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La Mala Rodríguez: Buen hip hop y rebeldía absorbida por el mercado
Sala: Apolo (Barcelona). Fecha: 25-1-01.
La furgoneta de TVE, aparcada en la puerta, obligaba a revisar que el concierto no estaba patrocinado por Los 40. Confirmado esto, sólo había una respuesta: el mercado mainstream piensa aceptar a esta rebelde.
En el terreno musical a La Mala ya no hay quién la pare. Ante una turba
ansiosa y vociferante, la sevillana dejó atrás pasados titubeos
en el Sónar y no se amilanó ni un tanto en su saludo al público:
Hola amigos... ¿porque seréis amigos, no?, ¿no habréis
venido buscando palos?. Y por su actitud, inequívocamente punk,
uno cree que no habría tenido reparos en partirle la cara al respetable.
Brutal poderío escénico.
Nunca el apellido Rodríguez había contenido tanto groove como
cuando Jotamayúzcula (partenaire de lujo -ibérico-) lo coreaba.
La Mala desató sin reparos su vena más folclórica al cante,
en una acertada decisión que mejoró con creces la apuesta de un
álbum ya de por sí acreedor de inmejorables críticas. ¡Por
fin tiene sentido la etiqueta hip hop español! Ante un público
de lo más variopinto, que unía a b-boys, rastas, rockers, clubbers
y góticos, ofreció, sin duda, el concierto de su consagración
en Barcelona. Con un sonido excelente, la actuación se solventó
en una hora, pero tampoco podía pedirse más cuando el disco no
pasa de los tres cuartos. Ni falta que hacía. Con una sola canción
(la excepcional Yo Marco El Minuto, por poner un ejemplo), La Mala
se cepilló todo el concierto que Flavor Flav ofreció recientemente
en la misma plaza. ¿Qué pasará cuando en mayo se enfrente
-junto a 7N 7C- a la formación completa de Public Enemy?
Carlos G. Vela - MondoSonoro
Kolectivo
La Haine
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