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El día en que terminó la tregua
Documento de Askapena (Grupo Internacionalista del País Vasco)
Euskal Herria, 4 de Diciembre de 2000
Se acaba de cumplir un año desde que ETA anunciara el final de la tregua. Año muy duro que ha dejado bastante secretos al descubierto. Si el Gobierno español hubiera aceptado un "Stormont vasco" hoy las armas seguirían calladas. Pero Aznar no es Blair. No sólo no buscó vías de solución sino que hizo todo lo posible para que el proceso de distensión iniciado fracasara. Hoy sabemos que su enemigo principal no es ETA sino las reivindicaciones nacionales y soberanista de nuestro pueblo.
También el nacionalismo moderado tiene una grave responsabilidad en lo que está ocurriendo. No buscaban la independencia de su pueblo sino la rendición y el desarme de ETA. Hoy sabemos que el acuerdo alcanzado tuvo una aceptación muy desigual en el seno del nacionalismo moderado. Los sectores más conservadores del mismo aceptaron el acuerdo con ETA de forma resignada pensando que era el precio que tenían que pagar para acabar con la organización armada. Cuando vieron que la operación les daba pocos dividendos electorales. Y, sobre todo, que les ocasionaba continuos ataques por parte de los sectores unionistas, pararon en seco. Les dio miedo seguir por el camino emprendido y se arrepintieron de lo que habían hecho. Se olvidaron de la palabra dada y comenzaron a retroceder ante las presiones de los enemigos. PNV y EA sabían que no estaban cumpliendo sus condiciones y que ETA reanudaría la lucha armada. Por eso fueron preparando el terrono para responsabilizar exclusivamente a la organización el día que anunciara la vuelta a las armas. Si ellos hubieran respetado los acuerdos nos encontraríamos hoy avanzando en el marco de una confrontación exclusivamente civil, al menos por parte del pueblo vasco.
A lo largo de todo este año algo ha cambiado. Durante los meses de la tregua el único mensaje que se oía era el de mayor exigencia a ETA "Que convierta en definitiva la tregua indefinida". De nada sirvió aquella exigencia ni las continuas presiones que se producen después de cada atentado reclamando a ETA que deje de matar. Se va extendiendo el convencimiento de que las meras declaraciones de condena o las medidas exclusivamente policiales no bastan. Hoy son cada vez más las voces que repiten :"Algo habrá que hacer" (Constatación evidente de que no se estaba haciendo nada). Y los más conscientes concretan esta exigencia en una palabra que va ganando fuerza: DIALOGO.
" Ser o no ser"
Queremos reproducir este artículo que analiza la presente coyuntura. Nos ha parecido de gran interés ya que da las claves para descifrar el actual momento político. El autor es Joseba Permach, coportavoz de Euskal Herritarrok y miembro del Organo de Dirección de Herri Batasuna. Se publicó en el diario Gara el 23 de Noviembre.
" La manipulación y la mentira siempre han sido aliadas naturales de los defensores del status quo imperante. Quienes se comprometieron en Setiembre de 1998 a defender la libre expresión de la voluntad de todos los vascos, a respetar y hacer respetar la voluntad de la mayoría resultante de un proceso democrático caminan justo en una dirección contraria a este compromiso. Su cambio es un auténtico despropósito. Y pretender cubrir responsabilidades propias falseando la realidad, engañando a sus propios militantes y a la sociedad vasca en general es insoportable. Un sabotaje en la línea de flotación del proceso democrático nacional vasco.
Esa es la razón por la que no hay posibilidad de acuerdo entre las fuerzas políticas nacionalistas. Porque el PNV dio marcha atrás en junio del 99 - en pleno alto el fuego de ETA- y, desde entonces, se ha ido definiendo en posiciones cada vez más plegadas a las presiones españolas. Su reubicación en coordenadas estatutarias y los desesperados guiños a los creadores del Plan ZEN (programa de contrainsurgencia) y los GAL (organización para la guerra sucia promovida por el PSOE) para llegar a un acuerdo postelectoral son una buena prueba de que, una vez más, el tiempo da y quita la razón. El PNV tiene una gran responsabilidad en todo lo que está ocurriendo. Y no precisamente en que el proceso siga adelante.
En un momento trascendental en el que Euskal Herria tiene ante sí la oportunidad perdida hace veinte años - y por la que tan alto precio estamos pagando- de construir un escenario de democracia, creo que es de vital importancia rechazar tales actitudes e impulsar planteamientos sólidos, definidos y con proyección de futuro. La involución de los dirigentes del PNV no debe neutralizar, una vez más, las fuerzas abertzales de su entorno. Sería un grave error volver a priorizar las llamadas del partido al orden sobre la urgencia de empujar con todas las fuerzas posibles en el camino abierto hacia la soberanía.
Es una barbaridad separar paz y política, un fraude equiparar paz con tregua de ETA y simplemente una vieja mentira ahora por todos conocida -aunque no reconocida- situar el marco estatutario como espacio democrático y resolutivo del conflicto que enfrenta a Euskal Herria con los estados español y francés. Ni punto de partida, ni de llegada, ni vehículo de transición. El marco estatutario niega tanto la soberanía del pueblo vasco como su territorialidad. Está supeditado a una Constitución contraria a la autodeterminación. Es decir, el Estatuto de Gernika y el Amejoramiento del Fuero (en Navarra) son barricadas para cerrar el camino hacia la soberanía. Un virus mortal de necesidad. Hay que decirlo alto y claro. Pero, sobre todo, actuar en consecuencia. El marco estatutario es antidemocrático. Hay que enterrarlo. La Izquierda Abertzale dio un paso al frente abandonando sus instalaciones para invertir todas sus fuerzas y recursos en la reactivación del proceso democrático nacional.
No es casualidad que la derecha española esté haciendo del Estatuto la piedra angular de la defensa de España contra el pueblo vasco. Hace veinte años los dirigentes de Alianza Popular (antecesores del actuar Partido Popular) afirmaron que su apoyo al Estatuto era incondicional "ya que el Estatuto Vasco es la manera más efectiva de defender la unidad de los españoles". Durante estos veinte años han considerado suficientemente útil el servilismo del PNV en la gestión del Estatuto para frenar la lucha de Euskal Herria por la libertad. Pero les hemos ganado esta partida, el desgaste que décadas de lucha han generado al marco y el proceso abierto en setiembre del 98 han truncado sus expectativas, se han visto obligados a alterar sus planes y, reconociendo implícitamente su fracaso, dicen prescindir del PNV y querer tomar directamente las riendas de las instituciones emanadas del Estatuto.
En primer lugar para ganar tiempo y resituarse frente al proceso Democrático Nacional emergente. Son conscientes de la grave crisis que vive el proyecto llamado España, con un modelo de estado absolutamente incapaz de asimilar o aplastar el proceso de liberación nacional vasco y están actuando en consecuencia. Represión salvaje contra el movimiento independentista con operaciones judiciales al más puro estilo fascista pisoteando todos y cada uno de los fundamentos de un estado democrático y de derecho. Decretos ley a diestro y siniestro en materia judicial, educativa que rezuman hedor franquista.
Pero, en segundo lugar, y fundamentalmente, intentando que caigamos en la trampa. Algunos por segunda vez. Porque no se trata única y exclusivamente de desalojar de Ajuria Enea (residencia del presidente vasco) a Ibarretxe. Atacando el euskera, el sistema educativo o cualquier materia relacionada con las señas de identidad vascas en Gasteiz pretenden hacernos creer que tenemos mucho que perder renunciando o combatiendo el actual marco. Su esperanza reside en que nos dé vértigo el camino emprendido y hagamos nuestro el dicho de "más vale malo conocido que bueno por conocer". En definitiva que "el autonomismo-reformista de corte nacionalista" vuelva a ejercer de tapón, se regenere como alternativa cuando menos temporal para salvar la crisis estructural del Estado.
La cuestión es que "lo malo conocido" destruye y condena a la desaparición a Euskal Herria y, seguramente, el PNV, colaborador necesario en el buen funcionamiento de esta trampa, se tragará gustosamente el anzuelo. Entre otras cosas, porque necesita sacudirse la presión externa y, en menor medida, interna que le exigen una apuesta definitiva a favor de Euskal Herria. Y, para ellos, la confrontación política y mediática con la derecha española le resulta de gran ayuda. El partido de Ibarrtexe proyectará el mismo planteamiento que el PP ante unas eventuales elecciones autonómicas pero a la inversa: "La defensa del Estatuto vasco frente a la ofensiva española". Durante los últimos tiempos han recuperado precipitadamente la defensa del Estatuto dándole una mano de barniz abertzale. El objetivo es que la preocupación se centre en un pulso electoral entre un lehendakari abertzale y un lehendakari español tratando de neutralizar la confrontación entre un marco autonómico antidemocrático e incapaz de dar soluciones y un nuevo marco nacional y democrático desde donde poder encauzar la voluntad del conjunto de Euskal Herria.
De esta manera eluden tener que responder positivamente a la oferta de la Izquierda Abertzale para superar el marco autonómico. Una respuesta positiva que garantizaría una mayoría abertzale en Gasteiz, el apoyo de Euskal Herritarrok a un lehendakari del PNV para utilizar todos los recursos económicos e infraestructuras posibles en la construcción del nuevo marco nacional y democrático. O, por lo menos, generan zozobra y confusión entre las bases abertzales que no siendo conscientes de que el café para todos sigue estando envenenado harán del voto al PNV un acto de defensa nacional ante la ofensiva española.
El problema de unos y de otros, pero afortunadamente para todos los vascos es que lo bueno por conocer ha dejado de ser un sueño. Euskal Herria se está dotando paso a paso de instrumentos propios para ir articulando un nuevo marco jurídico-político. Un proceso político que, de no cambiar el PNV de rumbo, tendrá que seguir avanzando sin el PNV y sin poder aprovechar los recursos del viejo marco. Pero esta circunstancia, por desgracia, no es nueva. Sin el PNV hemos abierto la posibilidad de superar el marco estatutario y recuperar la soberanía y, pese a la actitud del PNV, no podemos dejar escapar esta oportunidad histórica. El marco autonómico ha sido el obstáculo que ha retrasado el inicio de este proceso y sin sus recursos tendremos que continuar adelante.
En un proceso democrático nacional vasco que tiene como objetivo ejercer el derecho que nos asiste como pueblo a transformar Euskal Herria en una comunicad política seremos los vascos, y solo los vascos, los protagonistas. Una vez articulado un marco democrático nos decidiremos por uno u otro proyecto político. Ahora se trata de superar un marco fundamentado en la división y, por lo tanto, incapaz de recoger la voluntad de todos los vascos y sustituirlo por uno propio que pueda garantizar la participación de todos, conformando un único sujeto, en el ejercicio de la palabra y la decisión.
Es el único camino para lograr una paz justa y duradera. Un camino que permitirá normalizar nuestras relaciones con los estados que durante siglos han negado y siguen negando nuestra existencia. Por todo ello me sumo a la tesis del vamos bien. Valoración que no debe quitar relevancia a la denuncia del triste papel que está desempeñando el PNV con Ibarrtexe a la cabeza. Y es que coherencia, dignidad y seriedad es el mínimo exigible a todos los que decimos apostar por la solución a nuestro problema principal: el derecho a existir.
Reflexiones de interés
· " La mejor colaboración antiterrorista del mundo no impedirá jamás que una organización bien estructurada como ETA pueda sobrevivir .Las detenciónes se suceden a los asesinatos ¿Hasta cuando? .quienes trabajan en la detención del próximo número uno de ETA saben que se enfrentan a una hidra con la cual habrá que explorar de nuevo las voces de diálogo " (Dominique de Laage, en Soud Ouest)
· " Aznar no puede esperar a las próximas elecciones para resolver el problema de la violencia.." (Pascual Maragall, lider de los socialistas catalanes)
· " No sólo es la tortura y la violencia en las prisiones, sino también que no existen las garantías de los detenidos en las estaciones policiales ..Sobre esta violencia incontrolada por ambas partes, lo que más preocupa en la actualidad es la posición de Aznar de no tener la más mínima intención de dialogar, de oir a todas las partes del nacionalismo vasco, de llegar a acuerdos tratando de pacificar por la fuerza. Incluso en reciente artículo del The New York Times se comentaba la linea dura seguida por el Presidente español y cómo , los que están a favor de la independencia, le echan la culpa de la violencia actual ." (Granma, 30/11)
· " bajo la dirección del PP se ha pasado de años de bloqueo político e involución centrista a una fase descaradamente agresiva cuyo eje es la negación de legitimidad democrática a cualquier opción que reclame el derecho del pueblo vasco a ser sujeto político" (Sindicato ELA)
· "Este ha sido un año extremadamente duro por las consecuencias dramáticas que genera el conflicto pero también ha servido para que las posiciones políticas de cada cual se estén reflejando ante la sociedad vasca (Otegi, portavoz de Euskal Herritarrrok).
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La Haine
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