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La música y la nueva discriminación:
el rock desde el lugar de los vencidos
x Claudio Vergara - Primera Línea (Chile)
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La discriminación política de
los ochenta y la clasista de las décadas anteriores fueron reemplazadas
por el dominio de los sellos multinacionales y el marketing. Los nuevos
talentos se ven segregados por los apitutados de siempre y los artistas
desechables repercuten en los medios gracias al dinero que corre por los
estudios de radio y TV.
Mucho tiempo ha pasado desde que el gimnasio Manuel Plaza era asechado por
un zorrillo que arrasaba con todos los que coreaban a Tumulto o que la antigua
Radio Concierto se negaba a tocar a Los Prisioneros por considerarlos antivalóricos
(en respuesta, González escribió "Independencia Cultural").
Pinochet se esfumó, pero el rock contestatario e independiente, siguió
siendo apartado por un sistema complaciente que se nutría de otros
prejuicios para segregar a tribus como los thrashers, los punks o los hipoperos.
Los sellos multinacionales amoldaron productos desechables para ofrecerles
a los medios, que reproducían ese sonido narcotizante hasta uniformar
los gustos y las tendencias (sólo basta recordar que las bandas
más referenciales de los 90, La Ley y Los Tres, tuvieron una postura
tan ambigua como el sistema que reflejaron).
Y las tendencias sociales apuntaban a desplazar a todo lo que no se enmarcara
dentro de lo aceptado por los poderes antes descritos. El círculo
ya estaba cerrado.
La discriminación siguió en muchas formas. Nació
una larga lista de sellos independientes que agruparon a los más
variados estilos. Los mismos que, asimilando una supuesta amplitud de
criterio con la que ahora jugaban los medios, golpearon puertas en todas
partes, pero la respuesta siempre fue una excusa. Los sellos "grandes"
ya pisotearon esa posibilidad.
Así por lo menos lo señala Cristián Cáceres,
dueño del sello de punk, hardcore y otros derivados, "Brutal
Records", quien cuenta que "nunca nos hemos desesperado por
salir en la Rock & Pop o en MTV, pero las pocas veces que lo hemos
hecho, se justifican diciendo que no les llevas los discos, cuando ya
he desperdiciado unas 60 placas entre radio y TV". Agrega que la
escasez de recursos (jamás de ideas) con la que se enfrentan a
las multinacionales es el principal punto donde se genera discriminación.
"Ni siquiera nos rechazan por la música. Imagínate
que un grupo punk ruidoso como Machuca era tocado miles de veces al día
por la Rock & Pop y nosotros les presentamos a Pegotes y no lo pasaron
jamás, sólo porque Machuca era de EMI y eran mucho más
famosos. ¡Hasta lo decían al aire cuando la gente pedía
a Pegotes!", concluye.
Discriminación por dentro
Fiskales Ad Hoc es un grupo que sabe de desprecios. Plato fuerte del
movimiento underground de fines de los ´80, junto a Pinochet Boys
y Los Zapatilla Rota, siempre mascaron el gusto de la discriminación.
"En esa época ni siquiera se nos pasaba por la mente grabar
o formar un grupo debido al peligro que significaba", comenta Rolly,
su histórico bajista, quién también maneja una teoría
acerca del tema. "Está clarísimo que los sellos ponen
billete para difundir sus cosas, creando un sistema sucio y viciado donde
la radio le impone al vox populi y no al revés. Hay orejas domesticadas".
Las emisoras comunales, universitarias y ciertas publicaciones especializadas
son el único nicho donde estos movimientos pueden difundirse, "en
el sustento absoluto de una contracultura que se mueve, que responde y
se aleja de la pasividad que caracteriza al país", comenta
Dante Jiménez, guitarrista del grupo de neo folklore, Caminos,
mientras la Rabona Funk realiza su campaña publicitaria estampando
su nombre con pintura y spray en todas las murallas de Santiago.
Ojo que Cáceres también hace hincapié en otra clase
de segregación: entre los propios músicos. "En el tributo
que el año pasado se hizo a Violeta Parra, es inconcebible que
no haya estado gente que toda la vida hizo temas de ella. Álvaro
Henríquez prefirió a sus amigos y a gente súper famosa
para poder vender ese producto".
Rolly agrega que cuando un grupo chileno de dilatada trayectoria está
en un sello grande y llega una banda de menor reconocimiento, "el
grupo mayor generalmente exige regalías y se muestra disconforme
cuando la otra banda recibe más promoción, más público.
Se anulan las posibilidades de que, por ejemplo, hagan tocatas juntos
y te lo digo porque lo he visto".
9 de Abril de 2002
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