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Argentina: Murió un fan en el concierto de los Redonditos
de Ricota
Por Pablo Plotkin
Desde Córdoba. Página 12
Jorge Felipi, un redondito santafesino de 31 años, falleció
antes de comenzar el show, al caer desde una tribuna alta del estadio Olímpico.
El recital, sin embargo, se concretó y resultó una fiesta de rocanrol
para 40.000 personas.
La fiesta no fue completa. Patricio Rey y los Redonditos de Ricota cumplieron
con la parte que les corresponde (está claro que una buen porcentaje
del espectáculo viene de la gente que los sigue con devoción),
luciendo como una banda poderosa y ajustada frente a una multitud de 40.000
personas que desbordaron la capacidad del Estadio Olímpico. Sin embargo,
la insensatez volvió a aparecer: Jorge Felipi (31 años, oriundo
de Gral. López, provincia de Santa Fe) cayó de la parte alta de
la platea hacia el estacionamiento del estadio y dio de pleno con su cabeza
contra el cemento, según voceros de la policía provincial. En
principio, se había dicho que el accidente había ocurrido en el
foso perimetral que separa las tribunas del campo de fútbol, pero esa
versión fue luego desmentida por las mismas fuentes. El accidentado comenzó
a ser atendido en el lugar, pero luego lo trasladaron al Hospital de Urgencia
de la ciudad en estado gravísimo, con traumatismos craneoencefálico,
facial y pélvico. Hubo otros dos fans heridos; con fracturas y contracturas
varias, permanecían internadas pero sin mayores riesgos para sus vidas.
Finalmente, Felipi murió pasadas las 18.20, mientras era intervenido.
El joven sufrió tres paros cardíacos y fue reanimado, pero
al cuarto falleció, señaló uno de los médicos
a cargo de la guardia, quien agregó que desde un primer momento estuvo
inconsciente.
El
gravísimo incidente se produjo antes de comenzar el show, que dio comienzo
casi puntualmente. Diez minutos después de las 19, cuando la tarde gris
daba paso a una noche húmeda, la banda saltó a escena para recibir
una de las más estremecedoras ovaciones que haya recibido en más
de 25 años de carrera. Tocaron Unos pocos peligros sensatos
y el estadio estalló. Después de los recitales en el Estadio de
River, el año pasado, éste fue el más convocante en la
historia de los Redondos. Vendidas las 35.000 entradas disponibles, a 22 y 25
pesos, unos 5000 fans ricoteros pudieron ingresar gratuitamente por decisión
de la organización y con el visto bueno de la policía local. El
show duró casi dos horas y media, la banda repasó íntegramente
su último disco Momo Sampler y regaló también varias de
más inspiradas canciones de su historia: El pibe de los astilleros,
Vamos las bandas, Mi perro dinamita, Queso ruso,
la infaltable Juguetes perdidos y toda su parafernalia de
banderas y bengalas, Preso en mi ciudad y Noticias de
ayer. Así el recital se balanceó entre la oscuridad propia
del último disco y la fiebre rockera que inevitablemente provocan los
mencionados (e infalibles) caballitos de batalla de Gulp!, Oktubre, las primeras
grabaciones. En ningún momento del set, el cantante Carlos El Indio
Solari hizo mención de la muerte de Jorge Felipi. Parco y distante, apenas
agradeció a un médico que lo había atendido y posibilitado
subir al escenario y luego se enervó cuando le arrojaron algún
objeto. Esto no es un show de Los Violadores, dejate de romper las bolas
que me vas a embocar... ¿Por qué no me venís a tirar cosas
al camerino? lanzó y la multitud rugió de placer.
Los 2000 efectivos dispuestos para el gigantesco operativo, que triplicó
la dimensión de un partido entre Talleres y Belgrano o la visita de Boca
y River, formaron un cordón alrededor del estadio y luego ordenaron el
ingreso de quienes no habían adquirido una entrada. Casi toda la tardenoche
transcurrió con bastante tranquilidad, sin grandes focos de tensión
aunque con aislados incidentes: la Policía disparó balas de goma
al aire para dispersar a un nutrido grupo de fanáticos que se pelearon
cuando pugnaban por ingresar al estadio, en el sector sur de la platea. Durante
el día hubo detenidos en el camping y en el centro de la ciudad.
Kolectivo
La Haine
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