Principal España | País Vasco | Internacional Pensamiento autónomo Antimúsica |
1992. Alec Empire sostiene sobre sus espaldas el trofeo a artista electrónico
más respetado de Berlín, pese a que en cierto momento decidió
dar un brusco giro a su carrera y sumergirse en una nueva forma de terrorismo
ideológico-musical junto a Hanin Elias y Carl Crack, conformando el malsano
embrión de Atari Teenage Riot. Por el sencillo hecho de romper con lo
establecido, pensarían unos; por desmarcarse de la escena electrónica
en pleno despegue, apuntaban los de más allá. Quizás todos
se equivocaban y si Empire se brindaba a los desvaríos del hardcore digital,
al margen de su historial en solitario, era por unos motivos que pocos -muy
pocos diría- artistas de techno son capaces siquiera de sugerir. Política
amigos. El mismo motor que movió al punk, el mismo que, de un modo u
otro, mueve a sus compañeros de artículo (ADF: "Su punto
de visto político es muy distinto al nuestro, pero me gustan y por eso
grabamos un split single". Audio Active: "Su trabajo es realmente
interesante y es capaz de mantener algunas de las mejores cosas de los artistas
de On-U-Sound") y exactamente el mismo que le llevó a registrar
"If the Kids are United" de Sham 69, para dejar clara su vocación
reivindicativa, y a fundar -tras pasar por Polygram- Digital Hardcore Recordings,
una discográfica del todo indispensable.
"A la hora de poner en marcha a Atari Teenage Riot o de edificar los
cimientos de DHR, nos movió la situación política de Europa
en general y principalmente nuestro interés por luchar contra el capitalismo.
Fue eso lo que nos llevó a organizarnos, a poner todo esto en marcha
para atacar a las estructuras más sólidas de la sociedad y del
sistema establecido. Siempre hemos pensado que nos gustaría destruirlas
y ese es nuestro principal objetivo, aunque creo que, por ahora, podemos contentarnos
con atacarlas con toda nuestra fuerza, con nuestra música y nuestros
textos".
Unos motivos,un soporte y un mensaje. Eso es todo lo que necesitan los miembros de ATR para hacer frente al mundo, a la injusticia, a la opresión del sistema.Quizás pierdan la guerra, pero, día a día, siguen ganando batallas -como la de Festimad o la de la noche siguiente en Barcelona- y tejiendo una tela de araña que atrapa, que contagia de esa energía salvaje, de esa necesidad vital por luchar contra lo institucional, sea una multinacional, la intolerancia de los intelectuales de la música electrónica o ese intolerante sector de aficionados que jamás entenderán su mensaje. "Nuestra música transporta energía y también ciertas ideas políticas en sí misma, pero creo que aunque la gente no acabe de entender las letras puede entender perfectamente nuestra forma especial de luchar contra el sistema, así que no entenderé jamás a quien se quede en la superficie, porque la energía de nuestra música consigue que cualquiera que pueda escucharnos se cuestione la validez de la música que se encuentra en los charts o el sentido que tiene la música pop actual". Y ahí incido, en el valor de ATR y DHR como entidades musicales con proyección de futuro. Porque Empire, por mucho que se empeñe, sigue siendo músico y no diputado, terrorista sonoro y no paramilitar. Por eso le comento lo impresionantes que me parecen "The Future of War" y esa compilación llamada "Burn, Berlín, Burn"-lo mejor del anterior y del primer larga duración de ATR, "DeleteYourself", álbum que lamentablemente no tengo en mi poder-, así como de "The Destroyer", el más desquiciado de sus trabajos en solitario. Puro salvajismo gabber. "El caso es que"The Future of War" fue un disco que se creó y se grabó a toda velocidad, pero pudimos incluir todos los sonidos que quisimos. Lo que habíamos grabado antes era bueno, el típico sonido de Atari pero empezaba a resultar demasiado obvio. Sabías de dónde salían los beats, de dónde sampleábamos las guitarras, mientras que "The Future of War" es mucho más compacto y definible como hardcore digital que todo lo que hayamos podido hacer antes, aunque no creo que ninguno de nuestros temas sea realmente gabber".
En parte estamos de acuerdo, pero quizás solamente se trate de una simple
cuestión de etiquetas. Las etiquetas que pueden diferenciar el gabber
de Lenny Dee o Technohead de los arrebatos electrónicos de Ultraviolence,
Delta 9 o ATR. "No veo esa conexión, perotienes razón
en el hecho de que la prensa la considera una música estúpida....
ese es el motivo principal de que me guste tanto (risas). La diferencia es que
la escena gabber... bueno, no tiene una historia que contar o un sentido político
y esa es la diferencia con ATR".
Bien, pero uno sigue pensando que, en cierta manera, la carga política
de estos germanos sigue interpretándose sólo como una anécdota,
uno de esos botes a la deriva a los que los periodistas podemos asirnos con
fuerza cuando nos faltan palabras para definir una música tan indefinible
en el fondo como la de ATR, EC80R ("son la segunda generacióndel
hardcore digital del planeta y su intención política es interesante,
pero su acercamiento a la música es distinto al nuestro") o Shizuo
("es una persona con dos cerebros, un chico que trabaja con un montón
de bandas a la vez"), todos ellos artistas de DHR. Aunque Empire también
sabe valorar los méritos de los artistas ajenos y, cuando lo hace, conoce
todas las artimañas posibles paraconseguir que lleguen a trabajar con
él. De ahí que -con ATR o sin ellos- vaya a colaborar con Jay
Mascis en un proyecto llamado Zeit, haya remezclado a Audio Active y Technoanimal,
grabado con los segundos ("me gusta su música y su forma de trabajar.
Acabamos de trabajaren un proyecto conjunto llamado The Curse of The Golden
Empire y es muy posible que vea la luz con Digital Hardcore") e incluso
participado en la banda sonora de "Spawn" junto a los metálicos
Slayer ("Slayer querían hacer el tema con nosotros y nosotros
con ellos.Quedamos en Los Angeles y fue muy bueno, porque ellos conocían
losdiscos de Atari"). Están locos estos germanos.
Joan S. Luna - Mondo Sonoro, junio´98
Kolectivo
La Haine
|