EUSKADI.- Ana Urchueguía, alcaldesa de Lasarte, fue agredida, acosada e insultada el pasado 23 de junio cuando acudió al frontón Atano III de San Sebastián para asistir a la final manomanística interpueblos disputada por el equipo de su municipio. El frontón, el primer espacio simbólico y deportivo de los vascos, se convirtió así en un escenario del rechazo popular a la alcaldesa del PSOE y la política represiva y de abandono a la inconstitucional situación de los presos vascos que ella representa. Este tipo de reacciones populares no son en absoluto nuevas en Euskal Herria. [ver el artículo "La derecha política en Lasarte: Libre legalmente, encarcelada socialmente", publicado en La Haine el 1 de julio] En una entrevista realizada por el periodista del diario El País Jose Luis Barbería y publicada ayer 14 de julio, la alcaldesa relata cómo sucedieron los hechos en el frontón Atano III de San Sebastián. Según sus propias palabras, lo que pasó en el frontón de San Sebastián supuso una "sensación de estruendo y rechazo general a lo que represento". "De todas formas, los que llevamos muchos años en los ayuntamientos ya nos hemos acostumbrado, relativamente, claro, a soportar situaciones difíciles. Los militantes socialistas [del PSOE] encontramos esa presión en los ayuntamientos, en la calle, en las fábricas, en las asociaciones, en muchos sitios". Urchueguía señaló que "toda esa gente desataba un odio increíble contra mí. No fui consciente de lo que se preparaba porque me dejé contagiar por el ambiente festivo que reinaba en el frontón antes de que entrara yo. Estaba todo lleno de carteles con los presos de ETA, pero como no era competencia mía y ese tipo de decoración es bastante habitual, no me preocupé demasiado. Fui bastante ingenua. Ni siquiera me di cuenta de que en la mesa que presidía había una pancarta que me llamaba fascista. Me enteré al día siguiente. Imagínese lo que debieron divertirse. Yo allí, detrás de la pancarta, convertida en objeto de mofa y escarnio". El periodista preguntó, "El frontón estaba lleno. ¿Cuánta gente pudo participar en la agresión?", a lo que la alcaldesa respondió: "No lo sé, no sé si eran 1.500, 1.000 o 200. Lo único que sé es que yo lo viví como una reacción general. En cuanto pisé la cancha, se produjo un estruendo enorme, veía a la gente como a una jauría que me gritaba mientras golpeaba los asientos y el suelo haciendo un ruido ensordecedor. El frontón se venía abajo y empezaron a tirarme cosas. Yo me coloqué detrás de la mesa y entonces me dio de lleno un rodillo de papel que me dobló en dos y me quitó el aire. Cuando me levanté, me golpeó un trozo de hielo en la mano y otro en las cervicales. La gente estaba gritando: '¡Asesina, asesina!', y vi que algunas charangas marcaban el tono para unir mejor los gritos". El periodista de El País le preguntó por los años 80, cuando Urchueguía fue concejal en Hernani. "Había plenos interminables con quinientas personas del público. Una vez vinieron con palos gritándonos: 'ETA, mátalos'. Estuviera o no en el poder, el PSE-PSOE era entonces el único engarce con el Estado que existía en Euskadi, y nos caía de todo, que si Felipe González había dicho, que si Giscard d'Estaing había hecho, que si las extradiciones, que si los GAL...". Resulta curioso lo que el periodista llegó a preguntar: "¿Le decepciona comprobar que sus votos sólo se hacen visibles el día de las elecciones?". |