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El control de la memoria
Que también pudiera haberse titulado “El derecho al pasado”.
Un nuevo y desmitificador artículo de Bilbo Bolsón, de su
serie “El resurgir del franquismo (IV)”
Bilbo Bolsón. El afán totalitario es otra de las principales
características del fascismo, hasta el punto de que a los fascistas no
les basta con intentar controlar el presente y el futuro de los demás,
sino que quieren controlar también su pasado. Esto se explica muy facilmente
ya que la conquista de otros pueblos y naciones no sería completa sin
robarles, junto a su libertad, su propio pasado. Ya que esta es la única
manera de que los sometidos dejen de existir como sujetos diferenciados.
El Señor Oscuro lo primero que hizo para aniquilar a los elfos fue secuestrar a sus principales bardos. Los mató comenzando por los más viejos. Cada vez que acababa con uno sabía que una parte importante de la Historia y la identidad de aquel pueblo desaparecía para siempre. Controlando su memoria, los destruiría eternamente, en el presente, en el pasado y en el futuro. Hasta tal punto fue eficaz esta labor que hoy en día muchos dudais de la propia existencia de los elfos.
El Estado franquista nunca reconoció la existencia de la nación vasca, con su propia identidad y derechos. Mucho menos pudo reconocer la existencia de una Historia vasca. Y como tantas otras cosas, impuso su Historia, española, imperial y rancia, que aún hoy en día, en pleno resurgir del franquismo, quiere volver a imponerse, con el aval de Academias e historiadores oficiales, Universidades y catedráticos nacionales.
Estos ilustres profesionales del pasado oficial, al resurgir hoy el franquismo, nos vuelven a contar los cuentos que contaban los maestros franquistas, los mismos mitos de la Historia fascista de España que hoy nos vuelven a presentar como las grandes y únicas Verdades del Pasado. Regresan Covadonga y Don Pelayo, inventor de la Reconquista, o plan para reconquistar España en ochocientos años. Ya están aquí Indibil y Mandonio, el Capitán Trueno, la Armada "invencible", Guzmán el Bueno y el coronel Moscardó, antes españoles que padres. Vuelven Favila, Alfonso I y su disfraz de oso, Manolete, los últimos de Filipinas, el españolísimo Colón y el "descubrimiento" de América: afortunados indios salvajes, ya ha llegado quién se ocupe de vosotros y os enseñe "La Verdad", a los que no seais exterminados. "Fuisteis bien encomendados, con un garrote en la frente".
Regresa la verbena de la Paloma y la virgen del Pilar que no quería ser francesa, sino capitana de la tropa aragonesa, y Fernando "el Católico", que "tanto montaba" y batió todos los records, llegando a ser rey y regente a la vez. Retornan Pizarro y el trece en raya, el Duque de Alba, el castellano, "idioma superior", el día de la Raza/Hispanidad, el autogiro de La Cierva, Sagunto y Numancia, Sisebuto, Santiago Matamoros y la Pepa, ¡que viva!. Vuelven Curro Jiménez, "Marcelino pan y vino", Cascorro y Agustina de Aragón. Paso al Cid campeador, más pluralista no se puede ser, "los barcos sin honra o la honra sin barcos", y el brazo incorrupto de Santa Teresa, que el general Franco llevó siempre consigo desde que accedió al cargo de dictador. Por volver, vuelve hasta Viriato, que nació en Portugal y fue vindicado cuando la corona portuguesa pertenecía a la dinastía de los Austrias, sin que los bien recompensados historiadores españoles cayeran nunca en la cuenta de lo poco español que resulta este héroe después de que Portugal recuperara su independencia.
La historia franquista organiza el pasado español con los únicos que ejercieron como mayores de edad en él, reyes, regentes y dictadores. Y así esta historia no se cuenta por siglos, sino por aquellos de quienes un vasco como Lope de Aguirre dijera, en su carta a Felipe II "Por cierto tengo que van pocos reyes al infierno porque sois pocos, que si muchos fuerdes ninguno pudiera yr al cielo, porque creo que allí seriades peores que Luzbel, según teneis el anbición, sed y hambre de hartaros de sangre humana." Dándose el irónico caso de que muchos de estos elementos ni siquiera eran castellanos, teniendo como lengua nativa otros idiomas como el francés o el alemán.
Un buen ejemplo de estos mitos y personajes de la Historia de España que ahora resurge es Carlos de Habsburgo, V de Alemania, que nunca fue I de España, uno de los mejores exponentes del absolutismo y del desprecio a la voluntad de los pueblos. El quinto centenario de su nacimiento en Gante fue celebrado el año pasado en España con un entusiasmo digno de mejores causas (si celebraron el genocidio cometido en América, uno ya no se asusta por nada). El caso es que el tal Carlos nunca reconoció otra patria que Borgoña ni tuvo otros intereses que los relativos a sus ambiciones personales. Pero estas realidades nunca van a estropear los fastos de un quinto centenario a la corte de historiadores oficiales dedicados a rentabilizar las grandes cantidades de dinero dedicadas a compensarles por el esfuerzo intelectual que les supone convertir a este sujeto en un paladín del nacionalismo español.
Todo el pasado al servicio del Estado y del nacionalismo español expansivo. Por eso se presenta a España como algo siempre existente, en la Prehistoria, ¡desde Atapuerca... y más allá!, en la Historia Antigua, en la Medieval, todos los habitantes de la Península Ibérica eran españoles. El norte de África, el sur de lo que hoy es la República francesa, que en tiempos de Roma, con los visigodos o incluso más tarde estuvieron vinculados a la Península, se eliminan porque ahora no interesa. Y dentro de ella, no se menciona como españoles a los judíos ni a los musulmanes. Sí a los romanos, a los griegos, fenicios y cartagineses, porque su cultura es asumible. Fuera también Al-Andalus, Portugal, los suevos, los aztecas, los quechuas o los vascos. Es la "España eterna", aunque se inventara en el siglo XIX. Tantos paniaguados riéndose de los "inventos" vascos o catalanes y ninguno de ellos ocupándose del mayor "invento" de todos: España. Camisa blanca, ejemplo de democracia y pluralismo. Y a Isabel "la Católica" tan solo la expulsión de los judíos le ha impedido ser Santa.
Vascos, no dejeis que otros controlen vuestro pasado, aunque se digan científicos irreprochables, sean galardonados y vetustos académicos, premiados y renombrados catedráticos o laureados y reconocidos historiadores hispanos. Pensad que siempre que se ha conquistado un país el primer objetivo no militar han sido sus Archivos.
Vascos, recordad cuando cazabais ballenas, o bisontes, o palomas. Evocad los tiempos en que adorabais al sol, reverenciabais a Mari o conociais a Jesucristo. Conmemorad vuestras batallas en Arrigorriaga, Matxitxako o Artxanda. No olvidad que fuisteis los primeros en rodear el Mundo, o los últimos en hablar un idioma de origen preneolítico en Europa. Que vuestros oidos no pierdan el eco de txistus o irrintzis, de txalapartas o campanas, de aullidos de lobos o sirenas de barcos y fábricas. No dejeis que nadie os robe o controle vuestra Historia. Teneis derecho a realizar vuestra propia interpretación del pasado de vuestros mayores. Con vuestros mitos, con vuestros héroes, con vuestros hitos. Que ningún Estado, Academia o Universidad os arrebate jamás este derecho. El derecho de poder dialogar con los que os precedieron, con vuestros padres, con vuestros muertos. Y de explicar vuestras vidas a los que os sucedan, a vuestros hijos, a vuestros nietos... No olvideis nunca vuestro dicho:
"Izan zirelako, gara, eta garelako izango dira" "Porque han sido, somos, y porque somos serán". Esa es vuestra Historia.
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