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EH convoca a una huelga general el 10 de abril para "construir un muro de hierro antifascista y socialista"
EH anunció ayer (sábado10), ante un Velódromo de Anoeta repleto de miles de abertzales, la convocatoria de una huelga general el próximo 10 de abril como respuesta a los ataques de los estados e impulso a la construcción nacional. «Ha llegado el momento de levantar todos los puños a la vez ante los fascistas españoles», proclamó Arnaldo Otegi al final de un acto marcado por la denuncia de las agresiones y la apuesta por la estrategia soberanista.
«Tenemos que utilizar diferentes herramientas, tenemos que responder a los ataques y, a la vez, construir. Si frente a los ataques al euskara se han levantado miles de puños euskaldunes y frente a los ataques a la juventud miles de puños jóvenes, ahora ha llegado el momento de levantar todos los puños a la vez ante los fascistas españoles. Por eso, el 10 de abril vamos a construir un muro de hierro antifascista y socialista». Con estas palabras dio a conocer el portavoz de EH, Arnaldo Otegi, la convocatoria de huelga general. Su mensaje lo escucharon miles de abertzales que llenaron ayer tarde el Velódromo de Anoeta donostiarra.
Este anuncio, recibido con aplausos, fue explicado por Otegi con referencias muy gráficas. «La izquierda abertzale no sólo hace una protesta, sino que al mismo tiempo pone sobre la mesa la propuesta de solución. El 10 de abril vamos a tener un puño en alto para hacer frente a los fascistas y una mano abierta para construir este país», reflejó.
Anteriormente, el portavoz de la formación abertzale, que cerró el turno de intervenciones, había recalcado la necesidad de plantar cara a los ataques dirigidos desde Madrid y París. «Vienen en un tren, vienen los lobos fascistas españoles, y PNV y EA nos dicen que miremos para otro lado. Pues no, señores. Ya hace tiempo que aprendimos a hacerles frente. Nosotros vamos a cambiar las agujas y los vamos a mandar hacia Despeñaperros», señaló en una alusión muy festejada por los asistentes al acto.
Al mismo tiempo, Otegi situó la convocatoria para el martes 10 de abril como una demostración de dignidad colectiva. En este punto, hizo referencia al lehendakari, Juan José Ibarretxe, al que indicó que «nosotros sí tenemos nivel para estar a la altura de las circunstancias históricas y para liderar país; no nos mostramos arrogantes ante los hermanos del pueblo y sumisos y vasallos ante quienes nos oprimen», recalcó. Su mensaje fue cerrado con una cita de Simón Bolívar: «Vamos a construir el frente de la dignidad, un frente donde no están ni PNV ni EA».
Adelantándose a posibles críticas, Arnaldo Otegi remarcó que la convocatoria de huelga general «no es un capricho, de ninguna manera». Reveló que «hemos hablado con diferentes sectores y estamos de acuerdo todos en que hay que responder», y terminó su alocución animando a convertir la cita del 10 de abril en un gran éxito: «Hoy hemos levantado aquí 12.000 ó 15.000 puños; el 10 de abril tenemos que levantar cientos de miles de puños».
«No vamos a caer en trampas»
Antes de anunciar la huelga general, Arnaldo Otegi había realizado una lectura de la situación política actual en la que hizo sobresalir tres victorias de la izquierda abertzale: la constatación de que Estatuto y Amejo- ramiento «están muertos, cuando nacieron para acabar con nosotros»; la puesta de manifiesto de que «Euskal Herria sólo puede vivir si es un Estado, y que tampoco hay posibilidad de defender nuestro proyecto político si no somos un Estado»; y la confirmación, al fin, de que «por nuestro trabajo y nuestra lucha los estados se están teniendo que quitar todas sus caretas. Aquí no hay ni democracia ni división de poderes ni nada, sólo franquismo y neofranquismo».
Junto a estos avances, sin embargo, Otegi apreció también algunos riesgos. «Ellos tienen dos trampas; una, desviarnos de la construcción nacional; otra, y en ésta les ayudan PNV y EA, limitarnos a la defensa de lo poco que tenemos en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Nosotros no vamos a caer en esa trampa. Queremos todos los derechos para todos los vascos», añadió.
Las palabras de Otegi fueron el colofón para un acto en el que los mensajes circularon en esa doble dirección, combinando la denuncia de los ataques de los estados español y francés y las referencias a la necesidad de avanzar en la construcción nacional y el proceso soberanista como fórmula de respuesta.
Idigoras: «No desperdiciar fuerzas»
La resistencia y el mensaje en positivo se fusionaron, a modo de ejemplo, en la intervención de Jon Idigoras, que esta vez no pudo acudir al Velódromo y debió hacerse presente a través de la pantalla. El histórico dirigente abertzale destacó de entrada que «Franco no consiguió hacer desaparecer a este pueblo, y menos lo van a lograr los nuevos fascistas del PP y el PSOE». Frente a ello, propuso avanzar en la construcción nacional, trabajo en el que destacó el liderazgo de la izquierda abertzale al tiempo que dejaba claro que «nadie sobra». «Sin embargo, no podemos desperdiciar fuerzas en procesos que están agotados. Hay que elegir, sin trampas, entre el autonomismo y la soberanía», estimó.
Antes que Otegi había intervenido Jone Goirizelaia, que destacó en su discurso que «tenemos proyecto, tenemos fuerza y tenemos ilusión». Por este motivo, emplazó a los abertzales a «salir a la calle sin miedo y explicarle a la gente qué queremos, y decirle además que lo conseguiremos. Nuestra fuerza está en nosotros, no en los medios de comunicación, y debemos usarla».
Los claroscuros también se hicieron presentes en las intervenciones de la historiadora Alicia Stürtze y la portavoz estudiantil Joana Etxebarria, que repasaron la situación en el ámbito cultural y educativo. Para Stürtze, los estados quieren imponer su «integrismo lingüístico», y frente a ello el PNV presenta una oferta resumible en la fórmula «o yo o las tinieblas, sin ofrecer nada, cuando le ha abierto las puertas al gran nacionalismo». Etxebarria, en el mismo sentido, criticó los mensajes defensivos del Gobierno de Lakua y reclamó una ofensiva por un sistema educativo y un curriculum vascos.
El acto político concluyó tras dos horas en las que se sucedieron intervenciones, vídeos y actuaciones que caldearon el termómetro del Velódromo en varios momentos. Su inicio se demoró media hora debido a los atascos en los accesos.
«Vamos bien, vamos ganando»
Por encima de la crudeza de acontecimientos bien recientes, las intervenciones políticas que salpicaron el acto tuvieron como denominado común el optimismo por la trayectoria de la izquierda abertzale. Joxe Mari Olarra fue uno de los más expresivos al remarcar que «vamos mejor que nunca. Sí que hay nubes, sí que hay momentos muy duros, pero ya hemos puesto el tren en los raíles y ahora hay que darle velocidad».
El mahaikide, en su habitual tono enérgico, añadió que el pacto PP-PSOE es el mejor exponente de esta constatación, lo que le llevó a concluir que «ellos han entendido nuestra estrategia casi mejor que nosotros».
Arnaldo Otegi también coincidió con este diagnóstico, y elegió para ejemplificarlo «la confraofensiva que han desatado en todos los ámbitos. Lo hacen desde la debilidad política. Están perdiendo, estamos ganando».
Jean Claude Agerre, representante de las plataformas pro-presos en Ipar Euskal Herria, fue otro de los intervinientes, y recalcó que por encima de su difícil historia, «Euskal Herria se ha levantado, ha tomado la decisión de andar».
El ejemplo más concluyente lo expuso Jone Goirizelaia. Reveló el episodio de los jóvenes de Haika cantando consignas a coro en los calabozos de la Audiencia Nacional y se preguntó «cómo piensan acabar con la juventud vasca».
Gara (11.02.01.)
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