Venezuela se muestra preparada ante posibles amenazas
Pudo verse el despliegue de soldados, del sistema antiaéreo, el disparo de misiles desde buques de guerra, así como una operación para establecer centros de resistencias en Caracas en una hipótesis de ataque.
Los militares se desplegaron en Venezuela. No solamente en Caracas, donde pudieron verse armamento, soldados y milicianos, sino en todo el país. Cada uno de los cinco componentes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) fue activado: la Guardia Nacional Boliviana, el Ejército Bolivariano, la Armada Bolivariana, la Aviación Militar Bolivariana, y la Milicia Bolivariana.
Se trató del ejercicio Escudo Bolivariano 2020 con la activación de 2.300.000 combatientes, anunciado por el presidente Nicolás Maduro el pasado viernes. La última operación de características similares había tenido lugar en el mes de septiembre, centrada en las zonas de fronteras, bajo el nombre de ejercicios Soberanía y Paz.
“El comando estratégico operacional de la FANB, las ocho regiones estratégicas de defensa integral, las veintiocho zonas operativas de defensa integral, las noventa y nueve áreas de defensa integral, los agrupamientos y las bases populares de defensa integral, y las unidades populares de defensa integral, están todos desplegados en el territorio nacional”, afirmó el comandante estratégico operacional, Remigio Ceballos.
Los ejercicios fueron televisados y mostraron cómo sería un despliegue militar ante un escenario de agresión. Así pudo verse el despliegue de soldados, del sistema antiaéreo, el disparo de misiles desde buques de guerra, así como una operación para establecer centros de resistencias en Caracas en una hipótesis de ataque de bombardeo y tropas.
La Milicia preocupa a la derecha
Uno de los elementos significativos dentro del Escudo Bolivariano fue la activación de la Milicia. El General en Jefe, Vladimir Padrino López, resaltó la importancia de ese componente: “la incorporación de la Milicia como componente especial de la FANB otorga un valor agregado a la defensa de la Nación (…) ellos son combatientes regulares, no son civiles armados”.
La Milicia Bolivariana ha sido objeto de diferentes ataques por parte de la derecha venezolana, quien ha oscilado entre ridiculizar a quienes forman parte de la Milicia y, por el otro lado, mostrar su preocupación por el incremento del número y formación de milicianos y milicianas.
Se trata de uno de los rasgos más distintivos del proceso político venezolano, que permite e incentiva la participación de la población en el proceso de defensa de la Nación bajo el artículo 130 de la Constitución. La Milicia integra en su mayoría a hombres y mujeres de los sectores populares, barriadas, zonas rurales, trabajadores, identificados con el chavismo y la necesidad de prepararse ante las amenazas actuales.
Esas amenazas están en un momento determinante en Venezuela luego de la gira que EEUU le creó a medida a Juan Guaidó, con las escenas centrales de su presencia en el discurso del estado de la unión, así como la reunión en la Casa Blanca con el presidente Trump.
No se trata únicamente de fotografías: un sector de la derecha venezolana pide de manera abierta que sean ejecutadas acciones de fuerza contra el gobierno venezolano. El trabajo de esa ala opositora es lograr esa operación a través del lobby que vienen realizando en EEUU donde un sector del partido republicano y del Estado profundo trabaja sobre esa línea.
En ese marco el Escudo Bolivariano 2020 fue una acción de demostración de fuerzas, de apresto militar, y de disuasión tanto hacia EEUU como hacia países vecinos, en particular Colombia y Brasil, con los cuales han existido escenarios de fuerte tensión.
No se trata de la única acción de defensa desarrollada por el gobierno, en particular dentro de las hipótesis de conflicto, donde la de una acción militar regular parece la menos probable. El cuadro de posibilidades sugiere que las operaciones posibles se centran en maniobras vía paramilitares, mercenarios, con intentos de disparos quirúrgicos -como asesinatos o extracciones- o atentados que busquen conmociones sociales.
El ejercicio fue también una nueva reafirmación del mando de Nicolás Maduro y de la ficción de la presidencia de Juan Guaidó que, luego de su regreso, no ha dado anuncios concretos.