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Próxima estación: Génova
Manu Chao, a Génova
El cantante francés Manu Chao aseguró el pasado 22 de junio que acudirá a Génova (norte) con motivo de la próxima cumbre del G-8 (20 al 22 de julio próximos) para protestar «mediante la música» contra de la globalización y la pobreza en el mundo.
El artista afirmó que no es «ni violento ni pacifista» y que acudirá a la cita genovesa como «un ciudadano más» para pedir a los «poderosos de la tierra» un reparto más justo de la riqueza.
El concierto del cantante en la capital lombarda ante más de 100.000 personas reunidas en la Plaza del Duomo, se convirtió la noche del pasado jueves en un acto solidario con los grupos contra la globalización, con un llamamiento desde el escenario a acudir a la cita de Génova.
«Próxima estación: Génova», aseguró un portavoz del Foro social de Génova, un movimiento que reúne a varios cientos de grupos opuestos a la cumbre del G-8, en referencia al último disco lanzado por Chao «Próxima estación: Esperanza».
La UE coordinará la represión contra los anti-globalización
La UE convocará una reunión especial de ministros de Interior
en julio para reforzar y coordinar sus estrategias contra las protestas en las
cumbres. La convocatoria ha sido solicitada por Alemania y respaldada por Suecia,
país que los pasados 15 y 16 de junio reprimió con inusitada violencia
incluso con fuego real las protestas organizadas contra el actual
modelo de Unión.
La reunión especial de ministros de la UE debería celebrarse en
Bruselas el próximo 13 de julio y estar precedida de un encuentro de
responsables de las policías de los Quince.
Pese a que ese Consejo especial aún no ha sido convocado oficialmente, los titulares de Exteriores de la UE analizarán ese asunto en su reunión formal del próximo lunes en Luxemburgo, donde harán un seguimiento de los resultados de la cumbre de Goteborg. Al cierre de esa cumbre, el presidente en ejercicio de la Unión Europea y primer ministro sueco, Goran Persson, anunció que las sucesivas presidencias colaborarán para desarrollar una estrategia eficaz frente a las protestas.
En Goteborg, Persson y el presidente francés, Jacques Chirac, que presidió la UE en el segundo semestre del 2000, acordaron «cooperar estrechamente» con la próxima presidencia, que asumirá Bélgica el próximo 1 de julio. Persson informó entonces de la creación de un «grupo de trabajo» para evaluar lo ocurrido y precisó que la cooperación se va a hacer a través de los ministros de Asuntos Exteriores, de Interior y fuerzas de la Policía.
En cualquier iniciativa al respecto deben estar incluidas las presidencias venideras de la Unión, según el Estado español, que ejercerá la presidencia de turno de la UE en el primer semestre del 2002 y está más interesado que nadie en desarrollar la Europa judicial y policial, la gran obsesión de José María Aznar en política comunitaria. Madrid, de hecho, ya ha anunciado su intención de cerrar las fronteras (suspendiendo, por lo tanto, la aplicación del Convenio de Schengen) con motivo de los dos consejos europeos que celebrará en marzo y en junio.
El Gobierno de Berlín anunció tras la cumbre de Goteborg que se propone dar el mismo tratamiento a los manifestantes anti-globalización que a los hinchas de fútbol violentos y prohibirles la salida del país.
El ministro alemán del Interior, Otto Schily, ha sido el que ha impulsado la celebración de una conferencia de titulares de Interior de la UE para coordinar mejor las estrategias estatales de seguridad. Entre las propuestas de Berlín se incluye la aplicación para estos colectivos de jóvenes de las medidas introducidas en Alemania para neutralizar a los hooligans que pretenden desplazarse al extranjero siguiendo a su equipo.
Por su parte, el Gobierno belga anunció esta semana que extremará los controles fronterizos y recurrirá a las expulsiones para evitar que los manifestantes anti globalización logren repetir las protestas ocurridos en la cumbre de Gotemburgo.
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