Siguiendo con nuestros articulos de divulgación cientifica sobre el misterioso mundo de las fuerzas de seguridad y demás esbirros, vamos a estudiar la Audiencia Nacional. Y lo hacemos para desvelaros un inaudito descubrimiento: Garzón es un enviado del altísimo. Si, si, del mismisimo Dios Padre, y si, el mismisimo Garzón, nuestro juez estrella. ¡¡Y lo vamos a demostrar!! No nos referimos a su actuación para con Pinochet, ese inmigrante chileno que intentó entrar en Inglaterra sin papeles, ni a su camaleónica capacidad para estar a bien con gobiernos de difenrentes partidos, ni a sus poderes especiales que le permiten participar en las elecciones vascas sin ser candidato (esas redadas que tan bien le vienen al Orejas), ni esa magnética personalidad que le permite estar en todas las portadas cada 15 días y ser un personaje sin tacha pese a no parar de cagarla (toneladas de farlopa que se volatilizan de un barco en sus operciones antidroga, etc, etc). Todo esto no son más que indicios de que nos encontramos ante un ser superior, pero nos falta la prueba definitiva. Esta nos la aporta la comisión disciplinaria del Consejo General del gran Poder Judicial (CGPJ) en un acuerdo de finales de abril.

Hagamos un poco de historia. La periódista Pilar Urbano publicó la biografia autorizada "Garzón, el hombre que veía amanecer" (el cielo y Garzón ¿vaís pillando?) en la que el juez colabora aportando datos. En dicho libro cuentan muchas cosas, entre ellas informaciones sobre varios sumarios declarados secretos por el mismo juez, y a las que teóricamente nadie debería tener acceso. Y aquí empieza el milagro. Los enviados de Satán sobre la tierra española metieron su pezuña: un narcotraficante y un terrorista, que leyeron sus dossieres judiciales en dicho libro denunciaron el hecho. Porque según la ley, es delito divulgar información judicial secreta y los muy malvados querían meter en un aprieto a nuestro héroe. ¿De dónde viene la información secreta sobre casos que lleva Garzón, en un libro sobre Garzón en el que Garzón ha colaborado enormente? ¿A quién acusaron los demonios? Al bocazas de Garzón, cuyos encausados pueden saber lo que les va a ocurrir por la prensa, antes de que el juez se lo comunique. Pero tranquilos, que como en los cuentos de hadas, todo acaba bien: el CGPJ, pese a reconocer que ha habido una grave revelación de datos, no encuentra un culpable y ha archivado el asunto.

Garzón sólo hablo con la periodista de su vida familiar y de su época en el PSOE. Pese a que esas partes del libro aparecen entrecomilladas y en primera persona (lo que en castellano significa que se cita textualmente lo que dice una persona), eso son recursos literarios de la periodista para darle más realismo al asunto. ¿Y el señor Garzón no protestó antes de que se publicase el libro? No, no se leyó esos parrafos. Pero si no lo contó el juez, ¿quien lo hizo? ¿Un pajarito? El CGPJ nos tranquiliza: los datos estaban en Internet, o en la redacción de los periódicos o incluso surgen de la "fructifera imaginación de la escritora".

¿Conoceis a alguien que tenga capacidad para saber un secreto con el poder de la mente? No, normal, porque no teneis toque divino. La misma Pilar Urbano lo aclara: no necesitaba que Garzón le dijera nada, "bastaba mirarle a los ojos". ¿Es milagro, o no? Estar al lado de un ser que con la mirada te cuenta un sumario judicial es obra de Dios. Y si se lo han creido los señores del CGPJ, por qué nosotros vamos a ser diferentes. Total, nos han contado que una palomita dejó embarazada a una tal Maria, alias "La virgen", que 1 es igual a 3, cosas igual de increibles, ¡y la gente traga! El origen divino de Garzón explicaría muchas cosas. Esos mechones blancos propios de un Rapel venido a menos o de una Alaska de medio pelo, que a nuestra estrella tan bien le quedan en los telediarios. Explicaría también como es posible que sea el símbolo de la democracia española un tipo que ha cerrado 2 medios de comunicación, lo nunca visto desde Franco.

Habiamos pensado en pedir la canonización de Garzón, pero desde que el Papa no para de beatificar a tanta monja y cura, lo de ser santo ya no es como antes. Asi que, para darle el lustre que nuestro juez se merece, que quiten al BORBON, que aburre hasta a las piedras, que Baltasar luce mucho más, y así el juez vería cumplido su sueño secreto: salir en todos los lados, hasta en las pesetas.

Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.