Principal España | País Vasco | Internacional Pensamiento autónomo Antimúsica |
Argentina: Apuntes sobre las bandas de rock barriales (III)
La música -al fin y al cabo- se revela como factor de fuerte integración generacional, una suerte de "esperanto cultural" con que los jóvenes se reconocen desde el gesto. En primera instancia se identifican sensorialmente con sus acordes musicales. El valor de las letras aparece siempre después. En el universo del rock, el nexo más profundo es de carácter vibracional, energético. Lo corporal resulta fundamental a la hora de construir esta identidad. Eso se verifica notablemente en el rock de los 80 y los 90s, por ejemplo en el pogo, que es una suerte de disputa colectiva por el espacio principal de un recital; o en el mosh, que consiste en arrojarse sobre la masa en la convicción de que uno va a ser recogido por sus pares, y va a ser trasladado de brazo en brazo como si volara, cumplimentando uno de los más caros sueños humanos.
En cuanto al tema del sexo, si bien suele darse la paradoja de que muchas veces los jóvenes son más conservadores que sus mayores, en el mundillo del rock parece ejercerse con mayor libertad. El ritual que se vive en los conciertos de este tipo suele estar sobresignificado de sensualidad, desde la exposición del cuerpo sudado a las insinuaciones de su habitual contoneo. En el rock barrial, el lugar de la mujer esta más cerca de la platea que del escenario. Funciona mas frecuentemente como admiradora o novia del ídolo que disputándole mano a mano su espacio. A la cultura del preservativo -cada vez más instalada desde el advenimiento del HIV- aún le falta pagar derecho de piso entre los varones de este sector, por lo que se suelen multiplicar los casos de madres solteras de corta edad.
No es frecuente que un rockero encuentre ejemplos dignos de imitación fuera de su universo de referencia. A este respecto conviene analizar la figura del "iniciador" y la del "referente" (2): Si el referente es Diego Maradona, el iniciador será el director técnico del potrero del barrio, que está en un campo de acción compartido. Así se encuentran bandas que dan sus primeros pasos siguiendo a otras consagradas y dignas de su admiración. Tal el caso de la "Mancha de Rolando" con "La Renga", compartiendo el estilo y hasta -a veces- el escenario. Hay referencias que se tornan espinosas, como ha ocurrido repetidamente con Charly Garcia, de quien nadie duda que se trata de un Beethoven del rock local, dueño de un oído absoluto, capaz de discriminar en qué nota se produce un portazo. Con honrosas excepciones, los medios de comunicación masiva de un país perverso han hecho caso omiso de su inmolación en escena, exaltando la misma como un rasgo de excéntrica genialidad. Y esto contribuye a crear confusión en una franja generacional en la que el tema del exceso suele terminar remitiendo a la muerte. No es casual que muchos jóvenes no cuestionen explícitamente el desenlace buscado por Kurt Cobain, y a veces jueguen a la ruleta rusa con su suerte, como provocando a los adultos para averiguar hasta dónde les preocupa que tienten al destino. La gran mayoría de los padres de los pibes hoy volcados al rock son sobrevivientes escarmentados de un pasado reciente cargado de expectativas de cambio.
Lo más frecuente es que ignoren lo que ocurre en la habitación de al lado. Si sobreviene un caso de adicción, lo más probable será que se lo encare apelando a restricciones. Si es un lugar común que estos pibes se resistan contra el ejercicio de la autoridad familiar, operará como un agravante la aparición en escena de otro tipo de institución pretendidamente correctiva. Sicoanálisis o granja de rehabilitación adquieren, por igual, carácter de policía. Ni qué decir la publicidad oficial televisiva. El cantante de una de estas bandas -entrevistado para nuestro film sobre el tema- llegó a expresar -a propósito de la campaña de prevención protagonizada por los personajes animados "Rulo y Malena"- "Miroli quiere que dejemos de alucinar y él habla con dibujitos..." Nada más rechazado por los jóvenes en cuestión que la posibilidad de una adaptación social compulsiva como la que denunciara oportunamente Sui Generis cantando "Aprendí a ser formal y cortés / cortándome el pelo una vez por mes...".
Pero lejos y por encima del conflicto familiar esta la cuestión del mercado: En una década de individuación y cuentapropismo, de introspección y pérdida de la responsabilidad social, en fin, de quebranto de la projimidad, el sistema insta a los jóvenes a buscar paraísos perdidos en la cárcel de su interior, operando así un alicaimiento de potencialidades que otras generaciones fueron capaces de canalizar terapéuticamente cuestionando las estructuras de la injusticia, y no volcándose hacia la autodestrucción. Quienes convocan a las fuerzas armadas de los países periféricos a coaligarse con la DEA en la lucha contra el narcotráfico -o, más recientemente, el narcoterrorismo- generalmente practican el lema de ³a Dios orando y con el mazo dando², ya que mientras tanto hacen rentables sus economías paralelas multiplicando plantaciones ilegales, aeropuertos clandestinos y políticos permisivos.
Ser "estón"
La chala es el crucifijo
y el Che Guevara un apóstol.
Omar Roa
(guitarrista rítmico de Sudestada Suburbana)
Kolectivo
La Haine
|