezuela. Este es el contexto en que fue detenido el cabo primero argentino Nahuel Agustín Gallo, hoy sometido a los tribunales venezolanos, acusado de espionaje y de ser parte de grupos que ingresaron al país para provocar actos de desestabilización política. La amenaza de la operacion Zulia, sigue vigente; sin embargo, a medida que transcurren los días y se acerca el momento de la proclamación presidencial, esta posibilidad aparece como más lejana.

En la remontada económica los números empiezan a parecerse a los de los años 2015-2016 cuando se empezó a profundizar la crisis hasta tocar fondo en 2021. Pero Venezuela es un país que ha cambiado. Pasó de depender de un 80% de alimentos importados a autobastecerse en un 90%. La capacidad industrial que llegó a estar en un 8%, hoy se ha recuperado hasta el 45%. El aumento de las exportaciones de petróleo en alrededor del 16%, en 2024, se ha visto acompañado por el crecimiento de otras producciones en un 6%.

El gobierno parece haber tomado nota de que la excesiva centralización de decisiones, el secretismo y manejos burocráticos de alguno de sus funcionarios, la búsqueda permanente de alianzas con empresas privadas de antecedentes dudosos, más algunas persecuciones arbitrarias de dirigentes comunales que hacían reclamos o denuncias, habían desgastado la adhesión de la base chavista. La revalorización del Ministerio de Comunas y las sucesivas convocatorias hechas a los comuneros por el presidente, ha permitido la recuperación de expectativas y se han producido avances con un sector que resulta estratégico desde la organización territorial y puede hacer un gran aporte en lo productivo.

Más allá de alianzas circunstanciales, la mayor fuerza del chavismo ha sido siempre la presencia del pueblo en la calle. Aún en los peores momentos de la crisis, nunca perdieron con la derecha en ese escenario.

El 10 de enero de 2025, el chavismo iniciará un nuevo ciclo presidencial en Venezuela. Si esto no sucede, no será por obra y gracia del pueblo venezolano, sino por obra y gracia de EEUU.

Ultima hora! Ofrecen recompensa por Edmundo González

El político venezolano asilado en España desde setiembre de 2024, ha mencionado su intención de regresar al país, aunque no ha proporcionado detalles de por donde ingresaría. La recompensa ofrecida por el Ministerio Público es de 100.000 dólares.

El ex candidato de la derecha salió del territorio venezolano, tras un acuerdo con el gobierno donde reconocía las decisiones del Tribunal Superior de Justicia. Pero ya instalado en Europa volvió a insistir con que había ganado las elecciones y que se presentaría el 10 de enero para asumir el cargo. Deshecho el acuerdo, ahora la Fiscalia lo acusa de numerosos delitos.

Edmundo no tiene fuerza propia -territorial, armada o institucional- en el país para hacerse cargo de su amenaza. Solo puede ser impuesto por una invasión extranjera. Por el momento sus declaraciones parecen parte de un show, y así han sido tomadas por buena parte de la población venezolana, donde ya empezaron a circular memes que lo ridiculizan. Parece broma, pero habrá que esperar los próximos acontecimientos.

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