Sobre el encarcelamiento de Amaia Arrieta

Hace menos de 5 meses viajé a España para terminar de reconstruir mi historia. Una historia que quedó trunca hace 23 años, cuando en mayo de 1978, secuestraron y desaparecieron a mis padres. Fue durante la última dictadura militar en la Argentina. Mis papás estaban perseguidos por ser militantes populares. Años atrás, habían sido arrestados por los delitos de pertenencia a banda armada y algún otra cosa, que no recuerdo. Y la verdad es que no recuerdo el nombre de esas mentiras, que en aquel entonces, los jueces de mi país, inventaron para meterlos presos, porque acabo de leer que Garzón, aquel juez en el que muchos latinoamericanos una vez creimos sin darnos cuenta de los verdaderos intereses a los que representa, ha metido presa a Amaia y le endilga una supuesta pertenencia a una banda considerada ilegal, y no sé que otra cantidad de cosas.

Cuando la conocí a Amaia, en mi viaje a Euskadi, me hizo recordar mucho a mi mamá. Una mujer comprometida, una compañera, una trabajadora de la defensa de los derechos de los presos políticos. No se lo dije, ahora está presa, porque dicen.... mentiras!!! Cuando secuestraron a mis padres en 1978, también había jueces que salían por la tele a decir que los 30.000 desaparecidos eran terroristas. Sabemos que se los llevaban, como hoy se llevan a los Vascos, porque el poder hegemónico no quiere obstáculos, para terminar de implementar un modelo cultural y económico, que se adapte a sus designios. Se esconden y reprimen declamando las leyes de la democracia. Son solo máscaras, que ocultan la verdadera cara del fascismo, que por supuesto se ha maquillado, para los tiempos que corren.

Amaia está presa por pertenecer a Gestoras, y por ser la compañera de un militante de Haika, y esa es la verdad. Saludo a Amaia, con un puño cerrado, por la bronca y la impotencia y una mano tendida, para que sepa aquí estamos, junto a ella, denunciando la injusticia.