Manu Chao: Callejeros y piratas

x Miguel Amorós - Mondosonoro nº 90, Noviembre 2002

Poco que decir de Manu Chao que no se haya dicho. Aunque quizá ese sea su problema. Muchos son los que hablan por él haciéndole defensor de causas que ni siquiera conoce. Manu tiene el verbo fácil y más si quiere aprovechar los medios de comunicación para aclarar puntos oscuros y, aunque acaba de editar su último disco con Virgin, el directo desde París “Radio Bemba Sound System” y está a punto de sacar al mercado un DVD recogiendo esa actuación junto con algunas filmaciones más, el punto central de nuestra conversación no tuvo nada que ver con eso. Tres temas sobre la mesa La Colifata, el problema de los músicos en Barcelona y el pirateo. Todo tuyo Manu.

La Colifata. La Colifata es un disco pirata, sin cabeza y quiero aclarar que yo no soy su patrocinador. En todo caso lo patrocino de corazón. Son los chavales de la calle los que lo han hecho y, como intervino la peña del barrio, yo soy uno más. El disco es un fanzine y la idea básica es transmitir la denuncia de la situación de los músicos de la calle. Actualmente con tanta policía es cada vez más difícil ganarse el dinero para comerse un plato de garbanzos. Los únicos que pueden venderlo son ellos y así se pueden sacar un beneficio. Lo compran a dos euros y lo venden al precio que les parece. Según cuentan, ha sido una buena ayuda. Que yo sepa se editaron mil copias primero, pero la verdad es que se encargan ellos y no tengo ni idea, creo que van por mil quinientas. Hoy en día cualquier chaval tiene en casa su pequeño PC y puede hacer sus mezclas, el problema es la distribución. La Colifata ayuda a solucionar ese problema ya que sino el material se estanca en casa. Y esto no sólo le pasa a ellos, lo que yo tengo editado es un veinte por ciento de lo que yo he grabado en casa. De hecho se está pensando en una segunda parte, aunque mi consejo para los chavales es que en esto hay que ir “a paso de vaca”. La verdad es que me gusta el resultado final y aunque sean grupos tan diferentes y haya ese contraste musical que te lleva de unas rumbas al rock duro el resultado tiene fuerza. Hay que explicar que La Colifata es en realidad un programa de radio realizado por los pacientes internos del Hospital Neuro-psiquiátrico Borda de Buenos Aires, y por eso el disco esta salpicado con esas frases de los internos que increíblemente son muy lucidas y fascinantes.

Barcelona. Está muy bonito eso de vender la Barcelona mestiza por todos lados y, luego, a los chavales de la calle, que son los verdaderos mestizos, los tienen a palo seco. Y se entiende el problema del vecindario, se entiende que si cada noche se monta una fiesta en la misma plaza haya quejas, pero el parque de la Ciudadela era una solución ideal. Allí los músicos no molestaban a nadie, era un lugar donde los vecinos venían a pasear con los hijos. Aquello era un verdadero intercambio cultural y algo positivo para todos que incrementaba el interés de la ciudad. Que haya un problema en Plaza Real por problemas de vecinos y que el Ayuntamiento lo regule, vale, pero lo del parque fue una pasada. La policía acordonó el parque e hizo un control exhaustivo sobre todo de los emigrantes sin papeles y luego hasta expulsaron a algunos del país. Eso fue muy fuerte. El Ayuntamiento siempre me dice que estoy criticándoles, pero lo hago como ciudadano de Barcelona que soy y no lo hago por hacer, sino porque me parece que no están actuando bien. Yo seré el primero que si hacen algo bien les voy a aplaudir, pero si no va bien, mi rol es decirlo. Hubo unas criticas del Ayuntamiento que decían, que como podía hablar mal de Barcelona cuando me habían pagado para actuar en la Merçe. ¿Qué pretenden, comprar mi silencio? Eso no me va a callar la boca.

Pirateo. Desde muchos medios de comunicación se me ha convertido en el representante del pirateo. Sinceramente no he leído todo lo que ha salido, pero sé que hay una tertulia sobre la piratería en la cual estoy involucrado, sin pretenderlo, donde no he tenido oportunidad de decir nada. Yo nunca he dicho que estuviera a favor de la piratería, sino que no me molesta que me pirateen, que es muy diferente. Me parece casi obsceno que músicos como yo, que nos estamos ganando bien la vida con la música, nos quejemos de la piratería. Estoy en pro en algunas maneras y en contra en otras. Lo explico. El primer problema de la piratería es que el noventa por ciento lo maneja una mafia, y en eso estoy en contra. Es muy simpático que compres un disco a un senegalés en la calle, pero estás comprando un disco a un esclavo de un mafioso peor que el de una compañía de discos. Vale, contra eso hay que luchar. Yo defiendo el pirateo de barrio y pienso que, en cada barrio, debería haber nuestro colega que vive de eso y que quema discos de los que le gustan y que puedes ir a verlo, como cuando vamos a comprar el pan o el periódico, pero es el chaval del barrio, no una mafia. Otro tema son las multinacionales y sus problemas con la piratería, eso me da totalmente igual, es su negocio, que pongan los precios más baratos y seguro que se reduce. Están acojonados y es porque saben que están en las ultimas, son como dinosaurios. Les quedan diez años para explotar el negocio, vale, pero se acabo. Además, no me creo para nada eso de la crisis, por ahora solo están tocados en sus beneficios. El segundo problema es que lo es para los pequeños, porque si a una independiente le piratean dos mil discos, ya puedes cerrar la puerta y aquí hay que inventar. Yo tengo alguna idea que me gustaría desarrollar, pero sería algo así como una ley ética entre músicos y público, olvidándose de las discográficas. Sé que es muy utópica, pero sería algo así como que el público se comprometiera a comprar los discos por la vía oficial hasta que no se vendieran una cantidad a estipular, no sé... por ejemplo cincuenta mil, a partir de esa cantidad que el músico ya ha hecho su negocio, en las siguientes ediciones el CD llevaría escrito la palabra “pirateable”. Como puedes estar en contra de la piratería al precio que van los discos. Y no me vale esa respuesta que dan que si un cubata en un bar vale la mitad de un CD. ¿Qué cojones le importa a las multinacionales como se gastan el dinero los chavales? Si yo tuviera quince años y veinte euros en el bolsillo, sería tonto si fuera a la Fnac a comprarme un disco y medio de lo que me gusta, cuando te lo puedes bajar por Internet. Yo haría lo mismo.

 
         
   
 

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