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La cúpula del Sindicato Argentino de Bateristas da la cara: Piqueteros del ritmo
Asunto de Estado: Desde la penumbra y el fuera de foco, el gremio virtual de los parches y los platillos viene creciendo en todo el territorio nacional. Adoradores de Keith Moon, Ringo Starr y Bonzo Bonham, trabajadores con plena conciencia de clase, he aquí la primera aparición pública de la guerrilla virtual que amenaza con derrocar el liderazgo histórico de cantantes y guitarristas.
Están hartos de años y años de maltrato y falta de reconocimiento.
Tienen un sindicato desde hace tiempo, pero recién ahora decidieron sacarlo
a la luz, con propuestas para mejorar su calidad de vida y medidas de acción
directa para lograrlo. La estructura gremial es un tanto anárquica y
las reuniones son telepáticas, pero si algo no les falta son bombos para
hacer marchas de protesta. Los piqueteros del rock, señoras y señores,
son los bateristas.
Para un baterista, no hay nada mejor que otro baterista, se emociona
Ray Fajardo, de El Otro Yo, líder nato y político verborrágico
del Sindicato. En la mesa de un bar, se paran para aplaudirlo Panza (Babasónicos),
Pablo Potenzoni (ex Todos Tus Muertos, actual cantante y guitarrista de X.X.)
y Ezequiel Dasso (Santos Inocentes). Otros miembros ilustres del gremio de los
palillos y los parches son Leo De Cecco (Attaque 77), Martín Carrizo
(ex A.N.I.M.A.L. y Cerati), Paco (ex Massacre), Mafia (Kapanga) y Ale (Cabezones).
El número de integrantes crece día a día, porque los bateros
aprovechan sus giras para adoctrinar a sus colegas. Y la mayoría
pide al toque la solicitud de afiliación virtual, afirma Fajardo.
La
idea del Sindicato, en realidad, no vino de los propios bateristas. En
cualquier recital, cuando nos juntábamos dos o tres bateros, los demás
músicos se asustaban y decían: Uh, vino el sindicato, qué
peligro, recuerda Panza. Tal vez les llamaba la atención
porque entre los otros músicos no hay una conexión directa, una
simplicidad para relacionarse, como entre los bateros. Dasso tiene una
teoría al respecto: Quizás el baterista tiene mucho más
definido su ego y lo usa para otras cosas, y por eso tiene la virtud de poder
compartir. Y Potenzoni asegura que un baterista puede acercarse a otro
después de un show y decirle qué le gustó y qué
no. ¿Te imaginás un cantante que le diga a otro: Che,
cómo desafinaste...? Se cagan a piñas ahí mismo...
Los miembros del Sindicato plantean la necesidad de tener página web
propia, conformar una obra social que cubra los gastos médicos de ampollas
y callos en las manos, y que provea asistencia psicológica durante las
24 horas. Y también contar con asesoramiento legal. Pasa que los
bateristas somos como las ovejas negras para Sadaic, se queja Fajardo.
Nada de lo que tocamos puede registrarse como derecho de autor. Cuando
componés una canción sólo se registra la melodía
de voz y la armonía, pero la mayoría de las canciones que fueron
muy importantes tienen ritmos únicos.
La bronca crece y no sería muy raro que en algún tiempo los miembros
del Sindicato hicieran una gran jaula en Plaza de Mayo, soldando los corralitos
de batería, o que cortaran el acceso a Sadaic con sus bombos. Panza,
más radical, propone crear otro organismo: la Sociedad de Compositores
de Ritmo. Igual, Sadaic contempla la armonía, o sea que está
contemplando el ritmo. El tema es que lo valoren los músicos con los
que uno toca, tranquiliza Dasso. Y Fajardo se entusiasma con un paro general
de bateristas, que haría que ninguna banda pudiera tocar. Imaginemos
que Panza se queda sin platos y Babasónicos no le quiere comprar; paramos
todos y que Adrián (Dárgelos) se arregle con Ciro (Pertusi, de
Attaque) y Cristian (Aldana, de El Otro Yo). Y también hay palos
para la prensa: ¡Basta de salir fuera de foco en las fotos!,
se quejan.
Hay rumores de la existencia de un sindicato disidente, revela
Potenzoni. No se sabe quiénes son, porque siempre usan capuchas.
Fajardo tiene más precisiones: Nosotros tenemos bustos de Ringo
Starr, de Bonzo Bonham, de Keith Moon. Los disidentes parece que responden a
la escuela de Pete Best (el batero que abandonó a los Beatles). O sea,
losers. Son los que van con el serrucho a hacerse los buena onda con los cantantes
y a esperar a que te levantes de la banqueta para chorearte el puesto.
El batero de El Otro Yo también recuerda atentados contra el gremio.
En los 80, con el tema de las máquinas, intentaron sacarnos
del paso, pero no pudieron. Hoy escuchás esas bandas y te das cuenta
de lo ridículas que suenan, mientras que los que están en lo más
avanzado en cuanto al uso de tecnología, como Beck, samplean a Ringo.
Además, toda la tecnología está destinada a ayudar a los
demás músicos: el autotune ayuda a afinar a los cantantes, en
un rack tenés cuarenta equipos de guitarra, compresores... Hoy en día,
el baterista es el músico más sincero. Segunda tanda de
aplausos. Es que el baterista es el motor de la banda, aunque estén
todos mirando al cantante. Joe Strummer (cantante y guitarrista de The Clash)
tiró una ley que dice: Una banda es tan buena como su baterista.
Cuando lo escuché, me pintó una lágrima, confiesa
Potenzoni.
Pero, ¿qué sucede cuando el baterista deja los parches y pasa al frente, a cantar o a tocar la guitarra? Jamás es una traición, se apura en aclarar Potenzoni, como forma de autodefensa. Pero después reconoce que en el Sindicato hubo una discusión jodida al respecto. Este gremio tiene que ir amoldándose a las nuevas exigencias de los bateristas, concede Fajardo. En eso puede estar Dave Grohl (batero de Nirvana, cantante de Foo Fighters) como referente... No nombremos a Phil Collins, porque sería como hablar de Manzano. Phil Collins transó con el sistema.
PANZA (1)
Lado B Experimento mucho con los sonidos e intento tocar otros instrumentos.
Desde hace un año empecé a hacer cosas solo, pero siempre terminan
en Babasónicos o con Carca.
Start Un día fui a un asado familiar y en el lugar había una
batería. Me senté a tocar y dije: Esto es para mí.
Al principio fui a dos profesores, pero me aburrí mucho. Lo mejor para
aprender es tocar con otra gente y escuchar mucha música.
¡Solo de batería! Estoy a favor... a veces. Un par de veces hice solos, pero forzado por mis compañeros (risas).
EZEQUIEL DASSO (2)
Lado B Podría decirse que hago cosas paralelas a Santos, aunque sean
sólo ideas. Son completamente diferentes, pero por ahora no me interesa
mostrarlas.
Start Llegué a la batería después de pasar por el piano
y la guitarra. Estudié una carrera terciaria de batería en un
instituto que representa al Musicians Institute.
¡Solo de batería! Diría que ni, pero me inclino más por el no. El solo no me parece significativo en lo artístico, aunque puede serlo en cuanto a crear un clima, a subir o bajar un show.
PABLO POTENZONI (3)
Lado B En X.X. canto y toco la guitarra (el grupo ya tiene listo su debut, No
es lo que ves), pero nunca abandoné la batería. Es imposible dejarla.
Start A los 9 años cantaba y tocaba la guitarra, recién a los
14 me pasé a los palos. Estudié en un conservatorio y después
tomé clases particulares con un baterista profesional. Pero creo que
también se aprende muchísimo escuchando a otros músicos.
¡Solo de batería! Estoy en contra, me parece espantoso. Aunque hay cosas buenas: depende de lo que emane del baterista. En general, el solo no me divierte y siempre me parece algo impuesto.
RAY FAJARDO (4)
Lado B Tengo listo mi disco solista, Hobby, con doce canciones acústicas.
También saqué un librito de poemas, El mar alado. Me gustaría
escribir un relato largo, pero como no sé, comienzo y a las diez páginas
me pierdo.
Start Desde chiquito le daba a los baldes en el fondo de casa. Mi vieja me
quería anestesiar y me mandó a piano y guitarra, pero no me interesaban.
Un chabón intentó darme clases: me explicó lo básico
para poder leer una partitura y me pasó la de un tema de The Police,
pero yo lo saqué de oído y simulé que leía. El se
dio cuenta, se cagó de risa y nos hicimos amigos.
¡Solo de batería! Lo estuve pensando: vuelve el solo. Antes, cuando se nos rompían los equipos, contaba chistes o hacía un solo. Y ahora lo extraño a full, así que va a volver por más que los equipos funcionen.
NO
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